Espectáculos
Ver día anteriorJueves 12 de enero de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Se exhibe en México la película de Clint Eastwood, estelarizada por Leonardo DiCaprio

J.Edgar devela aspectos poco conocidos del fundador de la FBI

Disgusto de la oficina federal estadunidense por mostrar a Hoover gay; eso no me importa, sino cómo manipuló a todo el mundo: el director

Naomi Watts y Judi Dench, en el reparto

Foto
Fotograma de la película, en el que aparece Leonardo DiCaprio
 
Periódico La Jornada
Jueves 12 de enero de 2012, p. 9

El pasado fin de semana se estrenó en México J. Edgar, el más reciente trabajo de Clint Eastwood, protagonizado por Leonardo DiCaprio, quien encarna al temido y admirado John Edgar Hoover (1895-1972), primer director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) durante la gestión de ocho presidentes estadunidenses, que no pudieron destituirlo por el costo político que ello implicaba.

En la cinta, con guión de Dustin Lance Black, también participan Naomi Watts, Armie Hammer, Josh Lucas y Judi Dench, entre otros.

A pesar de que la crítica internacional ha destacado el trabajo de DiCaprio, éste ha declarado que hubiera preferido subir de peso para hacer más natural su interpretación; tuvo que usar una botarga que le provocó claustrofobia.

J. Edgar Hoover se encumbró como el hombre más poderoso de Estados Unidos, jefe de la FBI durante casi 50 años. No tuvo límites para proteger a su país; sus métodos eran a la vez implacables y heroicos, lo que le ganó la admiración y repulsión del mundo.

El poder de la información

Se le conoce como el hombre que dio gran valor a los secretos, especialmente de los demás y no tenía miedo de usarlos para ejercer su autoridad sobre las principales figuras de la nación estadunidense. En el entendido de que el conocimiento es poder y el miedo representa la oportunidad, utilizó ambos elementos para ganar una influencia sin precedente y construir una fama que era a la vez formidable e intocable.

Su vida privada fue protegida, ya que guardó secretos que podrían haber destruido su imagen, su carrera y su vida. Sus compañeros más cercanos fueron Clyde Tolson y su secretaria Helen Gandy, quienes se mantuvieron fieles hasta el final.

En las notas de producción, Clint Eastwood explica: Hoover era un alto mando, un G-Man, como se llamaba entonces a los agentes especiales, pero no se sabía mucho sobre él. Se le veía con actores de cine y escritores famosos en funciones sociales, pero su figura era un enigma en muchos sentidos.

DiCaprio opina: Black escribió un guión increíble, que nos atrajo a mí y a Clint al instante. Hoover siempre ha sido una figura mítica, un icono en la historia estadunidense, pero rodeada de misterio en su vida política y personal.

Respecto de las relaciones de Hoover con gente cercana y personajes políticos importantes, Eastwood dice: Si hubiera sido tan sólo una película biográfica, creo que no habría querido filmarla. Me gusta explorar por qué la gente hace o ha hecho ciertas cosas en su vida.

El director expresó querer trabajar por primera vez con DiCaprio, a quien considera actor inteligente al que le gusta interpretar papeles poco convencionales.

J. Edgar se inicia a mediados de los años 70, cuando Hoover se acerca al final de su vida y de su tiempo al mando del FBI. En un esfuerzo por preservar lo que ha construido, dicta sus memorias, reflexionando sobre sus comienzos como veinteañero que trabajaba con la ex Oficina de Investigación. Antes del estreno en Estados Unidos –a finales de 2011–, la cinta generó polémica.

La FBI no tardó en manifestar su disgusto tras la posible representación de J. Edgar Hoover como homosexual. No existe evidencia en el registro histórico sobre este asunto, señaló Mike Kortan, director adjunto de la FBI, tras una reunión con Eastwood y Leonardo DiCaprio. Destacó que se trataba de rumores vagos y fabricaciones, aquello de que Hoover y Clyde Tolson hubieran tenido una relación más cercana que de jefe de departamento y auxiliar jefe, mejor amigo y compañero constante.

William Branon, presidente de la Fundación J. Edgar Hoover, presentó una queja contra Eastwood, asegurando que cualquier relación física entre Hoover y Tolson eran simplemente acusaciones provocadas por un autor de cuestionable reputación.

Eastwood aseguró al sitio web E! Online que no se presentaría al personaje como un travesti ni en una relación homosexual abierta; sin embargo, el primer avance dejó ver una escena donde Hoover toma de la mano a Tolson.

No se trata de una película sobre dos gays. Es sobre cómo este tipo manipuló a todo el mundo a su alrededor y logró mantener su puesto durante ocho términos presidenciales. Me importa un bledo si era gay, declaró en su momento el cineasta.

En cuanto a la comunidad gay, hay quienes aseguran que es razonable la posición si se trata de una precisión histórica. Sin embargo, si se teme que la representación de Hoover como homosexual empañe su imagen, eso ya es tema homofóbico, expresó Jacob Appel, activista neoyorquino en favor de los derechos de los gays y las lesbianas.

Para Appel, quien asegura que existe evidencia de que Hoover era gay, o por lo menos travesti, como muchos sugieren, lo más interesante de esta historia es la penosa herencia que dejó en el país respecto a su persistente y feroz persecución de minorías ideológicas, étnicas y sexuales.