Usted está aquí: lunes 3 de septiembre de 2007 Política Abucheos e insultos a Calderón e invitados en el Zócalo

Ulises Ruiz, quien más encono despertó entre miembros de la resistencia civil pacífica

Abucheos e insultos a Calderón e invitados en el Zócalo

Alma E. Muñoz

Entre abucheos, gritos de protesta, huevazos y mentadas de madre de integrantes de la resistencia civil pacífica, el presidente Felipe Calderón y sus invitados ingresaron a Palacio Nacional.

Ulises Ruiz, gobernador de Oaxaca, fue quien más encono despertó entre la gente que trató de evitar el mensaje que en ocasión de su primer Informe de gobierno ofreció ayer Calderón. El oaxaqueño resistió, con un dejo de burla en el rostro, los gritos de “¡asesino, asesino!” que varias personas le espetaron.

Tuvieron que rodearlo varios agentes de seguridad para ayudarlo a traspasar la valla policiaca que acordonó la Plaza de la Constitución, en aras de preservar la ceremonia presidencial.

El mandatario, no obstante, tuvo que superar la distancia que lo separaba de la avenida 20 de Noviembre, por donde ingresó a la Puerta Mariana de Palacio Nacional entre señalamientos de “¡asesino!”, cuestionamientos por la violación a derechos humanos en Oaxaca y la presunta desaparición de personas en su estado.

Ni siquiera Manuel Espino, presidente nacional del PAN, inquietó tanto a los inconformes con su llegada al Zócalo capitalino para escuchar el mensaje de su correligionario. Aunque también recibió mentadas y rechiflas, el panista no fue increpado de manera directa.

Desde temprano, los integrantes de la resistencia civil pacífica arribaron a la Plaza de la Constitución para sumarse a las 50 personas que pernoctaron en el lugar con el fin de patentizar su rechazo a Calderón y mantener las pancartas que en apoyo al ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador colocaron desde el sábado frente a Palacio Nacional.

Se i ntento apagar sus protestas con música que resonaba por todo el Zócalo y provenía del recinto presidencial.

Además, fueron cercados por cientos de policías, aunque eso no impidió que una mujer estuviera a punto de arrojarse al paso de la camioneta que trasladaba al jefe del Ejecutivo por avenida José María Pino Suárez.

Cerca de las 9 horas los invitados de Calderón comenzaron su arribo. Tuvieron tres opciones de ingreso: a pie, en la esquina de Pino Suárez y Corregidora, por 20 Noviembre, y en el cruce de Seminario y La Moneda.

De cara a la segunda avenida, la manta de varios metros de longitud con el nombre de López Obrador. Conforme las personas traspasaban las vallas de seguridad, los de la resistencia civil pacífica coreaban el nombre de su “presidente legítimo” y algunos hasta arrojaron monedas a los pies de los invitados.

Espino, a su llegada, rechazó que la ceremonia fuera un acto partidista. Aunque resaltó que “siempre habrá gente que no esté en total sintonía con el gobierno federal”, reconoció que el PRD, al asumir “una actitud civilizada, decorosa, no hizo estridencia, optó por retirarse del recinto legislativo en silencio”, y contribuyó a la civilidad política.

Rechazó que se hubiera censurado a la presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta, al no transmitirse su explicación sobre el retiro de tribuna. “Ya se ha reconocido por parte del gobierno federal que fue un error. Desde ayer se ofreció una disculpa a la presidenta y se resarció la omisión transmitiendo y retransmitiendo su mensaje en red nacional dos o tres ocasiones”.

Calderón leía su mensaje en Palacio Nacional y los manifestantes daban vueltas alrededor del Zócalo portando la larga manta con el nombre de López Obrador y coreando el nombre del perredista.

Tras la ceremonia se apostaron en el cerco metálico para gritarles a los asistentes “culeros, ratas, lambiscones, paleros” y más. Algunos hasta les aventaron huevos.

 
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