Economía
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Necesitamos cambio político con estabilidad económica

Se logró que la reactivación del crédito sea dinámica y sana

La banca que opera en México no tiene por qué no repetir un periodo de expansión, en que el crédito crezca a tasas anuales de 15 a 20 por ciento para impulsar la actividad económica y cubrir el rezago histórico en el financiamiento a empresas y familias

 
Periódico La Jornada
Jueves 7 de abril de 2011, p. 33

Después de dos años de presidir la Asociación de Bancos de México (ABM), Ignacio Deschamps González se declara favorable a que en el país ocurra un cambio político con estabilidad económica. Habla del entorno social en que se desenvuelve el negocio bancario. La política es complicada en México, como es complicada en todo el mundo.

Apunta: el acuerdo político requiere habilidad, liderazgo y representación de todos los intereses y preocupaciones que hay en toda la sociedad. Creo que lo más importante es que podamos hacer un cambio político con estabilidad económica, y que esa responsabilidad económica, fiscal y financiera se pueda sostener. Eso es lo que ha permitido a México realmente crecer en los últimos 15 años.

Ignacio Deschamps es presidente del consejo de administración y director general de BBVA Bancomer, el principal intermediario financiero del país. Este jueves dejará la presidencia de la ABM, que asumió hace un par de años cuando, como menciona en una entrevista con La Jornada, la economía iba en picada y no sabíamos dónde iba a terminar la caída.

La recesión económica, que en 2009 provocó un retroceso de 6.5 por ciento del producto interno bruto, puso a prueba todo lo que se había modificado en los últimos años en el sistema bancario desde la crisis mexicana de 1995, dice. Creo que la banca resistió en México, a diferencia de otros países, en que sus sistemas financieros quebraron.

Entre 2003 y 2007, los cuatro años previos a la crisis, la cartera de crédito de la banca creció a una tasa promedio de 18 por ciento al año. Ese ritmo se redujo a 4.8 por ciento en promedio anual entre 2008 y 2009, y desde 2010 el aumento ha sido de 10 por ciento.

Si ponemos la situación en una perspectiva amplia, el crédito bancario como porcentaje del producto interno bruto no disminuyó en esta crisis, aun cuando la economía se cayó, lo que es una diferencia notable respecto al periodo de 1995 a 2002, cuando ese porcentaje disminuyó en 18 puntos, menciona. Entre 2003 y 2007 se dio una de las tres expansiones de crédito más grandes en 50 años en el país. Pero con una diferencia muy importante respecto de lo que ocurrió en 1995, cuando el crédito creció en 20 puntos del producto interno bruto y llegó a representar 40 por ciento del total de la economía: en aquellos años lo que ocurrió fue un aumento totalmente irresponsable, que no tenía sustento y que provocó, adicionalmente, una crisis económica.

Deschamps asegura que cuando asumió la presidencia de la ABM su primer objetivo fue que se mantuviera la integridad del sistema bancario, dado que en Estados Unidos, el epicentro de la última crisis mundial, el origen del problema estaba en el sistema financiero.

El objetivo se cumplió y además se ha logrado que la reactivación del crédito, que ya se ve desde el año pasado, sea bastante dinámica y, sobre todo, sana. Asegura que la banca que opera en México no tiene por qué no repetir un periodo de expansión, en que el financiamiento crezca a tasas anuales de 15 a 20 por ciento para impulsar la actividad económica y cubrir el rezago histórico en el financiamiento a empresas y familias.

–¿Cómo explica que, a diferencia del pasado, ahora que hubo una caída fuerte de la economía el crédito se mantuvo?

–El Buró de Crédito fue importantísimo. Primero, los bancos desde 2008, sobre todo en tarjeta de crédito, nos anticipamos a ofrecer soluciones de pago a los clientes que enfrentaban problemas en sus finanzas personales. Y la segunda parte tiene que ver con el buró, que la gente hoy valora muchísimo el acceso al crédito. Durante la crisis se perdió la confianza del consumidor y se dejó de utilizar la tarjeta de crédito, se dejó de demandar crédito al consumo, como una medida de prudencia. Hoy no me sorprenden las cifras de consumo privado porque vengo diciendo desde octubre que se ha recuperado fuertemente la demanda de crédito al consumo en la banca y que ya está creciendo a 9 por ciento ahora.

