El presidente Felipe Calderón calificó ayer de equivocado e injusto el señalamiento de que impondrá al próximo dirigente del Partido Acción Nacional (PAN), por la cercanía que tiene con algún militante.

Soy uno más de los consejeros, aseguró y, sin mencionar a César Nava, su ex secretario particular y candidato único a la dirigencia del blanquiazul, dijo lamentar que su amistad o cercanía con alguien le perjudicara y diera pie para que otros injustamente hagan reproches.

Tras conocer los planteamientos del mandatario, el ex dirigente del PAN Manuel Espino Barrientos señaló que con esas declaraciones intenta desvincularse del proceso de sucesión de manera formal, pero en los hechos su equipo cercano de colaboradores ha estado empeñado en dirigir la elección, y supongo que no se mandan solos.

Mientras, Nava declaró en Jalisco que la voz del Presidente es querida, reconocida y seguida dentro del Consejo Nacional, pero la decisión sobre quien dirigirá el partido la tomarán los integrantes de ese órgano colegiado, en el cual Calderón tiene voz y un solo voto.

De visita en la casa presidencial de Costa Rica, Calderón se refirió por primera vez a la sucesión en su partido, en cuyas filas se ha gestado una rebelión encabezada por Espino, los senadores Santiago Creel y Ricardo García Cervantes y el diputado Javier Corral, quienes lo acusan de pretender imponer al presidente del blanquiazul.

Me parece que el señalamiento que se hace de si se tiene mayor o menor cercanía o mayor amistad de uno u otro militante, que sea el criterio para de ahí deducir que hay una imposición mía, es equivocado y es injusto, refirió.

Utilizó los mismos términos para definir los señalamientos de quienes por apasionamiento político dudan de la honorabilidad de las mujeres y hombres íntegros que conforman el Consejo Nacional panista.

Lo raro sería que no tuviera amistad y cercanía con algún dirigente del partido, explicó al recalcar que el PAN ha sido mi casa toda mi vida.

Declaró que le hubiera gustado que el proceso de elección de Nava se hubiese dado por consenso, y aseguró que es respetuoso de la vida interna de su partido, cuyo Estatuto permite que cualquier militante aspire a encabezarlo. Sólo debe cumplir el requisito de ser avalado por 10 consejeros.

Sin aludir a la debacle electoral del PAN, expresó su deseo de que la renovación de la dirigencia permita replantear las estrategias para alcanzar los objetivos establecidos desde su fundación.

A su vez, Espino, uno de los líderes que ha denunciado intromisión oficial en la sucesión, calificó los señalamientos de Calderón de buen intento para manejo mediático, pero en la realidad su gobierno se ha involucrado en muchos procesos internos del partido, incluida la integración del actual Consejo Nacional.

Resaltó que los hechos ocurridos hasta la fecha han acreditado la participación del gobierno, y lo único que pudiese rectificar tal situación es que se cancele el proceso de elección, que Nava no sea el dirigente del partido, que se permita una etapa de evaluación y reflexión sobre la situación en que se encuentra el instituto político, y sólo entonces elegir al próximo jefe nacional del PAN, pero sin injerencia del equipo de colaboradores del Presidente.

Por otra parte, de gira por Jalisco, Nava descartó que haya un voto en blanco en su contra. Sobre los magros resultados del blanquiazul en esa entidad, subrayó que reflejan la falta de unidad.

En Guerrero, agregó que estaría dispuesto a recibir en las filas panistas al gobernador Zeferino Torreblanca, con quien, aseguró, tiene motivos de identificación.