Opinión
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Penultimátum

De adicciones y poder

A

l alcalde de Washington, Marion Barry, lo grabó la FBI en 1990 inhalando crack. Fue procesado y pasó seis meses en la cárcel. En 1994 se volvió a postular ocupando de nuevo el preciado puesto en un retorno espectacular. Luego de dos años en el cargo lo captaron disfrutando cocaína y crack. Un gran jurado lo declaró culpable por posesión y uso de drogas.

Agentes de la FBI lo detuvieron poco después de haber consumido crack en compañía de una ex modelo, que sirvió de cebo a dicha agencia para probar que, pese a lo que había dicho repetidamente, era adicto consumado. Además, varias personas declararon que varias veces recibieron dinero de él a cambio de drogas diversas.

Pese a que su imagen y credibilidad estaba por los suelos, se negó a dejar la alcaldía asegurando que era inocente pues el espectáculo mediático montado en su contra era en realidad un linchamiento político.

Finalmente Barry (uno de los más importantes y polémicos políticos de raza negra de la historia de Estados Unidos), renunció a dirigir una ciudad con mayoría negra y el más alto índice de criminalidad del país. Se internó para curarse en un centro de rehabilitación.

Hace unos meses, otro alcalde, el conservador Rob Ford, de Toronto y electo en 2010, pidió a los ciudadanos perdón luego de admitir que había fumado crack, pero eludió dimitir hasta que sus conciudadanos decidieran si querían que continuara gobernándolos en las elecciones previstas para octubre próximo. Durante varios meses Ford negó consumir esa variante de la cocaína pese a las evidencias en contrario. Luego culpó de lo ocurrido a uno de sus estupores de borracho.

Finalmente el también empresario abandonó hace dos semanas la alcaldía de la mayor ciudad canadiense y la campaña electoral para relegirse, con el propósito de buscar ayuda inmediata y resolver su alcoholismo. Su renuncia se hizo inevitable al publicar varios medios de comunicación canadienses nuevas imágenes y grabaciones de audio donde aparece Ford consumiendo drogas, blasfemando e insultando a una concejal del Ayuntamiento. En otro video, disfruta crack junto a su hermana.

No es la primera vez que se compromete a pedir ayuda profesional para superar su mal. Pero en diciembre pasado, la policía de Toronto dijo tener un video en el que Ford aparece fumando crack. Afirmó entonces que había dejado de beber y fumar. Y que sólo utilizó crack una vez cuando estaba borracho como una cuba. A las pocas semanas, lo vieron en varios locales públicos completamente ebrio. Se limitó a decir que “nadie es perfecto".

Ambos ex alcaldes, y muchos otros políticos y funcionarios en el mundo son adictos a otra droga, muy peligrosa: el poder.