Economía
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Lograron que el FMI y el BM tengan dirigentes elegidos por méritos y no por nacionalidad

Países en desarrollo apuntalaron en el G-20 su papel en la toma de decisiones
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Una mujer protesta frente al centro ExCel de Londres, donde se celebró la cumbre del G-20. En su pancarta pide al primer ministro Gordon Brown: impidan que los bancos se sigan cagando en nosotrosFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 3 de abril de 2009, p. 24

Londres, 2 de abril. Para los países en desarrollo que participaron en la segunda reunión cumbre del Grupo de los 20 (G-20), la cita de Londres concluyó con resultados concretos que apuntalan la participación de estas naciones como interlocutores de peso en el diseño de la nueva estructura financiera mundial.

Uno de los acuerdos más concretos de la cumbre que reunió aquí a presidentes y primeros ministros de 21 naciones (además del G-20 participó España) es el compromiso de inyectar 1 billón (millones de millones de dólares) para estimular a la economía mundial a través del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras instituciones financieras, recursos que en su parte más sustanciosa serán canalizados a las economías emergentes a través de líneas de crédito o fondos para reactivar el comercio.

Uno de los acuerdos de la cumbre, plasmado en el comunicado final, está relacionado con reformar el sistema de gobierno del FMI y el Banco Mundial, instituciones que desde su creación en 1945 han sido dirigidas, por un acuerdo tácito de las potencias industrializadas, por un europeo, en el primer caso, y un estadunidense, en el segundo. El acuerdo está en que en adelante los dirigentes de ambos organismos lo sean en función de sus méritos y no de sus nacionalidades, un punto en que claramente se ve la marca de países como China, India y Brasil que han insistido en el tema en los últimos años, en especial desde la reunión de ambos organismos en Praga, República Checa, en el otoño de 2000.

El comunicado final también reconoce la necesidad de reforzar la supervisión del sistema financiero mundial, en particular, aunque no únicamente, de los llamados hedge funds o fondos de riesgo, un tipo de instrumento sin ninguna regulación, un tema en el que también han insistido países en desarrollo.

La BBC comentó ayer que después de esta cumbre el FMI, tanto en términos de los recursos de que dispondrá como de su forma de funcionar, entra en una nueva era después de esta cumbre. Así se reflejó la insistencia de los países emergentes para aumentar su poder de influencia por sobre la institución, un reclamo de China y Brasil, entre otros, y la mejor rendición de cuentas del desprestigiado organismo, algo que buscaba la presidenta argentina Cristina Fernández, añadió la cadena británica.

Los países del Grupo de los 20 son: Argentina, Australia, Brasil, Gran Bretaña, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía y Estados Unidos. El vigésimo integrante es la Unión Europea, representada por el presidente rotatorio, en este caso, la República Checa. Pertenece también el Banco Central Europeo. A la cumbre de Londres, como a la de Washington en noviembre, fue invitada España.

Lula quiere prestar dinero al FMI

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, aseguró este jueves en Londres que le gustaría pasar a la historia como el primer presidente brasileño en prestar algunos reales (la moneda brasileña) al FMI, organismo al que el G-20 decidió este jueves aportar fondos suplementarios.

Me gustaría pasar a la historia como el presidente que le prestó algunos reales al FMI, ironizó Lula en rueda de prensa en la embajada de Brasil en Londres, tras la reunión del G-20, al ser interrogado sobre la cantidad de dinero que su país estaría dispuesto a aportar al Fondo.

“En mi juventud llevé carteles en Sao Paulo que decían ‘fuera el FMI’, (pero) Brasil no quiere comportarse como un país pequeño”, explicó, sin dar cifras, al recordar que su país solía pedir ayudas a la institución financiera en el pasado y que las condiciones a las que estaba sometido eran impopulares.