Por un lado, dice, la prudencia de los consumidores y la experiencia en el manejo de riesgo por parte de los bancos evitaron una nueva crisis de cartera vencida, como ocurrió en 1995, cuando la morosidad se disparó al punto de que por cada 100 pesos prestados 27 estaban en mora. En el punto más alto de la crisis de 2009, la cartera vencida llegó a 4.4 por ciento del monto de préstamos otorgados, cifra que actualmente es de 2.2 por ciento.

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Ignacio Deschamps dejará este jueves la presidencia de la ABM, que encabezó durante dos añosFoto Marco Peláez

–Respecto de la competencia y la transparencia, ¿son más baratos los productos de la banca, han ido bajando de costo?

–Voy a dar algunos ejemplos. Los números no mienten. La tasa de interés promedio en tarjeta de crédito bajó de 36 a 26 por ciento desde 2001 a la fecha. En préstamos automotrices lo hizo de 27 a 12.6 por ciento; en crédito hipotecario de 14 a 12.29 por ciento. Sin duda que la competencia se ve. Hay muchos indicadores que refuerzan que la autoridad ha tenido una política de impulsar la competencia y la transparencia y esto ha provocado más participantes, menores precios y más opciones para los consumidores.

–En los dos años de su presidencia se volvió a presentar en el Congreso la discusión para fijar topes en las tasas de interés. La posición de la banca fue claramente en contra.

–Hay evidencia mundial y en México también, de que lo que verdaderamente provoca una reducción de precios es la competencia y la transparencia. Son necesarios más jugadores que compitan por el mercado y más información al consumidor para proteger sus intereses. Este debate fue muy importante en el Congreso. Lógicamente los legisladores están preocupados porque los ciudadanos tengan los mejores beneficios.

Fuimos capaces de hacer un debate serio con el Congreso para explicar un concepto muy sencillo: que el precio está en función del riesgo. Y, en la medida en que se limita el precio, a los que está afectando es a los que tienen menos experiencia de crédito. Establecer topes a las tasas de interés afectaría a los más pobres, a los que tienen menos experiencia en el uso de crédito, que lógicamente en un comienzo tienen que pagar tasas más altas para acceder al sistema bancario formal. Si no, los condenas a casas de empeño, a casas comerciales, a fuentes informales de financiamiento. Creo que finalmente el Congreso tomó una decisión responsable. La ley le dio la responsabilidad al Banco de México para monitorear, para supervisar y asegurarse que haya condiciones de competencia y de precio razonables en el mercado bancario, y el banco central está asumiendo con mucha responsabilidad ese mandato que le dio el Congreso.

–Los números hablan de una banca boyante, en cuanto a aumento de clientes y ganancias; pero el país enfrenta una situación social complicada. ¿Cómo afecta el entorno social al negocio bancario?

–México objetivamente tiene un extraordinario potencial. Comparado con otras naciones es una de las economías más atractivas para los próximos 20 o 30 años. Eso se debe a que ha habido un buen manejo de la economía, estabilidad financiera y macroeconómica. Lo que tenemos que hacer es generar una estrategia que promueva la inversión. Y mejorar el desarrollo social del país a través del empleo, que tengamos más empresas, más emprendedores, y toda esa dinámica requiere que tengamos inversión. Ahí es donde creo que el país debe enfocarse, en mejorar su infraestructura educativa, de transporte, de energía para realmente aumentar su competitividad y ser más atractivos, porque hay una competencia muy fuerte en el mundo por inversión productiva, tanto nacional como extranjera.

Creo que tenemos que ser optimistas en el futuro del país. Ciertamente, la política es complicada en México, es complicada en todo el mundo. El acuerdo político requiere habilidad, liderazgo y representación de todos los intereses y preocupaciones que hay en toda la sociedad. Creo que lo más importante es que podamos hacer un cambio político con estabilidad económica y que esa responsabilidad, económica, fiscal y financiera se pueda sostener.

–Esa visión sobre el optimismo puede que no sea compartida en todos los sectores. Hay inversiones que se han detenido por la violencia, por ejemplo.

–En el combate al narcotráfico yo creo que todos debemos respaldar; es una tarea que por difícil que sea, es necesario que no crezca más. Además este problema no está afectando de manera generalizada a todas las comunidades del país. Nosotros vemos en la banca un gran interés de los inversionistas y es muy grande el potencial.