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El fin de semana defenderá su corona en la Copa de Maestros

En muerte súbita, Djokovic se adueña del cetro en el Masters 1000 de París
 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de noviembre de 2009, p. 8

París, 15 de noviembre. El serbio Novak Djokovic ganó su primer torneo Masters 1000 del año y quinto título de la temporada, al derrotar 6-2, 5-7, 7-6 (7/3) el domingo en la final de París-Bercy al local Gael Monfils, días después de dar cuenta en Basilea, Suiza, del número uno del mundo, Roger Federer, y una semana antes de defender su título en la Copa de Maestros.

El tercero en la clasificación del orbe venía de aplastar al español Rafael Nadal en las semifinales y sólo había perdido un set en su camino al encuentro decisivo.

Aunque superado al comienzo, Monfils, preclasificado 15, pero favorito en la capital francesa, hizo emocionar a los 14 mil asistentes al imponerse en un parejo segundo set, tras recuperarse de una desventaja de 4-1.

Pese a que el galo continuó dando batalla en el parcial definitivo, fue el serbio quien finalmente se quedó con el partido, tras llevarse 7-3 la muerte súbita de la tercera manga.

Aunque Djokovic mostró señales de nerviosismo en algunos pasajes del encuentro, debió esperar una doble falta de su oponente para sellar su victoria en el primer punto del partido, luego de 2:43 horas de encuentro.

Fue increíblemente complicado (...) Gael es muy impredecible. Estaba pegándole bien a la pelota y tenía un potente servicio. Al principio yo jugué muy bien, pero después él se recuperó, con el público de su lado, declaró el serbio.

Djokovic, de 22 años, por el tenis mostrado este domingo y por lo logrado en días pasados, podría esperarse que llegue como favorito para conquistar la Copa de Maestros, que cerrará la temporada, del 22 al 29 del presente mes, en Londres, y podría darles batalla a Federer y Nadal en 2010.

El anfitrión dijo a los medios de comunicación que él jugó bien al inicio y no había mucho que yo pudiera hacer, pero continué creyendo en mí y luché (...) me las arreglé para volverme a meter en el partido y estuve cerca de lograrlo (el triunfo). Es una pena, realmente, concluyó.