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Latineo, el mejor disco, dice el conductor de Picadillo Jam

2011 fue un buen año para el latin jazz en México: Andrés Rosales
 
Periódico La Jornada
Viernes 6 de enero de 2012, p. 7

2011 fue un buen año para el latin jazz en México, aunque no todos los discos hayan sido completamente de esta variante de jazz; ésta es una de las cosas más extrañas que suceden en México: ser latinos, que guste este tipo de jazz y que sólo salgan algunos números en un cedé, expresó en entrevista Andrés Rosales.

Conocedor de la salsa y del jazz, así como de sus fusiones, festejó en 2010 el primer año de transmisiones del programa de radio Picadillo Jam, dedicado al latin jazz, que se transmite los domingos, de 14 a 16 horas, por Horizonte, del Instituto Mexicano de la Radio (Imer).

Destacó que en 2011 la agrupación Tlaxcaltécatl dio a conocer en México un disco completo dedicado al jazz latino, titulado Tlalxcaltécatl Big Band Latin Jazz, con grabaciones en vivo y de estudio, en un proyecto en el que participaron músicos como Betuco e Irving Flores. Lo que pasa con la globalización, en el sentido de acercar geografías, tiene que darse con los músicos mexicanos. Creo que falta un poquito para que cooperen y salgan discos completos de jazz latino. Mientras las cosas se mantengan estables están bien.

Añadió que en Sky había una franja para oír el género, pero desapareció, lo cual se suma a la eliminación de la categoría en los premios Grammy. Esto último, precisó, no influye en la venta de discos de jazz en general. A esta música le pasa lo que al rock, que no se difunde en las estaciones de radio, pero a la gente le gusta. En las tiendas de discos tan sólo se hallan unos tres álbumes de jazz latino.

Una manera que ha encontrado de enterarse de las novedades es la Internet, o el inagotable mundo de Tepito.

Consideró que en general en México ha crecido el gusto por el jazz latino. Si se ofrecen las diferentes variantes, el jazz latino es el que más agradará. Se monta en ritmos como el guaguancó, la guajira, la guaracha, la plena o la bomba. Sobre eso se empieza a jazzear. Es un montuno jazzeado, por ejemplo. También está el jazz tradicional latinizado. Hay algunos casos con la obra de Charly Parker.

Para este melómano, la gente que gusta de la buena salsa suele disfrutar el jazz. La música bien estructurada puede trasladarse fácilmente al jazz.

En la radio en México, Picadillo Jam es único en su tipo. “En 2011 nos fue bien; la gente respondió un poco más. En esto influye que lo preparo. No se escuchan dos horas de música fuerte, por ejemplo, porque así el público acabaría exhausto. Tampoco de leves, para caer en algo sin fuerza.

Los termómetros para la venta de jazz latino lamentablemente son los vendedores de Tepito. Ahora bien, el disco es muy caro en México. En Amazon, el cedé cuesta 14 dólares y el usado vale siete, y este último está en muy buenas condiciones. El disco más reciente de Michel Camilo lo compré aquí en 370 pesos.

Los discos más buscados, dijo, son los de los músicos cubanos, los de Humberto Ramírez, los de Maraca, gran flautista de Cuba.

“El año pasado, el trompetista Jerry González sacó El comando de la clave, en el que invitó a cantar a Diego El Cigala. Infaltable es Chano Domínguez.”

Para Rosales, el mejor disco de jazz latino de 2011 fue el titulado Latineo, cuyo director musical es Mark Bischoff, alemán que ha asimilado la música latina. Insoslayables son los de Jerry González, Arturo O’Farril, Maraca y Héctor Infanzón.