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La presidenta Cristina Fernández decreta 3 días de duelo; sin luz, más de 100 mil hogares

Más de 50 muertos por lluvias en la provincia de Buenos Aires

Para salvar algunas pertenencias pobladores cruzan en balsas calles convertidas en ríos

Vigilia en varias zonas luego que el meteorológico advierte de nuevas precipitaciones

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La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, visitó ayer las zonas afectadas por el temporal y ofreció toda la ayuda del gobierno a los damnificadosFoto Reuters
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El cuerpo de un hombre quedó ayer en la acera luego de la tormenta en la ciudad de La Plata, al sureste de Buenos AiresFoto Xinhua
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 4 de abril de 2013, p. 22

Buenos Aires, 3 de abril.

Al menos 48 personas murieron por las inundaciones que torrenciales lluvias, acompañadas de un fuerte vendaval, golpearon la noche del martes al miércoles La Plata –capital de la provincia de Buenos Aires– y sus alrededores. A esta cifra se suman los ocho decesos reportados ayer en esta capital, mientras nuevas tormentas afectan otros lugares y se presume que puede haber más víctimas.

El gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner decretó tres días de duelo.

Esta noche la tormenta se extendió hacia la zona oeste, y afectó La Matanza, el barrio más populoso del Gran Buenos Aires, uno de los 135 distritos de la provincia, y se extendía a otros grandes municipios, donde aún es grave la situación.

El gobierno nacional envió ayuda urgente del ejército y la gendarmería a La Plata, unos 60 kilómetros al sur de Buenos Aires, mientras la Cruz Roja local colabora con el salvamento de decenas de personas atrapadas en diversos lugares en La Plata y sus alrededores, donde por primera vez en la historia en menos de dos horas cayeron 320 milímetros de agua y hasta 400 en lugares densamente poblados.

Más de cien mil familias entre la provincia y esta capital están sin luz, ya que es imposible restablecer el servicio dada la cantidad de agua que permanece en las calles y las casas.

Escenas dantescas mostraban cadáveres, refrigeradores, lavadoras, muebles y automóviles flotando por las calles.

Se ha llamado a la solidaridad para atender a las miles de familias damnificadas que lo han perdido todo.

Unos tres mil evacuados y centenares de casas semidestruidas muestran una escena como si un terremoto hubiera sacudido estas zonas. No pocas personas permanecieron en los techos de su casa a la espera de la ayuda, mientras observaban que el agua arrastraba todo lo que encontraba a su paso.

Anoche ocurrió en Ensenada, cercana a La Plata, un incendio en una refinería de combustible que fue apagado hasta esta mañana.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner recorrió hoy los barrios más afectados alrededor de La Plata, calzada con botas de goma, estuvo con vecinos y les dijo que no los va a dejar solos. Luego se reunió con el gobernador de la provincia, el peronista Daniel Scioli, para coordinar las medidas necesarias.

Se adelantó que habrá un operativo de seguridad especial para esta noche en los lugares afectados y se anunciaron subsidios y créditos a los damnificados.

Lamentablemente los pobladores tienen temor, más allá de lo que se perdió. Tienen miedo porque en la noche vieron caras extrañas, así que hablamos con el ministro de Seguridad (Ricardo) Casal para que haya mucha presencia policial, y que las personas que estén habilitadas para entregar agua o alimentos vayan identificadas con pecheras, enfatizó la mandataria, quien pidió la solidaridad ya que, dijo, se necesitan colchones, ropa y agua potable.

La mayoría de las víctimas en La Plata son de la zona de Ringuelet Tolosa, donde la presidenta vivió en su niñez, lugar donde vive su madre Ofelia Wilhelm, quien no quiso salir de su casa, también afectada, aunque no tiene ni luz ni gas. En el lugar también viven Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, y Hebe de Bonafini, de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo.

Hoy se decretó asueto en la provincia y los maestros que estaban en huelga decidieron levantarla ante la tragedia que viven las familias.

El gobernador Scioli dijo que se trata de una tragedia sin precedente, y advirtió que las aguas tardarán en bajar debido a los vientos del sudoeste. La situación es gravísima, dijo, y relató: una lluvia de intensidad en tan poco tiempo ha generado que la gente quede atrapada fatalmente en los autos, en las calles.

En La Plata, conocida como la ciudad de las diagonales, las avenidas y calles quedaron cubiertas y el agua como río con oleaje inundó viviendas y comercios.

El ministro de Justicia y Seguridad provincial, Ricardo Casal, aseguró que la situación es compleja. El último reporte nos indica que tenemos más de tres mil evacuados, pero en las próximas horas vamos a superar ese número.

La seguridad se reforzó durante la noche después de algunos saqueos en comercios donde el agua rompió vidrios y puertas.

Otra escena frecuente aquí son las personas rescatadas con balsas de goma que navegan por las calles convertidas en ríos.

La situación era desesperante ya que en varias zonas de la ciudad, incluido el centro, el agua superó el metro y medio de altura. Pero el panorama podría empeorar.

Esta noche habrá vigilia en muchos lugares debido a que una alerta meteorológica advierte sobre abundantes precipitaciones en centro y sur de Buenos Aires y este de La Pampa. Para mañana se esperan lluvias que pueden superar en algunos casos de 80 a 100 milímetros acumulados en todo el periodo.

El arzobispo de Buenos Aires, Mauro Poli, informó que el papa Francisco está profundamente apenado por la tragedia y llamó a instituciones civiles y religiosas a prestar con caridad y espíritu de solidaridad cristiana la necesaria ayuda a acuantos han perdido sus hogares o sus bienes personales.

En tanto, en esta capital se extiende el descontento y la demanda contra el jefe de gobierno de la ciudad, el empresario Mauricio Macri, quien evitó hacer una autocrítica ante lo que se está viviendo y la falta de presencia de sus funcionarios en Buenos Aires. No ha solicitado ninguna ayuda al gobierno nacional, lo que ha sido fuertemente criticado por vecinos y dirigentes políticos, ya que la situación es grave en los barrios porteños, donde también hay desalojos y centenares de familias lo han perdido todo.