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Saludan quitar el veto a la ley de víctimas, aunque es limitada

La permanencia de la tropa podría provocar más violencia, dicen ONG
 
Periódico La Jornada
Miércoles 5 de diciembre de 2012, p. 4

El anuncio del presidente Enrique Peña Nieto de que levantará el veto a la Ley General de Víctimas y que dejará al Ejército en las calles mientras se diseña una nueva estrategia de seguridad, es una contradicción y podría sentar las bases para que la ola de violencia en el país continúe, señalaron activistas de organizaciones sociales.

Consuelo Morales, directora del colectivo Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos –con sede en Monterrey, Nuevo León–, indicó: Es muy preocupante que este señor siga con la misma idea, porque traer a los militares a la calle nos ha puesto en una vorágine de violencia cada vez más grave.

Aunque saludó el hecho de que Peña Nieto pueda quitar el veto a la ley de víctimas, Morales advirtió que con ese gesto no se resolverá el tema si no va acompañado de otras acciones de protección integral a las víctimas y la reparación del daño, como establecen diversos tratados internacionales.

Los marinos y los militares están entrenados para matar, y si Peña Nieto sigue pensando en dejarlos, la violencia va a seguir creciendo. Pide que el Ejército respete los derechos humanos, pero sigue habiendo contradicciones entre sus dichos y sus hechos, y los ciudadanos necesitamos claridad de que se va a dar la lucha contra la impunidad y la corrupción. Si no, estamos perdidos, lamentó.

Por otra parte, José Rosario Marroquín, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, afirmó que la contradicción entre los dos anuncios de Peña Nieto deja ver que su gobierno está dispuesto a matizar algunos aspectos secundarios del fenómeno de las víctimas, pero no a modificar la raíz del problema.

La ley de víctimas es buena y aporta elementos para atender a la gente, pero no daría solución al problema de la violencia. Las autoridades muestran apertura para discutir cambios menores, pero no a revisar de fondo las políticas estructurales en lo económico y lo político. En el caso de la seguridad, no están dispuestas a revisar lo que está provocando las violaciones de derechos humanos, deploró.

Mientras sigue basando su estrategia en la participación de los militares, Peña Nieto no envía un mensaje claro, porque, por un lado, quiere atender a las víctimas, pero por el otro seguiría generando más. Pedirle a las fuerzas armadas que respeten los derechos humanos no tiene ningún valor, porque el encargado de eso no puede ser el mismo Ejército. Peña tiene que dar señales claras, sobre todo tomando en cuenta su pasado en Atenco, enfatizó.