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El balompié no debe ser todo en la vida, expresa directivo

Multitudinario funeral del portero Robert Enke paraliza Alemania
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 16 de noviembre de 2009, p. 6

Hannover, Al., 15 de noviembre de 2009. El futbol no lo es todo, repitió tres veces, visiblemente conmovido, el presidente de la Federación Alemana de Futbol, Theo Zwanziger, durante el último adiós al portero del Hannover 96 y la selección de su país, Robert Enke, quien se suicidó el martes, víctima de una depresión por miedo al fracaso.

El futbol no lo es todo en la vida. El futbol no debe ser todo en la vida. Creo que Enke hubiera llamado a los hinchas a mostrar más humanidad y valor cívico, a levantarse para oponerse a los tabúes que siguen existiendo en nuestro deporte profesional, completó el directivo germano, ante unas 45 mil personas que asistieron a la ceremonia luctuosa dentro del estadio AWD-Arena.

Como ha ocurrido durante días recientes, el caso del joven guardameta, de 32 años, conmocionó al país completo. Miles de personas, quienes pese a madrugar no alcanzaron boleto para ingresar al campo, presenciaron la ceremonia en unas pantallas gigantes afuera del estadio, donde se instalaron con velas y flores. Asimismo, millones de alemanes siguieron en vivo por televisión las exequias, que la prensa comparó con el multitudinario último adiós al primer canciller de la posguerra, Konrad Adenauer, en 1967.

El país entero se paralizó a las 11 de la mañana para sumarse al funeral de Enke, quien durante la tarde fue enterrado en una ceremonia íntima junto a su hija, Lara, fallecida en 2006 a los dos años de edad, a causa de una enfermedad cardiaca congénita.

Políticos y directivos alemanes, como el ex canciller Gerhard Schroeder, y representantes de otros clubes y países, entre ellos el secretario técnico y el vicepresidente deportivo del Barcelona, Aitor Baguiristain y Rafael Yuste, respectivamente, estuvieron presentes. También los ex jugadores Franz Beckenbauer y Jürgen Klinsmann, los integrantes de la selección alemana y sus compañeros de equipo en el Hannover.

Ellos fueron los encargados de cargar el féretro de Robert Enke, que salió del campo en medio de un cerrado aplauso. En ese mismo estadio, una semana atrás el guardameta había sido ovacionado a su regreso, tras una baja médica, en el empate 2-2 que su escuadra consiguió ante el Hamburgo.

Enke sufría depresión desde 2003 y se encontraba bajo tratamiento siquiátrico, pero lo ocultó del mundo del balompié por temor a perder su trabajo. Le sobreviven su esposa Teresa y su hija Laila, a quien adoptaron ocho meses atrás.

El arquero jugó ocho partidos para la selección alemana y, al consolidarse como titular tras las salidas de Oliver Kahn y Jens Lehmann, era el favorito para ocupar el arco en el Mundial de Sudáfrica 2010. En el extranjero, fichó para el Benfica, de Portugal, donde fue capitán, además del Barcelona, el Tenerife y el Fenerbahce, de Estambul. En Alemania militó en el Carl Zeiss Jena y en el Borrusia Mönchengladbach, antes de su último club, el Hannover 96.