Cultura
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Diagnóstico de educación artística
La familia, responsable de una educación musical adecuada
 
Periódico La Jornada
Lunes 10 de mayo de 2010, p. 9

No es el compromiso laboral o la promesa de una buena calificación lo que motiva a maestros y alumnos del Conservatorio Nacional de Música (CNM) a acudir puntuales a sus clases, sino una auténtica pasión por compartir y aprender, unos de otros, los secretos y bondades de la música.

Así encontramos al flautista Horacio Franco a la entrada del Conservatorio Nacional de Música una mañana tormentosa, totalmente empapado, bajando de su bicicleta, pero de inmediato rodeado de jóvenes que le piden cita para una clase de interpretación de la música, de metodologías de estudio o un consejo.

Él los atiende a todos con paciencia; sabe que –nos explica más tarde– el éxito en el desempeño profesional de un músico depende en gran medida de qué tan buena sea la relación maestro-alumno.

Como sucede con la gran mayoría de los jóvenes en el país, Horacio Franco, considerado uno de los mejores intérpretes de flauta de pico del mundo, no tuvo ninguna inducción hacia las artes cuando era niño. Pero cuando iba en primero de secundaria sucedió el milagro: escuchó a una compañera tocar el piano y en ese momento surgió instantáneamente la necesidad de dedicarme a la música, recuerda.

Franco tuvo la fortuna de ingresar al Conservatorio a los 13 años, e intentó estudiar una carrera que no existía: la flauta de pico, por lo cual se inició con el violín.

En esos años tuvo la fortuna de que su profesor Idilio Bredo le permitiera tocar su primer concierto como solista en la flauta: así definí mi camino como flautista, hasta que fundé la carrera aquí, tres años después. Impartí clases durante 12 meses, y a los 17 años partí a estudiar a Holanda por casi cuatro años más. Al haberme decidido por un instrumento del cual no existían ni planes ni programas de estudio, y mucho menos profesionales que la impartieran, me tuve que forjar un estudio autodidacta y crítico. Pese a mi juventud, al saberme con talento y facilidad para ésta disciplina, aparte de mucha pasión e idealismo y entrega, las cosas se me dieron, si bien no fácilmente, sí con mucha prontitud. Finalmente fui al mejor lugar del mundo a estudiar lo que quería. No fue fácil; ser hijo de una familia pobre me dificultó las cosas, pero gracias a mi trabajo logré estudiar fuera.

El artista considera fundamental que los niños se acerquen a la música, pues se trata, explica, de un lenguaje que está incluido en nuestro bagaje genético como el arte más ancestral: el ritmo cardiaco, la entonación de la voz de la madre, los sonidos que escuchamos desde el vientre, todos forman parte de una música con la que nacemos, la cual hay que fomentar y ordenar. Además, la educación musical hace a cualquier niño desarrollar otros tipos de inteligencia que no se generan con otras influencias.

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Horacio Franco, a su llegada al CNMFoto José Carlo González

No obstante, lamenta el flautista que la educación musical en México es un reflejo de lo que hoy somos como sociedad y como pueblo: “la responsabilidad de una educación musical adecuada no sólo debe residir en las escuelas, sino, como en todos los aspectos de la educación, en el mismo seno familiar.

Mientras ese entorno conste mayoritariamente de música, juegos, comida, televisión y hasta educación chatarra, y no se propicie un entorno plural, donde la basura no sea imperante, la educación musical no va a cambiar. Incluso en las mismas iglesias la música con la que se tiene contacto es mayoritariamente chatarra; la mayoría de las escuelas de educación básica no tienen programas adecuados de música, y salvo alguna honrosa excepción, a los niños no se les fomentan el gusto por la música ni tienen acceso a una educación musical de calidad.

–¿Aproximadamente cuánto gasta al año en el mantenimiento de su instrumento y cuánto cuesta una buena flauta profesional?

–Depende: mis flautas las encargo a constructores en Europa y me las hacen sobre pedido. Una buena flauta estará costando unos 2 mil euros, pero hay muchas opciones para los estudiantes. El mantenimiento de un instrumento es complicado al no haber ningún constructor que se dedique a esto en México.

–¿Qué cambio tendría que hacer el Estado y/o las instituciones educativas (públicas y privadas) para ofrecer más y mejores opciones de educación musical para niños y jóvenes?

–Es una pregunta difícil, pues más que recursos necesitamos creatividad y actualización académica por parte de los maestros, así como la captación de cada vez más talentos apoyados por los padres a temprana edad en las escuelas profesionales. También mucha más supervisión y actualización para las escuelas de educación básica y media, para que la educación musical forme parte de una educación integral de calidad.