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Margarita Peña enfrenta los universos femenino y masculino en su novela más reciente

El amarre explora el amor de pareja con una historia de codependencia mágica, sexual

Conjuga “placer y dolor, vida y muerte, fornicio y faje”, comentó Edgardo Bermejo

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Margarita Peña y Vicente Quirarte, en la presentación de El amarre, en la Sala Manuel M. Ponde, del Palacio de Bellas ArtesFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de enero de 2012, p. a10

Una crónica de viajes donde convergen erotismo, amor, desamor y hechizos, es el hilo conductor de la novela El amarre, de la escritora Margarita Peña, quien durante más de cinco años se dedicó a desarrollar el periplo sentimental entre Miranda y Alonso.

El volumen –editado por la Dirección de Literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fue presentado este domingo en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes– completa una tríada de títulos de Peña, los cuales se han caracterizado por la presencia de destacados personajes femeninos: El masaje y otras historias de amor, La vampiresa de Dakota y ahora El amarre.

En la presentación participaron Edgardo Bermejo, Vicente Quirarte, Ignacio Trejo, Antonio Tenorio y la autora, reconocida especialista en literatura novohispana y del Siglo de Oro, quien dijo que obra explora las relaciones de pareja y recrea en una metáfora la necesidad amorosa de ambos protagonistas.

En el libro de Margarita Peña, explicó Edgardo Bermejo, se conjugan sus pasiones más íntimas y curiosidades intelectuales: “Los universos de lo femenino versus lo masculino y la manera en que ambas entidades se entrecruzan y se repelen, el amor y el abandono, la sexualidad y el olvido, el erotismo y el sometimiento, las fronteras inefables entre placer y dolor, entre vida y muerte, entre el fornicio y el faje, entre el gozo y el pozo, entre el azar y el destino, entre la soledad y la comunión, en una palabra, entre la realidad y el deseo, que podría ser un título global para nombrar esta parte del trabajo narrativo de Margarita Peña”.

Con la protagonista de El amarre, prosiguió Edgardo Bermejo, la autora se ha permitido la mayor licencia literaria en su lista de personajes femeninos y configura a una abogada treintañera que vive el duelo prolongado de su primera decepción amorosa, huérfana y casi silvestre se transforma en lectora voraz y cosmopolita, y viajera ilustrada y políglota.

Miranda –sintetizó– también “hurga en las bibliotecas y los museos del mundo para saciar su sed intelectual y agota el catálogo de hechizos, sortilegios y otras formas de adivinación esotérica durante su odisea sexual, la cual inicia en un modesto baño de Córdoba, Veracruz, y va en ascenso hasta llevarla, literalmente, a la alcoba del mundo –como diría Villaurrutia– y terminar postrada en una silla de ruedas, como si fuera éste un castigo fatal”.

La escritora e investigadora explicó que con esta novela pretende mostrar la evolución del ser humano, la condición humana no sólo de la mujer, sino también de Alonso, donde, gracias al amarre se crea una codependencia mágica, sexual o de soledades. El hombre es práctico y ella, sensible e inquieta por la aventura que implica vivir.

Margarita Peña ha desarrollado una labor académica ininterrumpida como profesora-investigadora en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; además, es autora de más de una treintena de libros de crítica literaria, recopilaciones y colecciones de ensayos, entre los que figuran Literatura entre dos mundos, Los cuadernos de Sor Juana, La palabra amordazada, además de los volúmenes de crónicas Vivir de nuevo, De ida y vuelta y En el nombre de Eleguá, entre otros.