No permitiré que me detengan sin la orden de un juez, afirma el ex asambleísta

La PGJDF trató de remitirlo al Reclusorio Sur

GUSTAVO CASTILLO, AGUSTIN SALGADO Y MIRNA SERVIN

Los subprocuradores del Distrito Federal Renato Sales y Guillermo Zayas trataron de convencer a René Bejarano de "acompañarlos" en calidad de presentado para que fuera consignado ante un juez el mismo jueves de su desafuero.

La pretensión de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) era remitirlo al Reclusorio Sur junto con su expediente, luego de que el ex asambleísta abandonara la Cámara de Diputados.

Bejarano Martínez confirmó que incluso los funcionarios capitalinos le señalaron la posibilidad de que lo detuviera la Procuraduría General de la República (PGR), en un afán de convencerlo de que aceptara irse con ellos a las instalaciones de la PGJDF.

La historia del convencimiento comenzó en la propia Cámara de Diputados. "A mi abogado un funcionario de la procuraduría capitalina le entregó una tarjeta en la que le decía que había como 200 agentes de la AFI en camionetas de Bimbo alrededor del recinto y tratarían de detenerme.

"Sin embargo, y contra la voluntad de mis defensores, lo primero que decidí fue terminar mi comparecencia, porque ellos ya no querían que siguiera allí, me indicaron incluso que me fuera con ellos para evitar que me detuvieran.

"Lo que hice una vez terminados mis turnos de exposición fue buscar de manera rápida la salida y subir a mi camioneta, por eso nos íbamos abriendo paso.

"Los abogados querían que me subiera al coche de ellos, pero los engañé y subí a mi camioneta, inmediatamente ordené que fuéramos a casa (Virgilio Uribe 42). Así fue como al llegar a mi casa ya los subprocuradores Sales, Zayas, y el fiscal Rosendo Gómez Piedra tenían la intención de que me fuera con ellos.

"Sin embargo, desde su primera exposición, Dolores (Padierna su esposa) les reclamó que estuvieran fincando cargos que no existen. Renato (Sales) se sacó de onda, pero se recuperó e insistía en que los acompañara. Les pedí que me dieran tiempo y me dejaran consultarlo con mis abogados.

"Dieron las tres de la tarde o un poco más y como ya tenía hambre los invité a comer. Ampliamos la mesa y aceptaron quedarse, comimos sopa de poro y papa, pollo con arroz y ensalada.

"Una vez que terminamos, aun cuando el tema era el mismo durante la comida, concluí diciéndoles que, de acuerdo con lo que exponían, mi única seguridad era estar en la cárcel, y ellos lo aceptaron.

"Como no me convencieron, entonces les dije que tenía una suspensión que impedía que cualquier autoridad me detuviera sin una orden de aprehensión. No estoy contra el proceso, mi posición es que no permitiré que me detengan sin un mandamiento emitido por un juez, porque en el momento que yo sepa que me han librado una orden yo mismo me presentaré voluntariamente", dijo el ahora ex asambleísta.

Los funcionarios de la PGJDF abandonaron su casa cerca de las seis de la tarde e incrementaron la vigilancia en los alrededores de la casa del ex asambleísta, incluso uno de los agentes señaló que parecía que más estaban cuidando a Bejarano de que lo detenga la PGR, que evitando que se fugara.