ELECCIONES 2006

Reducir precampañas, decisión del IFE "para pararnos", asegura López Obrador

Ofrece brindar mejor trato a personas de la tercera edad de comunidades indígenas

RENATO DAVALOS ENVIADO

Orizaba, Ver., 12 de noviembre. La travesía del precandidato presidencial perredista Andrés Manuel López Obrador fue de la magia y desolación de la sierra de Zongolica a los Tuxtlas, en la que planteó que la decisión del Instituto Federal Electoral (IFE) de reducir las precampañas "obedece a la intención de pararnos. Ando buscando al tonto que crea que lo harán para que la 'gente descanse'; es para que baje nuestro movimiento y ver si los otros agarran fuerza", apuntó en alusión a Roberto Madrazo y Felipe Calderón.

El recorrido lopezobradorista pasó por la Córdoba cafetalera, el Tuxtepec oaxaqueño en el que hubo una plaza casi llena con más de tres mil personas, y terminó en Cosamaloapan, colindante con los Tuxtlas. "Nos quieren parar", refrendó el aspirante presidencial. "Pero no piensen que no sé cuál es la intención. Acepto la decisión, porque luego dicen que no respetamos las leyes", refirió.

Los andan inflando e inflando (a Madrazo y Calderón). A los "picudos" les conviene que gane cualquiera de ellos, "porque son lo mismo", pero no les va a funcionar, aseguró.

"Ya sabemos que si se les cae el candidato del PRI van a inflar al del PAN y viceversa. Nada más que se van a amolar, porque el pueblo es el que manda", expresó en esta ciudad ante 2 mil 500 personas, algunas de las cuales le escucharon desde el atrio de la catedral.

Los "comajanes" y "machuchones", dijo en tabasqueño, no son indestructibles. "Sí se puede -exclamó-, aunque inflen a los adversarios".

A su salida, algunos pobladores se manifestaron con cartelones y a gritos en contra de Martín Cabrera, ex alcalde panista de esta ciudad y ahora aspirante por el PRD. "Ratero", vociferaron.

A media mañana, el convoy lopezobradorista emprendió el sinuoso camino de la sierra de Zongolica, a 32 kilómetros de esta ciudad. Un día descampado después de una noche de lluvia y bruma, en medio de la mágica exuberancia que se prolonga sin fin.

En una cresta que corona una serranía, la Zongolica, hoy bajo el gobierno del panista Mázimo Tzoncoa, esperó a López Obrador. El alcalde le acompañó en el templete frente al que le escucharon medio millar de personas.

La travesía del convoy estuvo acompañada por varios camiones de redilas con las banderolas amarillas perredistas que también llegaron a la plaza.

De San Juan, un par de mujeres nahuas le colmaron de collares de cempasúchil y caprichosas cortinas de humo de copal; le realizaron una limpia al precandidato, le besaron las manos y se retiraron.

En la calle Francisco I. Madero, un grupo de campesinos le gritaron: "Queremos un buen presidente, no más corruptos".

López Obrador no quiso hablar de las futuras candidaturas perredistas. "Es algo que está viendo el partido", esquivó en breve entrevista.

Pensión para indígenas

En su mensaje a los nahuas anunció que, de ganar en 2006, promoverá una pensión especial para las personas de la tercera edad de las comunidades indígenas. A diferencia del resto del país, en estos lugares el sistema dotará de recursos para personas de 65 y no hasta los 70 años. Estas poblaciones recibirán mejor trato que las urbanas, prometió.

No estoy obcecado en sentarme en la silla presidencial, porque queremos que las cosas cambien. No somos ambiciosos vulgares, señaló. A muchos "picudos" les convendría que ganara el del PRI o el del PAN, porque seguiría siendo lo mismo, añadió. "Lo digo con todo respeto", externó dirigiéndose al alcalde Tzoncoa.

"No les conviene que lleguemos nosotros porque se van a terminar privilegios y corrupción", indicó. El perredista se despidió después de escuchar el Himno Nacional que niños entonaron en náhuatl.

En Córdoba, mil 500 personas llegaron a la plaza principal. Ahí los tres hijos de López Obrador le acompañaron en el templete. El ex jefe de Gobierno del Distrito Federal prometió apoyos a la producción agropecuaria, pero "sin corrupción". Esta es una región también panista que igualmente sufre la crisis de los precios deprimidos del café y el resto de la producción.

De nueva cuenta, López Obrador recriminó que los candidatos del PRI en lugar de pedir disculpas por su comportamiento de gobierno, andan pidiendo el voto a la gente. "Creen que los ciudadanos van a seguir sufragando por la misma podredumbre", dijo.

López Obrador viajó casi dos horas para llegar al corazón de la cuenca del Papaloapan en Tuxtepec, Oaxaca, en la plaza que congregó a más de tres mil personas, muchas de ellas en los balcones. Se había anunciado la llegada de Gabino Cué, pero finalmente no se presentó. Cuando abandonó territorio oaxaqueño todavía esperaba Cosamaloapan.

Pero sí estuvo su tío Pío López Ramón, hermano de su extinto padre, y Gustavo Bravo, hijo de Víctor Bravo Ahuja, secretario de Educación en el echeverriato.

Por la noche, en Cosamaloapan, López Obrador estuvo en la plaza principal ante poco más de mil personas, que le esperaron para escuchar un mensaje en el que refrendó su determinación de terminar con la corrupción y el hampa de la política.

En el templete lo acompañó Sergio Vaca, aquel legislador panista que al principio del foxismo se opuso a que se aplicara el IVA en alimentos y medicinas.