Deportes
Ver día anteriorDomingo 9 de agosto de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La afición salió satisfecha, pues desde el torneo pasado su equipo no triunfaba en casa

Acelera La Máquina y conjura la frustración en el estadio Azul

La dupla Villa-Lozano dio buenos resultados a Enrique Meza, quien agradeció el apoyo de los seguidores

Foráneos celestes comienzan a mostrar su calidad

Baloy tuvo una pésima tarde

 
Periódico La Jornada
Domingo 9 de agosto de 2009, p. a13

Cruz Azul tuvo una tarde de reconciliación con su público al vencer 2-0 al Monterrey. La gente soportó la lluvia y el viento, se entusiasmó con el goleador Emanuel Villa, coreó oles en favor de su equipo y salió del estadio Azul con una sonrisa de satisfacción. Todo ello después de un torneo sin celebrar victorias en este escenario.

Los Cementeros no habían ganado en casa desde la fecha dos del torneo Clausura 2009; además, el futuro se ve prometedor, pues la dupla Jaime Lozano-Villa hace soñar, después que ambos se hicieron presentes en el ataque a los minutos 33 y 62 para rubricar la anhelada victoria. Luego de tres fechas, La Máquina llegó a seis puntos en el grupo tres, mientras Monterrey se quedó con cuatro en el dos.

El pie foráneo de La Máquina gana en acoplamiento. El timonel Enrique Meza arrancó con el hondureño Ramón Núñez, el chileno Emilio Hernández y el argentino Villa, quienes intentaron plasmar su estilo de juego de primer toque; todavía falta precisión, pero quien despuntó por su presteza tanto al ataque como para defender fue Emanuel.

Los Rayados lamentaron la pésima tarde que tuvo el defensa panameño Felipe Baloy, quien pese a sacarle una cabeza de estatura a Villa, quedó exhibido en el par de goles cementeros; además, el técnico visitante, Víctor Vucetich, debió ingresar a Diego Martínez para contener los letales desbordes del Jimmy Lozano.

El primer tiempo vivió lapsos de tedio; sólo llamaban la atención los regaños del Ojitos Meza hacia Rogelio Chávez y Julio César Domínguez. Al minuto 28 la afición, unos 18 mil espectadores, estalló en abucheos reprobando el pobre espectáculo. El Monterrey comenzó a salir del letargo con disparos de media distancia, pero su brío quedó congelado debido al primer fallo de Baloy.

Foto
Con su doblete de ayer ante el Monterrey, Emanuel Villa entusiasmó a los aficionados cementerosFoto Víctor Camacho

Lozano mandó un centro al corazón del área, Villa saltó frente al adormilado Baloy, y con seco frentazo venció a Jonathan Orozco para imponer el 1-0. Los regios intentaron emparejar, pero el descuido atrás casi les cuesta el segundo, ya que Villa estrelló la pelota en el poste izquierdo, coincidiendo con que se señalaba posición adelantada.

Para el complemento de nuevo Villa tuvo la primera opción importante; sin embargo, su disparo se fue ligeramente hacia la izquierda. La gente no tardó en identificar a su nueva estrella y celebró con entusiasmo cada arremetida del sudamericano.

La defensa local, comandada por Horacio Cervantes, mostró franca mejoría. El zaguero gigantón no tuvo empacho en regañar al portero Yosgart Gutiérrez cuando lo vio titubear. En general el guardameta sinaloense resolvió bien los disparos de media distancia que mandó el cuadro norteño.

La fórmula Lozano-Villa de nuevo se hizo presente al minuto 62: Jimmy avanzó por el carril izquierdo y Villa capitalizó por el centro ante el pasmado Baloy. Los técnicos redondearon sus cambios, Vucetich ingresó a los convalecientes Luis Pérez y Humberto Suazo, pero no hubo movimiento en el tablero, pese a un balonazo que El Chupete estrelló en el poste izquierdo, al minuto 72.

Meza agradeció a la afición, pues sólo con ellos los equipos consiguen cosas importantes. Reconoció que es necesario mejorar, porque hubo lapsos en que perdimos mucho la pelota y dedicó el triunfo a uno de sus nietos, nacido prematuro y al que le dieron el alta del hospital.

Vucetich admitió irse con sabor amargo, pues la derrota se debió a errores de marcación, porque Cruz Azul ni siquiera había llegado, aunque admitió: nos faltó profundidad.