En zonas rurales y comunidades indígenas existe un enorme potencial de atractivos turísticos que desde hace siete años se difunden para atraer visitantes, primero de zonas cercanas y ahora se pretende extender la campaña a otras ciudades e incluso países mediante la Red Indígena de Turismo de México (RITA), que busca superar la propaganda donde se ensalza la grandeza del indio muerto y se margina al indio vivo.

Chinamperos y comunidades de la montaña de Xochimilco se unieron a RITA para promover el corredor biológico-cultural Chichinautzin, que va de la zona montañosa y llega hasta la canalera, con recorridos que pasan por pueblos y barrios de la demarcación.

Cecilio Solís Librado, presidente de RITA, señaló que 17 comunidades de 15 estados de la República y el Distrito Federal integran la red, la mayoría, dijo, son sociedades cooperativas. Explicó que la gente nativa hace turismo desde una visión propia de respeto y protección de la naturaleza.

Al referirse a la comunidad de la capital, comentó: los paseos son distintos, porque es una comunidad indígena que pese a estar dentro de la gran capital, se niega a desaparecer. En las visitas se conocen la cultura, las tradiciones, leyendas y muchas otras cosas de Xochimilco.

La oferta de las poblaciones indígenas, aclara Solís, es diferente a la que comúnmente comercializan las grandes empresas del turismo en el país, porque mediante los guías comunitarios o rurales se puede llegar a lugares de difícil acceso, que sólo los oriundos conocen y que son maravillosos.

La asociación empezó hace siete años y actualmente hay un padrón de 155 cooperativas de estados como Michoacán, Hidalgo, Tlaxcala, Guerrero, Puebla, Veracruz y otros que tienen una diversidad de lugares que están en playas, zonas montañosas, sierras, lagunas y desiertos.