Desde las 10 horas de ayer cientos de personas tomaron el Monumento a la Revolución para probar en el cuadrilátero sus llaves maestras o golpes de box; su mejor estrategia en las mesas de ajedrez, o sus conocimientos en los juegos tradicionales y autóctonos. O bien posar con un luchador o fisicoculturista, o simplemente disfrutar de los bailables típicos o acrobacias de los grupos participantes en la primera Feria Deportiva del Distrito Federal.

El acto celebrado en el contexto de los festejos por el 101 aniversario de la Revolución Mexicana atrajo la atención de alrededor de 20 mil personas, quienes recorrieron las carpas instaladas en Plaza de la República, donde había alguna de las 25 actividades recreativas y disciplinas deportivas que se ofrecen en la capital, donde también obtenían información sobre dónde practicarlas.

Así, niños y adultos por igual pudieron disfrutar de una lección de taekwondo, balónmano, lucha libre, tenis, box, bádminton, ajedrez, softbol, esquash, lima-lama, tenis o beisbol, para lo cual se instaló un área especial, donde una máquina lanzaba las pelotas, que muy pocas veces fueron tocadas, por falta de práctica o destreza. No le atiné a ninguna bola, pero nos divertimos, y eso es lo importante, señaló José, quien junto con su esposa y dos hijos recorrieron la feria.

La gente de la tercera edad no se quedó atrás y, aunque ya no tenemos ni la habilidad ni fuerza para lanzar fuerte una bola de beisbol o patear un balón de futbol, decidimos poner nuestros conocimientos y ganar en el juego de la guitarra, del chilillo o el patoli, que son de destreza mental y nuestros abuelos o padres nos enseñaron hace unos ayeres, comentaron a su vez don Juan y doña Lucía, ante la mirada de sus nietos, quienes dejaron sus juegos de video para probar suerte en la lotería, el trompo o el yoyo.

Ana Claudia Collada, encargada de esta área, explicó que la tecnología ha provocado que “muchos de estos juegos didácticos y de destreza queden en el olvido, cuando son una excelente forma de convivir con la familia. Por eso, llamamos a la gente a que venga a jugar pelota purépecha, al olote, la chácara –avión–, palma infantil, la resortera o la tablita, y quienes se atreven, se divierten”.

Muchos otros, sin embargo, aprovecharon algunas de las seis horas que duró la feria para tomarse fotografías con los luchadores de la Triple A o con hombres y mujeres fisicolturistas, quienes lucieron sus cuerpos en diminutos trajes de baño, lo que provocó algunos jalones de orejas y hasta pleitos entre parejas, por voltear a ver a la rubia exuberante, quien simplemente alzaba los hombros y guiñaba el ojo a quienes pasaban y le aventaban besos o silbidos de reconocimiento.

Tras un recorrido por las carpas y después de poner en práctica sus mejores jugadas en algunas de las disciplinas o disfrutar de los bailables, las familias hicimos honores a este festejo con una buena guajolota de mole rojo o verde, acompañada de un champurrado o atole de arroz, para que aguantemos otro ratito, mientras llegamos a la casa, porque no hay para más, expresaron algunos entrevistados.

Para el director del Instituto del Deporte capitalino, Francisco Javier López Ortiz, la feria fue una oportunidad para que las personas, además de convivir, conozcan en qué consisten los diferentes deportes que se pueden practicar en la ciudad y hacerlo en las áreas interactivas. Es el principio de una etapa donde se impulsará a los deportistas de la ciudad.