Usted está aquí: domingo 31 de agosto de 2008 Mundo Manda el Kremlin a socios europeos señales que buscan relajar la tensión en el Cáucaso

■ Desconoce Georgia acuerdos con Rusia para instalar tropas en la “franja de contención”

Manda el Kremlin a socios europeos señales que buscan relajar la tensión en el Cáucaso

Juan Pablo Duch (Corresponsal)

Moscú, 30 de agosto. En vísperas de que la Unión Europea (UE) se reúna en Bruselas, el lunes siguiente, para dejar constancia de que las relaciones no podrán ser normales hasta que Rusia cumpla en su totalidad el plan de paz de seis puntos –consensuado por los mandatarios ruso y francés, en representación de la UE–, el Kremlin mandó este sábado a sus socios europeos algunas señales que buscan rebajar la tensión.

Ante la reticencia de algunos países miembros de la comunidad europea a imponer sanciones a Rusia, tanto mayor cuanto más petróleo y gas natural rusos importan, parece que ahora la prioridad es llegar a un acuerdo para que Moscú reitere los soldados que desplegó en una llamada “franja de contención” adicional fuera de las fronteras administrativas de Osetia del Sur y Abjazia, en suelo georgiano.

Porque, al margen del reconocimiento ruso de la independencia de esas repúblicas separatistas –independientes de facto ya más de 16 años y tan georgianas como fue la voluntad de Iosif Stalin de incorporar esas regiones a su natal Georgia, además partiendo en dos a Osetia: el norte para Rusia, el sur para Georgia–, dicha presencia militar es lo que más irrita a la Unión Europea.

Y éste, según trascendió, fue el principal tema de la conversación telefónica que sostuvieron hoy el presidente de Rusia, Dimitri Medvediev, y el primer ministro de Gran Bretaña, Gordon Brown.

El titular del Kremlin dijo que Rusia “no sólo acepta, sino que propone un mayor despliegue adicional de observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) en la zona de seguridad”.

La OSCE es la única organización que tiene mandato internacional para operar en el Cáucaso y está presente en Georgia desde 1992, donde contaba, cuando estalló la guerra, con una misión de ocho observadores militares.

Poco antes, el primer ministro Vladimir Putin, en entrevista con el canal de televisión alemán ARD, aseguró que las tropas rusas no tienen la intención de quedarse en Georgia para siempre.

“Cuando hablamos con el presidente (de Francia, Nicolas) Sarkozy durante su visita a Moscú –afirmó Putin– le dijimos directamente que no queríamos anexarnos ningún territorio georgiano y que, por supuesto, nos iríamos de los sitios en que nos encontrábamos. Pero que nos iríamos a la zona de seguridad, definida en los acuerdos anteriores”.

Añadió: “Tampoco tenemos la intención de quedarnos ahí eternamente. Consideramos que es territorio de Georgia. Nuestro objetivo sólo es garantizar la seguridad en esa región, no permitir que se vuelva a concentrar ahí armamento de manera sigilosa, como se hizo en este caso, contribuir a que no se repitan las premisas para un nuevo enfrentamiento armado”.

Según Putin, apenas se cumplan esas condiciones “no tendremos fundamento para permanecer en esa zona de seguridad”, como llama Moscú a la “franja de contención” en territorio georgiano.

Georgia, que ayer rompió relaciones diplomáticas con Rusia, desconoció este sábado la vigencia de los acuerdos anteriores mencionados por Putin, para tener un argumento más en el sentido de que los soldados rusos violan su integridad territorial.

Por su parte, Rusia y Alemania, en conversación telefónica de sus cancilleres, Serguei Lavrov y Frank Walter Steinmeier, analizaron la “posibilidad” de que representantes de la UE puedan participar “en la vigilancia de las zonas de seguridad en torno a Osetia del Sur y Abjazia”, según señaló un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.

También “coincidieron en la necesidad de poner fin a los intentos de usar la situación (…) para incrementar la tensión en Europa, especulando sobre amenazas que no existen contra otros países (de la antigua Unión Soviética)”.

Este mensaje tuvo como claro destinatario al canciller francés, Bernard Kouchner, quien hace unos días declaró que Moscú podría tener “otros objetivos” como “Crimea, Ucrania y Moldavia”.

Putin, de su lado, desmintió que Rusia tenga esas intenciones. Tras decir a la televisión alemana que Rusia “hace tiempo que reconoció las actuales fronteras con Ucrania”, aseveró que Crimea “no es territorio en disputa ni tampoco hubo ahí un conflicto étnico, a diferencia de lo que ocurrió entre Osetia del Sur y Georgia”.

 
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