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El gigante RWE desplazará a más de 7 mil habitantes

Compañía de energía borra del mapa poblados alemanes para agrandar mina
 
Periódico La Jornada
Viernes 9 de agosto de 2013, p. 21

Immerath, Alemania, 8 de agosto.

El cementerio está casi vacío, las tiendas abandonadas, la calle principal, desierta, flanqueada de casas con las persianas abajo. El pueblo fantasma alemán de Immerath tiene que irse para dejar espacio a las excavadoras de lignito.

En esta zona rural situada entre la conurbación del Rhur y los Países Bajos, Immerath y las comarcas vecinas van a ser borradas del mapa para que el gigante de la energía RWE pueda agrandar su inmensa mina a cielo abierto de Garzweiler. La producción de carbón se hace cada vez más atractiva en un mercado moroso para las certificaciones de CO2. El lignito extraído en Garzweiler alimenta directamente las centrales de RWE, que expulsan su humo blanco al lado de la mina.

La mina Garzweiler I, explotada desde 1983, ya ha cumplido su ciclo y va siendo tapada a medida que abre Garzweiler II, una mina contigua de una superficie de 48 kilómetros cuadrados, tanto como una gran ciudad europea.

Unos 7 mil 600 habitantes y todo su entorno serán desplazados. Los 900 habitantes de Immerath, de los que sólo quedan un centenar, se están instalando en Immerath-Neu (Nuevo Immerath), un pueblo creado en la misma comuna de Erkelenz. Ahí estarán sus muertos, la escuela y la guardería, pero no la iglesia, que será desconsagrada después de la última misa en octubre, y destruida como el resto.

Esto me rompe el corazón, dice Hans-Willi Peters, quien vive en un pueblito vecino y tendrá que decidir si es trasladado como los otros vecinos o si empieza una nueva vida en otro sitio. Mi esposa y yo cambiamos de opinión todos los días, realata este prejubilado, que participa en uno de los comités ciudadanos encargados de seguir el proceso.

RWE financia toda la operación, aunque no quiere revelar el costo. Pero tiene claro que con el precio de los derechos de contaminación hundido en el mercado europeo, y la renuncia de Alemania a sus centrales nucleares, el lignito que se extrae en Garzweiler tiene el viento en popa.

El contaminante carbón asegura 40 por ciento de la producción eléctrica del país, contra 25 por ciento de la media en Europa. El permiso concedido a RWE prevé la extracción de mil 300 millones de toneladas de lignito hasta 2045 en esta mina.

Desde principios de junio el Tribunal Constitucional alemán, la máxima autoridad jurídica del país, analiza la legalidad de los traslados de la población de Garzweiler, tras la querella presentada por un residente de Immerath y una asociación ecologista. Se espera que el fallo sea emtido en otoño.