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El conjunto de la UNAM saltó a la cancha como si fuera a jugarse la vida

Puebla se mantiene como único invicto tras empatar con Pumas

Bernal cometió penal a Borgetti, pero el silbante Archundia no lo marcó

Barrera fue el jugador más peligroso de los auriazules pero sin hacer daño

La entrada de Palencia niveló a su equipo

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El auriazul Martín Bravo y el camotero Roberto Juárez, en férrea disputa por el esféricoFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Lunes 21 de septiembre de 2009, p. 2

Puebla, Pue., 20 de septiembre. El equipo de la franja se mantiene como único invicto del torneo regular tras empatar 1-1 ante los Pumas de Ricardo Ferretti. Los alicaídos monarcas salieron conformes del estadio Cuauhtémoc porque al menos no perdieron.

El conjunto de la UNAM saltó a la cancha como si fuera a jugarse la vida. Pronto consiguió apropiarse del esférico, pero comenzó a desgastarse en llegadas sufridas, trompicadas, sin claridad y en las que lo más que conseguía eran disparos lejanos a la meta y algunos tiros de esquina.

Pablo Barrera se mostró como el jugador más peligroso del ataque auriazul, pues al minuto 18 remitió un tiro de media distancia que Jorge Villalpando controló sin problemas. Tres minutos más tarde el guardameta camotero logró alejar el peligro al desviar con la mano derecha, casi frente al larguero.

Los nervios estaban al límite en las bancas. En el caso del técnico local, José Luis Sánchez Solá, perdió la tranquilidad cuando notó la determinación de Pumas y al minuto 28 su auxiliar fue expulsado. El malencarado Tuca se mostró tenso y estuvo mucho tiempo de pie, al borde de su área técnica.

Puebla muy poco había hecho al frente, apenas un tiro al poste del Cherokee Pérez y posteriormente un cabezazo de Jared Borgetti, el cual se escurrió por el costado derecho.

Al minuto 44 Dante López por fin reflejó el dominio de los visitantes en el marcador, cuando Joaquín Velázquez quiso dejar en posición adelantada al paraguayo, pero lo hizo muy tarde; el centro ya venía en camino y López cabeceó perfecto para clavar el esférico a la izquierda de Villalpando, cuyo lance fue inútil.

Para el complemento, que arrancó con lluvia, el Chelís ingresó a Sergio Samba Rosas, en lugar de Rodrigo Salinas. Con el reacomodo en la grama surgió la jugada del gol cuando Nicolás Olivera sacó un centro desde la banda izquierda y Borgetti remató certero, la pelota entró cerca del poste izquierdo.

El cuadro universitario vivió minutos de desánimo y el control fue total de los anfitriones que buscaron dar la voltereta: Jared tuvo una nueva oportunidad pero su remate resultó muy elevado. Antes se quejó de un claro empujón en el área del portero Sergio Bernal, pero el silbante Armando Archundia no hizo caso.

El timonel Ferretti sacó a Martín Bravo e ingresó al aguerrido Francisco Palencia, quien entró a la batalla con el cuchillo entre los dientes: peleó cuanto balón tuvo a su alcance, buscó dar claridad al ataque con buena rotación del esférico, pero siempre lo hizo con demasiado ímpetu, un tanto precipitado.

El propio jugador de larga cabellera estuvo cerca de romper la paridad con un remate que con malabares desvió Villalpando hacia arriba.

Por supuesto, con su entrada al partido el conjunto auriazul logró nivelar. Borgetti estuvo más aislado al frente sin que nadie le surtiera balones porque atrás había que contener la avalancha universitaria.

En la recta final los Camoteros se acordaron de que eran locales, y por ende estaban obligados a la victoria, por lo que se lanzaron desordenadamente en busca de ella. Entonces los pupilos del Tuca se plantaron bien en su retaguardia y ya nada pasó.