Opinión
Ver día anteriorJueves 23 de enero de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Andanzas

La música, danza y sociedad

S

i se trata de saber qué fue primero, la música o la danza, de inmediato se presenta el dilema de la gallina o el huevo. De hecho, este tipo de cosas demuestran la profunda unión de todo en la vida. Difícil es encontrar algo que surja espontáneamente sin ser provocada por otra cosa, situación o accidente.

Cada expresión artística, la música, la pintura, la danza, etc., han iniciado su existencia en este planeta por la necesidad irrefutable de la criatura humana para expresarse, comunicarse y servir a las necesidades de su existencia primaria.

De este modo, el rítmico tam tam del sonido al golpear la tierra o un tronco de árbol implica en la reacción humana, la participación del cuerpo en ambas situaciones, pues se dice que los golpes rítmicos de los pies del pitecantropus erectus y el sonido de las palmas de las manos, o incipientes expresiones gu-turales conjuntas alrededor de la fogata –tal vez el festín de la buena caza–, fueron suficiente resorte o motivo para festejar la vida, el alimento; sin duda alguna un triunfo, la felicidad, y el origen del arte.

Desde mi punto de vista, casi todos los pueblos del mundo reaccionan ante el estimulo del festejo, la alegría, la sexualidad y hasta la muerte con el cuerpo; es la danza en todas la expresiones. Es la danza ancestralmente ligada al sentimiento humano, es la danza siempre ligada al ritmo, el sonido estructurado, repetitivo o variado y creado, según la situación.

Sin embargo, a partir del fanatismo religioso del cristianismo, aquellas bellísimas sacerdotisas danzantes de templos paganos Delfos, Eleusis, Euskadi, etc., fueron abruptamente suspendidas de la vida pública ya que el cuerpo humano se había convertido, según la religión, en forma desbordada del pecado.

De este modo, si las bailarinas y bailarines en el mundo antiguo fueron seres respetados, atendidos y consentidos por la sociedad, sacerdotes y príncipes, a partir de la imposición de una Iglesia poderosa, inflexible e indudablemente corrupta de aquel entonces, la palabra pecado mortal parece haberse pegado a la piel de la mujer, Eva, la maldita pecadora culpable de todo; estúpida y causante de cuanta tragedia vivían los hombres por su culpa.

Esto es algo que seguramente aún tardará muchos años en cambiar y llegar al equilibrio de la especie humana, ya que durante siglos las mujeres hemos recibido una educación parcial: sólo para las mujeres, a las que se les designa un lugar, una función y las tareas propias de su sexo, que me parece, aún tardarán mil años en salir de una conformación sicofísica y social en la vida de los pueblos, ya que el hombre difícilmente renunciará a su rol en la sociedad, amo y señor de la guerra, la vida y la muerte, civilización y destrucción, creador y destructor de su propia historia en la leyenda del mundo.

Hoy, en este país, la danza parece haber ganando terreno, pues no hace muchas décadas, esta bellísima actividad era sospechosa, mal vista, rodeada de desconfianza e incomprensión; hoy, con todas sus enormes carencias, parece ser aceptada hasta cierto punto en la sociedad mexicana.

Si bien en la juventud casi todas las bailarinas y bailarines han estado ansiosos simplemente por bailar con total confianza en quien maneja el grupo; y se aguantan ensayos, funciones, viajes a mansiones de poderosos banqueros o políticos como show privado sin pago alguno, con la simple ilusión de que el grupito sea apoyado y contratado, actualmente, la danza es más respetada. Se incluye en los temas artísticos, cuando antes ni se mencionaba, siendo la figura del bailarín o bailarina más respetada, aunque en determinados círculos, la sospecha prevalece; la danza es un gremio y como a los artistas en general se le trata –excepto a los de gran nombre con el que todos se adornan–, y aún sufre discriminación y explotación .

Es quizá por eso que ahora afortunadamente se toma más en cuenta a la danza en muchísimas actividades y situaciones. Indudablemente, una mayor y profusa educación profesional, abriría mayor brecha para evitar ese derroche infernal de vidas truncadas en plena juventud; porque nadie sabe a ciencia cierta qué hacer con los bailarines después de cierta edad; sin garantía alguna de su futuro y el aprovechamiento de su potencial, pues por lo general cada quien trata de resolver sus problemas sin que exista un efectivo plan o proyecto nacional para reutilizar y expandir los beneficios de la danza en la sociedad y cultura de este país

De esta manera, nos parece muy importante que la Orquesta Sinfónica de Minería dirigida por José Areán, que se presentó el 19 de enero en el Auditorio Nacional, haya incluido a la danza como nominativo de su programa, pues está dedicado a la música de o para la danza, siendo la primera vez que esto sucede con el enfoque específico de esta actividad, dándole un lugar y festejo en la programación musical, lo cual celebramos como una gran idea con mucho futuro y, sin duda alguna, gran éxito.