Usted está aquí: miércoles 13 de diciembre de 2006 Mundo Abucheos al gobierno de Bachelet en el funeral de Augusto Pinochet

LA MUERTE DE PINOCHET

Escupió el féretro un nieto de Carlos Prats, general asesinado por orden del ex dictador

Abucheos al gobierno de Bachelet en el funeral de Augusto Pinochet

Amigos y familiares reivindicaron el cruento golpe de Estado contra Salvador Allende en 1973

Miles de chilenos se manifestaron en el centro de Santiago para recordar al mandatario socialista

ENRIQUE GUTIERREZ CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Simpatizantes de Pinochet participan en el funeral de su líder. A la derecha, izquierdistas lanzan al río Mapocho una réplica del ataúd del ex dictador Foto: Reuters

Ampliar la imagen Simpatizantes de Pinochet participan en el funeral de su líder. A la derecha, izquierdistas lanzan al río Mapocho una réplica del ataúd del ex dictador Foto: Reuters

Santiago, 12 de diciembre. El ex dictador chileno Augusto Pinochet Ugarte fue objeto hoy de un multitudinario funeral, que estuvo marcado por abucheos a la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, fuertes discursos de la familia, amigos y seguidores revindicando el cruento golpe militar de 1973, y de agresiones e insultos a la prensa nacional e internacional.

En paralelo, otros miles de activistas de derechos humanos, familiares de la víctimas de la represión de la dictadura pinochetista (1973-1990) y militantes de izquierda rindieron homenaje frente al palacio de La Moneda al derrocado presidente socialista Salvador Allende, manifestación que concluyó pacíficamente pero que en el momento de disolverse hubo incidentes menores.

Durante el funeral de Pinochet, que murió el domingo a los 91 años, efectuado en la Escuela Militar de Santiago, el ataque más directo contra el gobierno de la presidenta socialista Michelle Bachelet estuvo a cargo de Augusto Pinochet Molina, hijo del primogénito del ex dictador del mismo nombre y capitán del ejército, quien hizo una férrea defensa de la "obra" de su abuelo.

"Fue un hombre que derrotó en plena guerra fría al modelo marxista que pretendía imponer su modelo totalitario, no mediante el voto sino más bien derechamente por el medio armado", aseveró sorpresivamente ante la presencia de la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, y el jefe del ejército, general Oscar Izurieta.

La ministra, que fue la única representante del gobierno de Michelle Bachelet a las exequias, en medio de insultos y silbatinas de los pinochetistas dijo que "no es aceptable que un oficial en servicio activo pronuncie un discurso público con ribetes políticos y denoste a los poderes del Estado. Espero que el ejército tome las medidas que corresponden".

Blanlot, quien por un momento estuvo a punto de ser agredida físicamente cuando una turba se le abalanzó, aun estando resguardada por efectivos militares, añadió que estaba preparada para recibir los abucheos porque "quedan minorías con resentimiento, rencor y odio", y agregó que asistió al acto "porque el ejército pertenece a todos los chilenos".

Apuntó que el gobierno autorizó que la ceremonia fúnebre se realizara en ese recinto castrense porque "respeta en su calidad militar al general Pinochet, porque fue nombrado comandante en jefe por un gobierno democrático, el de Salvador Allende", pero afirmó que le habló a la viuda Lucía Hiriart "como persona, no como ministra de Defensa".

Sin embargo, la familia y el entorno pinochetista estaban muy molestos debido a que el gobierno de Bachelet se negó a celebrar un homenaje de Estado a Pinochet y sin duelo nacional.

En ese ámbito, la ceremonia comenzó con una misa presidida por el obispo general castrense Juan Barros Madrid, seguida de ocho discursos y terminó con los honores militares.

Otros dos nietos del ex dictador también hablaron, entre ellos Rodrigo García, quien cuando tenía 10 años acompañaba a su abuelo durante un fallido atentado de la resistencia a la dictadura, el 7 de septiembre de 1986.

La hija mayor del ex jefe del ejército, Lucía Pinochet Hiriart, al tomar la palabra reprochó a la prensa por la "imagen equivocada" que dieron de su padre y reivindicó el golpe militar.

El general Izurieta, por su parte, concluyó las intervenciones, pidiendo que sea la historia la que haga "el examen objetivo y justo" de la actuación del ex militar, aunque sostuvo que cuando Pinochet "decidió actuar el 11 de septiembre de 1973 lo hizo con el convencimiento de que no había otra salida a la crisis".

La ceremonia terminó con los honores militares, y por la tarde los restos del ex jerarca militar fueron trasladados en helicóptero al balneario de Concón, a más de 100 kilómetros al noroeste de Santiago, para ser incinerado, y después sus cenizas llevadas a la casa de descanso de la familia en Los Boldos, en la costa central.

Agresiones a la prensa

En la noche, durante la velación, pinochetistas arremetieron contra medios de prensa. Tal fue el caso de la reportera María José Ramudo, de la Televisión Española, quien fue insultada y recibió algunos proyectiles cuando despachaba en vivo su reporte.

"Españoles hijos de putas, váyanse a la mierda", fue una de las expresiones de los pinochetistas. El personal de la policía militarizada de Carabineros no se inmutó ante este tipo de hechos.

Poco después le tocó el turno a la privada y conservadora Antena Tres, de España, así como a la cadena argentina Telefe, a cuyo reportero calificaron de "argentino comunista".

También tuvo problemas Alejandro Guillier, del canal local Chilevisión, quien había puesto en duda el ataque cardiaco que sufrió Pinochet el domingo 3 de diciembre, justo una semana antes de su muerte.

También se conoció que en la noche, durante el velatorio del ex dictador, un hombre ­tras hacer una tediosa fila­, se paró frente al féretro y lo escupió.

Se trató de Francisco Cuadrado Prat, nieto del general Carlos Prats, asesinado por orden de Pinochet junto con su esposa Sofia Cuthbert, el 30 de septiembre de 1974 en Buenos Aires. Los soldados tuvieron que protegerlo ante la furia de los pinochetistas.

Frente a La Moneda se congregaron unas 4 mil personas para tributar homenaje y recuerdo a Salvador Allende. "Nosotros queremos decir al presidente Allende que aquí está el pueblo chileno, en momentos en que ha muerto el dictador", señaló Viviana Díaz, de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.

En el Congreso en Valparaíso, los diputados de centroizquierda Fidel Espinoza y Tucapel Jiménez desplegaron en el hemiciclo un cartel que decía "Pinochet no es un santo. Asesinó a nuestros padres y a miles de chilenos".

Ambos parlamentarios son hijos de ejecutados políticos. Luis Espinoza era diputado socialista, y Tucapel Jiménez padre líder sindical de los burócratas.

 
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