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Más mujeres ninis, por falta de respaldo oficial: ONG
 
Periódico La Jornada
Domingo 20 de noviembre de 2011, p. 16

No es sorprendente el hecho de que más de 75 por ciento de los jóvenes del país que no estudian ni trabajan sean mujeres –como reveló la Encuesta Nacional de la Juventud 2010–, ya que desde hace décadas muchas de ellas han tenido como única alternativa el trabajo doméstico o la maternidad, señalaron activistas por los derechos de las mujeres.

Llamaron a las autoridades a diseñar y aplicar políticas públicas que reconozcan las afectaciones diferenciadas por sexo.

Dafne Cuevas, directora de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, señaló que las estadísticas dadas a conocer el pasado viernes por la Secretaría de Educación Pública demuestran que a pesar de los esfuerzos por reducir la brecha de género, el sector femenino sigue teniendo menos oportunidades académicas y laborales.

“No teníamos duda de que la mayoría de los llamados ninis son mujeres, aunque muchas de ellas participan en el trabajo doméstico, que es una labor invisibilizada que nadie reconoce”, lamentó.

Por otro lado –dijo–, los niveles de deserción escolar a causa de maternidad o matrimonio a edades muy tempranas dejan ver que no se ha trabajado suficientemente para dotar a la población femenina de educación sexual y acceso a anticonceptivos.

Todo ello demuestra que el gobierno debe hacer un análisis de género de dicha problemática. Desde hace años hemos dicho que hay afectaciones diferenciadas por sexo, pero éstas siguen profundizándose.

Verónica Cruz, presidente del colectivo feminista Las Libres, con sede en Guanajuato, indicó que a quienes trabajamos por los derechos de las mujeres no nos sorprenden estos datos, porque somos un país profundamente discriminatorio contra dicho sector, y sabemos que hay muchos problemas que a ellas las afectan de forma diferenciada, especialmente si son jóvenes y pobres.

El fenómeno –puntualizó– está definido en gran medida por la división del trabajo, que impone a las mujeres el mandato social de la maternidad, sin acceso a anticonceptivos ni educación sexual, lo cual a su vez da lugar a altos índices de deserción escolar.

Aunque su vida se trunque, muchas adolescentes optan por embarazarse porque es en lo único en que se sienten reconocidas por la sociedad, con cero condiciones de salud y economía. La maternidad forzada representa el obstáculo perfecto para que no se desarrollen de forma igualitaria con los hombres, y por eso la brecha de género se va haciendo cada vez más grande, deploró.