México D.F. Jueves 9 de septiembre de 2004
Ofrece el FSB 10 mdd por información
para "neutralizar" a líderes separatistas
Rusia amenaza con asestar "golpes preventivos" a bases
terroristas
Los ataques, en cualquier parte del mundo; no se utilizaría
armamento nuclear, dice el ejército
Miles de personas salen a las calles en Beslán
para exigir la renuncia del presidente norosetio
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 8 de septiembre. El FSB (antiguo KGB) ofreció
10 millones de dólares de recompensa a quien proporcione información
para "neutralizar" a los líderes separatistas de Chechenia, mientras
el estado ma-yor del ejército ruso amenazó con asestar "golpes
preventivos" contra "las bases terroristas en cualquier parte del mundo".
Los encargados de la seguridad y el ejército rusos
buscan afanosamente recomponer su maltrecha imagen ante una sociedad que,
a la luz de la tragedia de Beslán, empieza a dudar de su eficiencia.
Es
la primera vez que el FSB se muestra dispuesto a pagar tan-to dinero por
la cabeza de Aslan Masjadov, la figura más representativa del sector
moderado del separatismo checheno, que hasta hace poco tasaba en apenas
50 mil dólares, si bien por Shamil Basayev, el jefe militar del
grupo más radical, considerado por el Kremlin como "terrorista número
uno", llegó a prometer hasta un millón de dólares.
Bajo el irónico título de "El Héroe
de Rusia", máxima condecoración del Estado que le concedió
el presidente Vladimir Putin por la operación de rescate en el teatro
Dubrovka de Moscú, que concluyó en octubre de 2002 con la
muerte de 129 rehenes y todos los secuestradores por el empleo de gas letal,
el semanario Moskovskiye Novosti dedica un de-moledor reportaje
al general Nikolai Patruschev, director del FSB.
El semanario detalla que, des-de que este cercano colaborador
y amigo personal de Putin está al frente del FSB en 1999, han muer-to
en atentados atribuidos a los separatistas chechenos 903 civiles en Moscú
y otras ciudades de Ru-sia, sin contar las 335 víctimas mortales
y 191 desaparecidos re-conocidos oficialmente que dejó la tragedia
de Beslán.
Así, en cinco años, más de mil 400
civiles rusos muertos es el balance de la gestión del responsable
máximo de la seguridad en Rusia, lo que en lugar de su dimisión
le valió a Patruschev el ascenso a general de ejército (sólo
le falta el grado de mariscal que ostentó Lavrenti Beria en tiempos
de José Stalin), concedido en agos-to pasado como premio a su lealtad
con el titular del Kremlin.
El ministro de Defensa, Serguei Ivanov, otro general del
antiguo KGB y uno de los hombres de mayor confianza de Putin, afirmó
el pasado primero de septiembre, cuando el comando armado acababa de ocupar
la escuela de Beslán: "Nos han declarado una guerra, en la cual
el enemigo no es visible y no hay línea del frente".
Durante los días más duros de la crisis
de los rehenes, el titular de la cartera de Defensa guardó silencio,
pero dos años antes, el 4 de noviembre de 2002, poco después
de la tragedia del Dubrovka, el mismo Serguei Ivanov señaló
al periódico Izvestia: "Nos han de-clarado una guerra, sin
frente ni fronteras ni enemigos visibles".
El único enemigo visible que tenía el ministro
de Defensa era el jefe del estado mayor, general Ana-toli Kvashnin, quien
acabó siendo cesado hace poco por representar intereses corporativos
distintos a los del nuevo equipo de ex funcionarios del KGB incrustados
en la jerarquía castrense.
El sucesor de Kvashnin, el general Yuri Baluyevsky, retomó
hoy la tradición del alto mando militar de amenazar con usar la
fuerza fuera de Rusia, hasta ahora sin cumplir con Putin al frente del
Kremlin, y él mismo aclaró, poco después del impacto
mediático de la noticia, que nadie tenía en cuenta emplear
armamento nuclear.
El propio Putin, días después de la operación
de rescate en el Dubrovka, ordenó "realizar ajustes en la doctrina
militar de Rusia para aniquilar a los terroristas en cualquier lugar del
mundo".
Los destinatarios del mensaje vengador, los ciudadanos
de este país, presagiaban por aquella épo-ca espectaculares
operaciones pu-nitivas fuera de las fronteras de Rusia y, dos años
más tarde, constatan que el replanteamiento de la doctrina militar
se redujo a poner una bomba que hizo saltar por los aires a Zelimjan Yandarbiev,
ex presidente checheno exiliado en Qatar, por dos agentes de los servicios
secretos rusos condenados en fecha reciente a cadena perpetua por una corte
de ese emirato del golfo Pérsico.
Por eso, en lugar de escuchar la misma amenaza por boca
de Ba-luyevsky, muchos rusos hubieran preferido hoy conocer la respuesta
del jefe del estado mayor a una simple pregunta, formulada ayer por el
alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, enfrascado en su guerra particular
con el entorno de Putin para mantenerse en el cargo: ¿Có-mo
es posible que los miembros del comando checheno (que realizó el
secuestro masivo de Beslán) tuvieran las mejores y más modernas
armas de producción nacional y uso exclusivo del ejército
ruso?
La jerarquía militar de Rusia, la de antes y la
de ahora, prefiere no saber nada de los oficiales que lucran con la guerra,
manchando al ejército todo con el estigma de la corrupción.
Tambalea Aleksandr Dzasojov
En Beslán, en cambio, miles de habitantes de esta
pequeña ciudad salieron a la calle para exigir la renuncia del presidente
de Osetia del Norte, Aleksandr Dzasojov, a quien responsabilizan de haber
eludido su responsabilidad en el manejo de la crisis de los rehenes y a
quien lanzan, entre otras acusaciones, la de haber "tolerado la corrupción
de la policía norosetia, que vendió a nuestros niños".
Dzasojov no resistió la presión de su pueblo
y anunció que, en dos días, estará firmado el decreto
sobre la dimisión en pleno de su gobierno, formulación ambigua
que no especifica si el presidente norosetio se incluye en la drástica
medida.
"Me preguntan por qué no renuncio. ¿Quieren
saber la respuesta?", dijo el repudiado dirigente desde el balcón
de la alcaldía de Beslán a los manifestantes. Y, tras una
larga pausa, musitó: "Lo estoy pensando".
Mientras Dzasojov lo sigue pensando, Amnistía Internacional,
Human Rights Watch y otras seis prestigiadas organizaciones no gubernamentales
rusas e internacionales emitieron un comunicado conjunto.
En este documento condenan en los términos más
enérgicos la toma de rehenes en Beslán, al tiempo que sostienen
que dicho ataque se produjo "tras cinco años de amplias, persistentes
e impunes violaciones de los derechos humanos de las tropas rusas contra
civiles en Chechenia, así como de no-torios abusos contra los derechos
humanos cometidos por combatientes rebeldes".
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