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El arte sonoro puede hacer cosas maravillosas, si quienes lo practican son niños, considera

Joshua Bell pondera las virtudes sociales de la música; hoy se presenta con la OSN

El violinista estadunidense realiza en NY un proyecto similar al sistema de coros y orquestas de Venezuela: fomenta en los pequeños ética de trabajo en equipo, comentó en conferencia

Foto
Joshua Bell interpretará el Concierto para violín y orquesta de TchaikovskyFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de septiembre de 2010, p. 3

Referirse a las virtudes sociales de la música representa para el violinista Joshua Bell un asunto delicado, pues, en su opinión, es algo que por lo general termina malinterpretándose.

La música no resolverá por sí sola los problemas que hay en Venezuela, México o cualquier sitio del mundo, indicó. “Lo que sí es que la música per se puede hacer cosas maravillosas por la sociedad, en particular si son niños y jóvenes los que la practican.”

Considerado a sus 43 años como uno de los más virtuosos intérpretes del mundo, el músico estadunidense se encuentra en México después de siete años de ausencia, para actuar este domingo como solista en el programa con el que la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) inaugurará su segunda temporada de 2010, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario.

A su cargo estará el Concierto para violín y orquesta de Tchaikovsky, que en su opinión es la más emocionante obra de música jamás escrita para esa dotación: Sí, es una pieza muy popular y conocida, pero cada vez que la toco se me eriza la piel.

Visiblemente extenuado luego de que la noche del jueves viajó 14 horas de Venecia a México, y de que la mañana del viernes debió ensayar en vistas de su reaparición en escenarios nacionales, Joshua Bell mantuvo un encuentro con la prensa esa misma tarde del viernes, en el cual, entre otros aspectos, alabó el modelo de coros y orquestas infantiles y juveniles de Venezuela.

De entrada, lo consideró un hito y una experiencia que debería ser retomada en el resto del mundo, no sólo por sus resultados en términos de servicio a la sociedad, sino por lo que representa en términos artísticos.

Es decir, precisó, no es sólo un asunto de caridad cultural, sino que es un trabajo académico, cultural, que sí tiene un aspecto social importante.

El violinista habló con conocimiento de causa, pues ya pudo viajar a ese país sudamericano y trabajar en directo con varios de esos niños y jóvenes del sistema, entre ellos el director Gustavo Dudamel, y a partir de ello comparte la opinión de otros importantes músicos del mundo de que en esa nación, con ese proyecto, se encuentra el futuro de la música de concierto.

Agregó: Después de conocer desde adentro ese sistema, estoy seguro de que sin él esos niños y jóvenes habrían seguido caminos muy distintos. Fue un orgullo para mí tocar con ellos, y estoy convencido de que para los miembros del sistema es un orgullo pertenecer a él. Es imposible que cualquiera de esos pequeños pueda convertirse en un criminal, aspecto del que, estoy seguro, ellos están también convencidos.

Incluso, contó que inspirado por esa experiencia, lo mismo que una similar que han emprendido en Brasil, él mismo ha tratado de involucrarse en proyectos parecidos en Estados Unidos.

Específicamente, refirió que lo hace en comunidades socialmente muy necesitadas de Nueva York (ciudad en la que reside), como Harlem y el Bronx, donde ha encontrado que aquellos niños y jóvenes que reciben educación musical han elevado sus calificaciones de manera considerable. Pero sobre todo les ha fomentado una ética de trabajo en equipo, lo cual arroja resultados maravillosos.

Entre otros aspectos, Joshua Bell aclaró que no es una persona formalmente religiosa, sin embargo está convencido de que “lo fundamental está en la música, ella es mi puerta, mi ruta de acceso hacia Dios.

Soy una persona afortunada por haber recibido la bendición del talento, pero también he tenido mucha suerte de que en mí se hayan conjuntado todos los elementos que se necesitan para ser músico.

Es decir, aclaró, tener las capacidades, la genética adecuada y necesaria, el talento innato que viene con todo ello, y, de manera importante, tener unos padres que me amaron y me animaron de forma activa para seguir mi carrera. El medio en que me puso Dios fue perfectamente propicio para convertirme en buen músico.

A manera de rúbrica, subrayó al respecto: Estoy absolutamente convencido de que el éxito viene no sólo de tener las condiciones propicias y el talento innato, sino también de combinarlas con disciplina y trabajo.