Usted está aquí: domingo 27 de noviembre de 2005 Cultura Recibió Soriano el doctorado honoris causa de la Universidad de Colima

Es el artista vivo más importante de México, afirma el rector de la institución

Recibió Soriano el doctorado honoris causa de la Universidad de Colima

El pintor y escultor se plantea "hacer un esfuerzo mayor para tener un mejor nivel"

VERONICA GONZALEZ CARDENAS CORRESPONSAL

Colima, Col., 26 de noviembre. La Universidad de Colima entregó el viernes el doctorado honoris causa al pintor y escultor Juan Soriano, considerado "el artista vivo más importante de México", según palabras del rector de dicha institución, Miguel Angel Aguayo López, en reconocimiento a su trayectoria artística y a su aportación de esculturas al pueblo de Colima.

Tapatío de nacimiento (1920), Soriano presentó su primera exposición individual a los 16 años, la cual fue el inicio de una larga trayectoria pictórica y escultórica que ha sido reconocida en México y Europa. De entonces a la fecha ha realizado 160 exposiciones personales, la mitad en México y el resto en otros países.

En junio de este año Soriano recibió el Premio Velázquez de Artes Plásticas de manos del rey Juan Carlos de España y el viernes fue galardonado con el título de doctor honoris causa de la máxima casa de estudios colimense.

Soriano es uno de los escultores más apreciados en esta entidad, al grado de que el gobierno del estado y la Universidad de Colima impulsaron la creación del Museo de la Escultura que lleva su nombre y que pretende reunir piezas de artistas de talla internacional, entre los que destacan Sebastián y José Luis Cuevas.

A sus 85 años de edad, Soriano es "un niño de mil años" -de acuerdo con la escritora Elena Poniatowska-, que desde su infancia se sabía diferente a los demás pequeños de su edad, pero que deseaba ser igual a ellos. Años más tarde, cuando descubrió que los jóvenes de su edad "eran muy superficiales", decidió vivir de acuerdo con sus diferencias.

El artista relató que durante su infancia caminaba de puntillas para aparentar "ser grande", pero que dejó de hacerlo cuando se dio cuenta de que ser grande no era lo suyo; entonces decidió pintar como niño, esculpir como niño y vivir como niño.

Se le preguntó cómo le gustaría ser recordado por el público. Soriano respondió con la impulsividad y la sinceridad de un niño que eso no le interesa, porque cuando muera él ya no estará aquí para verlo. Agregó que lo verdaderamente importante para él es trascender en vida. Por esa razón no resultó extraño para los reporteros escuchar de sus labios que el título de doctor honoris causa de la Universidad de Colima "es un reconocimiento que me merezco, porque he hecho unos esfuerzos enormes en mi vida para llegar a tener un lugar en el mundo, pero un lugar de cierto valor dando lo mejor que puedo".

Con picardía y buen humor, Soriano afirmó que espera morirse pronto y que desde hace varios años ha estado diseñando su sepulcro. "He hecho varios ensayos y ya tengo una caja donde me meto, a veces, para descansar. El epitafio dirá solamente: ¡Muérete!", dijo.

Mientras la muerte llega "como un premio" a su vida, el artista reconoció que cuando pasa el tiempo ve sus obras y a veces las encuentra horribles, pero que otras veces las encuentra bonitas. "Algunas veces me parecen favoritas algunas cosas que he dicho o que he hecho, pero luego reflexiono y ya no me parecen nada; me parece que debería hacer un esfuerzo más grande para tener un nivel mejor", enfatizó.

 
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