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La Ammao solicitará la declaratoria a la Unesco para preservar y difundir el instrumento

Buscarán que el órgano barroco mexicano sea patrimonio cultural de la humanidad

La academia cumple 22 años; celebrará con un festival que concluye el 30 de noviembre

 
Periódico La Jornada
Lunes 5 de noviembre de 2012, p. a11

Lograr la declaratoria del órgano barroco mexicano como patrimonio cultural de la humanidad es una de los principales asignaturas que se ha fijado a mediano plazo la Academia Mexicana de Música Antigua para Órgano (Ammao).

Lo anterior, luego de que considera bien encaminada su misión inicial de que ese instrumento y el contexto cultural que lo rodea (desde la restauración y reparación del mismo; el rescate de repertorio, creación de nuevas obras y su difusión, así como la enseñanza a nuevos intérpretes) se encuentren fuera de peligro.

Sobre ello habla en entrevista Ofelia Gómez Castellanos, fundadora y directora de esa instancia privada, que este año celebra su vigésimo segundo aniversario con la 20 versión de su Festival Internacional de Órgano Barroco, que comenzó el pasado primero de noviembre y concluirá el 30 del mismo mes en diversas ciudades del país.

De acuerdo con la organista y clavecinista, el órgano barroco mexicano (entendiendo por tal los construidos en el país entre los siglos XVII y hasta finales del XIX), no sólo forma parte de la identidad cultural del país, sino es un elemento único, con valores y cualidades excepcionales en relación con los del resto del mundo, tanto por su entonación como por su decoración.

Tales características, afirma, lo hacen digno candidato a detentar la declaratoria de patrimonio cultural de la humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).

A decir de la también catedrática universitaria, los órganos históricos en México son un barómetro cultural, un bastión a partir del cual podemos redescubrir parte importante de nuestro pasado, tanto en lo artístico y cultural como de los movimientos sociales.

De ahí, subraya, la necesidad de preservarlos, estudiarlos y reintegrarlos a nuestras actividades artísticas. Son, sin duda, un importante elemento testimonial de nuestro pueblo y de lo que somos.

El órgano mexicano es resultado del sincretismo entre dos culturas. Es también un elemento que históricamente ha acompañado al mexicano en momentos significativos de su vida: cuando nace, lo bautizan, se casa y en su funeral. Es un instrumento que hasta antes del siglo XX estuvo con nosotros y que debería volver a estarlo de manera cotidiana, asevera.

Uno de los aspectos que faltan para comenzar la integración del expediente con miras a obtener tal reconocimiento de la Unesco es definir si la candidatura se presentará para el listado de patrimonio tangible o intangible.

Según la especialista, dicho instrumento y su contexto caben de sobra en ambos rubros: Sólo hay que ver cuál es el más conveniente para su preservación, protección y difusión, y una vez determinado, en ése lo presentaremos.

Las más recientes dos décadas, de acuerdo con Ofelia Gómez, han sido esenciales para que el órgano barroco pasara de ser en México un patrimonio desconocido y prácticamente en el abandono a instrumento cada vez más valorado y de mayor interés entre las comunidades musical y estudiantil, así como entre el público.

Ello ha sido posible en gran medida al trabajo integral que ha realizado en ese tiempo la Ammao, el cual ha incluido el estudio, la restauración, el rescate de repertorio y su difusión, la enseñanza a nuevos intérpretes, y la preparación de organeros nacionales.

Hasta la fecha, esa instancia ha logrado, asimismo, catalogar los instrumentos localizados en diversas comunidades de los estados de Oaxaca, Puebla y Tlaxcala, además de propiciar y participar en la restauración de algunos de ellos.

Sin embargo, resalta la intérprete, uno de los rubros pendientes que deben subsanar cuanto antes las autoridades culturales del país es levantar un censo de cuántos órganos barrocos e históricos existen en la República, para evitar la pérdida de ese invaluable patrimonio, sea por saqueo o por el deterioro inherente al tiempo.

Cálculos no oficiales de la Ammao estiman que a la fecha existen entre mil 500 y 2 mil de esos artefactos en territorio nacional.

Otro factor esencial para evitar el detrimento de estos órganos es tenerlos en activo, subraya Ofelia Gómez, quien está convencida de que hasta la fecha son vistos, sobre todo por los compositores, como piezas de museo y no se ha explotado todo el gran potencial que ese instrumento puede ofrecer.

Para finalizar, la académica de la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México resalta que en este 20 Festival Internacional de Órgano Barroco, el cual está dedicado a la memoria de Gustav Leonhardt, participan algunos de los más prestigiados intérpretes a escala mundial, entre ellos los alemanes Martin Schmeding y Kay Johannsen, el italiano Giorgi Carnini, el francés Martin Gester y el español Jordi Ballester.

Los conciertos tienen lugar en órganos barrocos de Oaxaca, Tlaxcala, Puebla, Aguascalientes y Jalisco. En la ciudad de México, en tanto, las sedes serán la Catedral Metropolitana, los días 6, 8, 13 y 15 de noviembre, a las 20 horas; la sala El Generalito, del Antiguo Colegio de San Ildefonso, los días 14, 17, 21 y 24 del mismo mes, aunque allí serán de clavecín. Todos con entrada gratuita.