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El grano es uno de los más expuestos a la contaminación por transgénicos, dice la experta

Preocupante, la erosión genética del maíz, alerta Martha Astier

En Michoacán, el abandono del cultivo debido a la migración de los campesinos y al alto costo de los insumos originaron el problema, destaca la investigadora de la UNAM

 
Periódico La Jornada
Jueves 19 de febrero de 2009, p. 2

La erosión genética y la pérdida de germoplasma en el maíz, tanto en variedades criollas como silvestres, debería preocupar no sólo a las instituciones públicas de México, sino a las de todo el mundo, pues se trata del grano con el mayor número de hectáreas cultivadas en el planeta y uno de los más expuestos a la contaminación con transgénicos, alertó Martha Astier Calderón, especialista en el estudio de maíces criollos y miembro del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA), campus Morelia, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En entrevista con La Jornada, destacó que entre los principales factores de la pérdida de riqueza genética del maíz en la cuenca de Pátzcuaro y Zirahuén, en Michoacán –una de las cinco entidades con mayor diversidad de semillas, pues concentra 10 por ciento de las razas de maíz que existen en el país– está el abandono del cultivo, debido principalmente a la migración de los campesinos, pero también por el alto costo de los insumos, como los fertilizantes, pues su precio prácticamente se duplicó en dos años, lo que hace totalmente insustentable el cultivo de maíz para pequeños productores.

Astier Calderón explicó que investigaciones recientes en torno de las razas y variedades de los maíces criollos, así como su prevalencia en el cultivo y consumo en la región, revelaron que sí hay una erosión genética, pues a pesar de que todavía existe un acervo genético muy importante, hay comunidades en las que se registran pérdidas asociadas a diversos factores, como el abandono de tierras, en gran parte por la migración, pero también la falta de recursos económicos para comprar insumos, insistió.

Dinámica perversa

En muchos casos, agregó, el problema no es que el campesino se niegue a producir, simplemente no puede hacerlo porque no puede comprar los insumos químicos. Viven una dinámica perversa, en la que, por un lado, están enganchados al agroquímico y al monocultivo y, por otro, cualquier propuesta tecnológica más amigable con el medio ambiente se ve más lejana, a pesar de que desempeña un papel muy importante.

Señaló que otro factor que genera la erosión genética del maíz es su uso y consumo, pues también se ha modificado la cultura gastronómica de muchas comunidades, en las que se ha comenzado un proceso de pérdida de la tortilla tradicional, de alto valor nutricional, para favorecer el consumo de la tortilla industrial, que no reúne las condiciones nutricionales, que tiene en particular el producto hecho a partir de maíces criollos.

Autora, junto con el investigador del CIGA Narciso Barrera-Bassols, de la obra Catálogo de maíces criollos de la cuenca de Pátzcuaro y Zirahuén, Astier Calderón afirmó que México, como país de origen del grano, es un depósito de germoplasma, el cual está en manos de los pequeños productores, porque evoluciona, no es estático, y son los campesinos quienes lo seleccionan y cultivan.

La especialista alertó: No podemos soslayar el riesgo de que hay transgénicos que se cultivan muy cerca de aquí, y existen varios artículos científicos que alertan sobre los riesgos de contaminación, incluso a maíces criollos y silvestres, y esto seguramente tendrá un impacto desde el punto de vista económico, porque si se autoriza de manera oficial la siembra de maíz transgénico, podemos esperar que vengan Monsanto o las grandes transnacionales a pedir regalías por esa semilla, como ya ocurre en Estados Unidos.

Afirmó que la producción de maíz es resultado de la labor de pequeños y medianos productores, que por una parte son presionados para sembrar el grano, porque el producto se importa a precios muy elevados, pero por otro lado tampoco hay mucho financiamiento, pues reciben menos recursos que los grandes agricultores, y si no se atiende este factor, enfrentaremos desabasto para el autoconsumo de las comunidades y también para otros puntos de venta en el resto del país, donde se canalizaba la producción excedente, porque el tema de los insumos es clave.

Raza purépecha

En cuanto a las variedades de maíz, destacó que en la cuenca de Pátzcuaro se descubrió la llamada raza purépecha –endémica de la región–, gracias a las investigaciones del doctor Javier Mijangos, del Colegio de Posgraduados, que logró delimitarla genéticamente y diferenciarla de otras razas que se cultivan en la zona. De acuerdo con el trabajo del investigador, se trata de un grano que se siembra en la parte alta de la cuenca de de esa región michoacana y se caracteriza por su enorme plasticidad, debido a su origen en suelos volcánicos, con enorme adaptación a las variaciones del clima.

Astier Calderón también destacó la labor de comunidades y organizaciones campesinas, con quienes ha colaborado el CIGA para la realización, desde 2005, de la Feria del Maíz Criollo, con la que se busca promover la preservación de una enorme riqueza genética y de biodiversidad, y acercar nuevamente a los mexicanos con sus maíces criollos.