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Son prejuicios que estigmatizan a usuarios y adictos, dice Madrazo Lajous en la UNAM

Irresponsable, asociar delitos con consumo de drogas, advierte experto a la Conadic

60% de actos ilícitos son cometidos por quienes recurren a enervantes y alcohol, señala la comisión

 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de agosto de 2013, p. 7

Para la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), los datos duros muestran una fuerte asociación entre las conductas ilícitas y el consumo de drogas (legales o no).

Dicha afirmación provocó una fuerte respuesta del coordinador del Programa de Salud del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Alejandro Madrazo Lajous, quien la calificó de irresponsable y enfatizó que se trata de prejuicios que estigmatizan a consumidores y adictos.

Berenice Santamaría González, directora de vinculación y coordinación operativas de la Conadic –órgano de la Secretaría de Salud–, señaló que cifras oficiales muestran que a escala nacional, 60 por ciento de los delitos son cometidos por usuarios de drogas o alcohol.

En el segundo día de actividades del primer seminario internacional La justicia terapéutica. Una alternativa en desarrollo, realizado en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la funcionaria habló sobre la “vinculación" droga-delitos, y sus aseveraciones causaron un agrio debate con el académico del CIDE.

Santamaría González agregó que 95 por ciento de los recluidos en centros penitenciarios del país (federales, estatales y municipales) son consumidores de algún enervante, y sólo 40 por ciento de ellos usaban dos sustancias en promedio antes de ser apresados, mientras el resto empezó el consumo en la cárcel.

Además, dijo, 65 por ciento de quienes están privados de su libertad son policonsumidores (ingieren alcohol y al menos dos drogas más), y 55 por ciento de los menores infractores reportan el uso de alguna sustancia ilícita o de bebidas embriagantes.

Indicó que los enervantes más consumidos en México son mariguana y cocaína, pero hay entidades del norte que presentan incremento en metanfetaminas, y en la región centro han repuntado los inhalables. Sin embargo, subrayó, las drogas que más se asocian con la comisión de delitos son el alcohol, la cocaína y los derivados de las metanfetaminas.

Aun cuando recordó que la Suprema Corte de la Justicia de la Nación concluyó que los adictos son personas con problemas de salud, no delincuentes, la funcionaria enfatizó que existe una alta incidencia delictiva de personas bajo el influjo de alguna droga, sobre todo entre adolescentes.

Indicó que de 75 a 80 por ciento de los usuarios de enervantes son ocasionales, y el resto presentan dependencia; estos últimos consumen 80 por ciento de las sustancias disponibles en el mercado. De ahí que México se haya convertido de país de tránsito de drogas ilegales hacia Estados Unidos, en uno de consumo.

Al respecto, Madrazo Lajous manifestó su preocupación por escuchar “a la autoridad hablar con la certeza absoluta. Cito: ‘que está demostrado hablar de causalidad entre el consumo de drogas y delincuencia’. Hablar de causalidad por una mera asociación de datos es algo muy delicado. Decir que 60 por ciento de los delincuentes de este país consumen drogas, alcohol o algún otro enervante me parece profundamente irresponsable”.

Consideró que se trata de un mal dato, pues para profundizar se debe distinguir entre las drogas que se usan, la periodicidad del consumo y si hay dependencia. Decir alcohol y otras drogas es echar en la misma bolsa cosas que son muy distintas.

Posteriormente, en entrevista, el especialista del CIDE lamentó que la funcionaria de la Conadic haya incurrido en un rosario de estigmatización, generalización y colapso de categorías entre adicto, consumidor y criminal, como si fueran una misma cosa. Me preocupó encontrar tanto lugar común, confusión y uso laxo de los datos en voz de quien tendría que estar analizando con mayor fineza y detalle cada uno de esos indicadores.

Para Madrazo Lajous, también se debe definir lo que significa ser país de tránsito y uno de consumo, pues al compararlo con naciones con una economía y número de habitantes similares, México tiene un consumo muy reducido de las distintas drogas.

Estos datos duros –enfatizó– fueron los que el ex presidente Felipe Calderón usó para empezar la guerra contra las drogas y el narcotráfico.

Los señalamientos hechos la víspera por el titular de la Conadic, Fernando Cano Valle, de que legalizar la mariguana generaría daños cerebrales a los consumidores en menos de 10 días, además de que colapsaría al sistema de salud y aumentaría el consumo de esa droga, suscitaron algunas críticas entre asistentes al seminario y especialistas en materia de adicciones.

El mismo Madrazo Lajous aseveró: “hay estudios que sustentan que el abuso prolongado de la mariguana en casos (en particular) con predisposición genética, se asocia y puede disparar cuadros sicóticos. Pero de ahí a afirmar que la cannabis produce enfermedad mental es un salto enorme”.

Con información de Arturo Sánchez Jiménez