Cultura
Ver día anteriorMiércoles 12 de junio de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Reportaje / Proyecto comunitario de resistencia ecológica

La contaminación causa severos efectos en la salud de comunidades de San Miguel de Allende

Acuífero a punto de agotarse: bomba de tiempo que buscamos parar

La planeación y las decisiones en torno al agua no son democráticas, asevera investigador

Foto
Cactos de la reserva natural considerada zona sagrada por etnias vecinas, en San Miguel de AllendeFoto Carlos Cisneros
Enviada
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de junio de 2013, p. 4

San Miguel de Allende, Gto.

El acuífero Independencia, la principal fuente de abastecimiento de agua potable para la agricultura y la industria en el norte y noroeste de Guanajuato vive una situación crítica.

Además de estar próximo su agotamiento, el líquido está contaminado: La concentración disuelta de arsénico y flúor en el agua subterránea ha aumentando en años recientes, causando severos efectos de salud en las comunidades rurales y, más recientemente, en los principales centros urbanos.

Así lo han denunciado, al menos desde 2011, diversos especialistas, entre ellos Marcos Adrián Ortega Guerrero, investigador titular del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), campus Juriquilla, Querétaro.

No obstante, ni las autoridades municipales ni las federales ha hecho nada al respecto, explica César Arias de la Canal, presidente del consejo directivo del jardín botánico El Charco del Ingenio, ubicado en San Miguel de Allende, ciudad que de no resolverse esa situación vivirá un grave problema de falta de agua en aproximadamente una década, según estiman analistas.

Salvaje e irracional extracción

En el estudio Situación del agua subterránea en México: una experiencia científico-legislativa y sus implicaciones, publicado en la revista Punto de Acuerdo, de la Fundación Humanismo Político AC, en febrero de 2011, Ortega Guerrero afirma que la situación crítica actual de los recursos naturales, en particular del agua subterránea en la Cuenca Lerma-Chapala (al que pertenece el acuífero Independencia), es sin duda resultado de programas de desarrollo equivocados; una deficiente administración del recurso; acciones de los gobiernos federal, estatal y municipal fuera de un plan integral de manejo del recurso, y una evidente corrupción de los sectores involucrados.

Arias de la Canal recuerda que en el siglo XVIII la riqueza acuífera de San Miguel de Allende (ciudad declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, en 2008) era tal que en la región florecieron varios asentamientos urbanos y empresas textileras. “En los años 50 del siglo pasado comenzó el declive, porque se comenzaron a perforar pozos para sembradíos exóticos. Ha sido más de medio siglo de una extracción salvaje, irracional e indiscriminada. El manto acuífero se abatió a tal punto que si antes se encontraba agua casi a flor de tierra, ahora está a 200 o 300 metros de profundidad.

Como explica Ortega en su estudio, el agua joven de años recientes ya se agotó y la que se extrae en la actualidad es agua que ingresó en un periodo de entre 5 mil y 35 mil años atrás.

El documento mencionado añade: Esto tiene varias y severas implicaciones: 1) el agua subterránea, en la región, ya no es un recurso renovable a escala humana; 2) estos acuíferos no se recargan ni se alimentan año con año, y 3) los métodos de balance, para calcular la disponibilidad de agua subterránea en México, propuestos por la Comisión Nacional del Agua, basados en el balance anual, donde 20 por ciento del agua de lluvia se infiltra, no se aplican, por lo que el déficit en los acuíferos de esta porción de la Cuenca Lerma-Chapala es de 100 por ciento y no de 40, como manejan las autoridades del agua.

Hay un problema de abasto, pero también de calidad del agua, continúa César Arias: “El flúor que contiene el líquido extraído, en algunas comunidades de San Miguel de Allende y pueblos aledaños, provoca fluorosis (anomalías en cavidad oral y en piezas dentales). Se ve sobre todo en los dientes de niños y el sodio afecta los cultivos, las tierras pierden productividad.

“Los empresarios agricultores que tienen muchos recursos económicos (como Vicente Fox, por ejemplo) rentan tierras hasta que éstas dejan de producir, las abandonan y se van a otras. No sólo se está acabando con el agua, también con las tierras.

Si no hay cambios profundos y radicales en la política del agua vamos a llegar muy pronto a una situación de emergencia en diez años, según especialistas de la UNAM. Sobre todo, las zonas rurales empezarán a ser abandonadas, como ya ocurre en San Luis de la Paz, donde ya hay ranchos abandonados por haber sodio y el arsénico en los pozos.

Potencial crisis

Marcos Adrián Ortega denunció hace dos años que la crisis de los acuíferos se debe a que las decisiones políticas están condicionadas, principalmente, a proyectos de grandes obras de infraestructura hidráulica (particularmente financiadas por los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo), “obras que, además de ser caras, se transforman en deuda pública y no siempre se adaptan a las necesidades actuales y reales.

“La planeación en torno al agua y la toma de decisiones no son democráticas. El organismo que representa a los usuarios del agua está controlado por agricultores con poder político, limitando la participación de otros actores sociales y favoreciendo sus propios intereses.

Los mecanismos institucionales no tienen la capacidad de prevenir y resolver los conflictos sobre el agua, y más aún, la información sobre la disponibilidad, uso y calidad de los recursos hídricos no son accesibles a todas las partes involucradas, derivando en una potencial crisis de la gestión pública del agua.

Ortega y Arias consideran que para revertir la crisis del acuífero Independencia, la participación social es necesaria, con el soporte de información científica.

César Arias de la Canal, presidente del consejo directivo del jardín botánico El Charco del Ingenio, concluye: Tenemos años documentando el problema, los políticos se niegan a aceptar la realidad, pero seguiremos hablando de ello porque esto es una bomba de tiempo que queremos parar.