jornada


letraese

Número 159
Jueves 1 de octubre
de 2009



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate

opiniom


Católicas por el Derecho a Decidir

Por el derecho a decidir
de mujeres y jóvenes

La Campaña 28 de Septiembre tiene como visión una sociedad democrática donde las mujeres deciden sobre sus cuerpos y proyectos de vida, donde estas decisiones son respetadas y donde los Estados generan las condiciones para garantizar el ejercicio de estos derechos.
La Campaña propone generar los medios para lograr el acceso al aborto seguro, legal y con calidad de atención en todos los países de América Latina y el Caribe.

La reforma que permite la interrupción legal del embarazo en la Ciudad de México hasta la semana 12 de gestación, y que es el fruto de 30 años de lucha para colocar a la maternidad voluntaria como un derecho fundamental, es muestra del reconocimiento del derecho a decidir de las mujeres y da cumplimiento al Artículo 4 º constitucional, donde se establecen los derechos reproductivos de las mujeres. Este avance hace justicia a las mujeres, al permitir que más de 29 mil hayan podido interrumpir su embarazo de manera segura y responsable, haciendo uso de su libertad de conciencia.

Lamentablemente los avances logrados en México en materia de derechos reproductivos de las mujeres, están siendo amenazados por la embestida del fundamentalismo. Es decir, grupo conservadores que pretenden imponer sus “verdades absolutas”, poniendo en riesgo la vida y la seguridad de las mujeres en México al reformar las Constituciones locales que “protegen la vida desde el momento de la concepción” en 16 estados del país (Baja California, Campeche, Chihuahua, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora, Yucatán).

Esta moral conservadora ha penetrado las esferas públicas y legislativas donde los funcionarios anteponen sus creencias religiosas por encima de los derechos reproductivos de las mujeres impidiendo que las leyes que garantizan el aborto legal se cumplan, o haciendo que se cumplan con altos costos, con indignación y dolor de las mujeres víctimas de embarazos forzados.

En los últimos meses hemos advertido diversas expresiones del fundamentalismo religioso dirigidas a impedir a toda costa que las mujeres puedan ejercer su derecho a decidir. Abusando de su poder simbólico, la jerarquía católica conservadora no ceja en su intento de imponer su concepción de la moral “única” en las leyes y políticas públicas para que éstas reflejen la agenda moral de la Iglesia institucional, agenda que no toma en cuenta las necesidades ni las opiniones de la feligresía.

En Católicas por el Derecho a Decidir hemos escuchado con tristeza las declaraciones de diversas voces de la jerarquía católica que estigmatizan y criminalizan a las mujeres que interrumpen el embarazo. Un ejemplo de esto es la declaración de la Arquidiócesis de León, afirmando que “cualquiera que sea la situación del embarazo, de una vida nueva, merece la custodia en cualquier situación y en cualquier circunstancia, incluso la violación”. Este tipo de comentarios coloca la vida del no nato por encima de la vida de las mujeres, condenándolas a embarazos forzados incluso cuando su salud y su vida corren peligro.

Ante estos graves retrocesos de los derechos humanos de las mujeres, exhortamos a los congresos locales y federal a respetar el Estado laico que garantiza los derechos humanos fundamentales de las personas como:

• Las libertades de todos y todas, especialmente su libertad de conciencia, evitando coerciones y imitaciones de todo tipo sobre ella.
• El respeto a la pluralidad y diversidad como principios fundamentales para una convivencia pacífica, tolerante, incluyente y armoniosa.

Católicas por el Derecho a Decidir convocamos a nuestra Iglesia a dejar de impulsar retrocesos en materia de derechos de las mujeres que violenten la laicidad del Estado. La separación
de las Iglesias y el Estado es condición imprescindible para la democracia en México.
Le pedimos a nuestra jerarquía actuar en concordancia con las realidades actuales
de las mujeres católicas, y con la compasión, la conciliación y la congruencia que inspira
el Evangelio de Jesús.


S U B I R