.. | México D.F. Jueves 9 de septiembre de 2004
Orlando Delgado Selley
Los bancos en las propuestas de futuro
Luego de que Andrés Manuel López Obrador formulara los postulados básicos de su proyecto alternativo de nación, parece que existen posibilidades de empezar a discutir lo que debiera ser el centro de la disputa política que vivimos. Uno de los temas que se ha planteado es el Fobaproa. En el cuarto Informe de gobierno, Vicente Fox planteó como un logro que se sorteó "un conflicto que pudo tener graves efectos", refiriéndose al vencimiento de los pagarés firmados por el entonces subsecretario de Hacienda, Martín Werner, mientras que tres días antes López Obrador había planteado la necesidad de crear una comisión de la verdad que pudiera transparentar todas las operaciones irregulares que los bancos endilgaron al gobierno federal y que tendremos que pagar todos.
Se trata de un asunto que sigue siendo fundamental para el futuro. El pago de los intereses ha significado 483 mil millones de pesos y el principal implicará una cantidad significativamente mayor. Estos recursos se podrían haber destinado a un propósito de más utilidad para el conjunto de la población, de modo que proponer que se negocie con los banqueros la reducción del costo es oportuno y necesario. Sin embargo, el desempeño de los bancos es todavía más importante. Además de que la función crediticia está prácticamente suspendida, el cobro de comisiones por los diferentes servicios es escandaloso.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), que dirige el priísta Oscar Levín, publicó un estudio del costo de las comisiones bancarias. En él se muestra que éstas explican 47.4 por ciento de los ingresos totales de los bancos grandes (Banamex y Bancomer), 36.3 de los cuatro medianos (Serfin, HSBC, Banorte y Santander) y 20.8 del resto. Así que si sumamos estas desorbitadas comisiones y los intereses generados por los pagarés Fobaproa, para obtener utilidades adecuadas los bancos no tienen necesidad de cumplir con una de sus funciones básicas: otorgar crédito.
Promover la cultura financiera, como afirma Levín, no evitará este desempeño perverso de los bancos. Aunque los usuarios conozcan lo que les cuesta hacer uso del cajero automático, un cheque devuelto, la tasa de interés que pagan por la tarjeta de crédito, o incluso pagar la electricidad, no ejercerán "su poder de compra y elección". Incluso Guillermo Ortiz ha planteado que debe regularse el cobro de comisiones. El gobierno federal, por supuesto, no ha dicho nada, aunque seguramente habrá pensado "y yo por qué". Lo grave es que los bancos no cumplen con su función, precisamente porque pueden hacerlo. La liberalización financiera realizada desde el salinato provocó primero una euforia crediticia irracional que condujo a la crisis de 1994-95 y después una contracción crediticia extrema.
Sobre la permanencia de una legislación que permite que los bancos vayan en contra de lo que el país requiere es indispensable pronunciarse. Cualquier proyecto de futuro exige que los bancos funcionen como verdaderos intermediarios entre ahorradores y usuarios de crédito. En prácticamente todos los países del mundo, el financiamiento otorgado por los bancos comerciales al sector privado no bancario es superior al que prestan los bancos asentados en México. En el Reino Unido, de acuerdo con la información que ofrece Carlos Tello Macías en Nexos, núm. 320, el financiamiento bancario como proporción del PIB es de 142 por ciento, en España de 111, en Francia 87, en Chile 64, en Bolivia 42 , mientras en México es de solamente 9 por ciento.
Así las cosas, además del Fobaproa, debemos discutir si los bancos que operan en México, controlados en más de 80 por ciento por extranjeros, podrán atender los requerimientos de crédito de pequeños y medianos empresarios. De qué sirve que las tasas de interés se hayan reducido si para un gran número de demandantes de crédito no es posible obtenerlo. No hay crédito más caro que el que no existe, pero hay que decir que el crédito al consumo a través de tarjeta de crédito llega a niveles insospechados: HSBC, antes Bital, cobra 77 por ciento anual, aunque paga a sus ahorradores menos de 4 por ciento.
Recuperar la capacidad de conducción estratégica de un sector tan importante como el bancario resulta decisivo para un proyecto nacional alternativo. De modo que pasar de los postulados básicos a precisiones en aspectos fundamentales será el próximo capítulo de la construcción de un pacto social democrático que coloque en el centro el interés de la gente. [email protected] |