La esposa del jefe del Ejecutivo lo acusó de boicotear su trabajo en comunicación social

Sahagún adelantó la salida de Durazo por no entender el proyecto presidencial

En las filas del PAN le vaticinaron que su pecado sería creerse con poder en Los Pinos

JUAN MANUEL VENEGAS

En la gira que el presidente Vicente Fox Quesada y su esposa Marta Sahagún realizaron por Yucatán el 23 y 24 de enero pasados, la primera dama se lo dijo a quien la quiso escuchar: Alfonso Durazo dejaría el cargo que tenía. Por lo menos, precisó, ya no seguiría en el área de comunicación social, puesto en el que más le enfadaba ver al sonorense.

Inclusive, el domingo 25 de enero, ya de vuelta en la ciudad de México, personajes cercanos a Sahagún filtraron a los medios el "inminente" relevo de Durazo y hasta aventuraron el nombre del sucesor: Ramón Alberto Garza, quien ya antes había sido considerado por la pareja presidencial para el puesto y que, por aquellos días, había sido visto en la casa Lázaro Cárdenas, donde despacha la esposa de Fox (La Jornada, 26 de enero, página 5).

Se comentó entonces que las diferencias entre Marta Sahagún y el vocero se habían agudizado en la Cumbre de las Américas celebrada el 11 y 12 de enero en Monterrey, debido al descontento de la esposa del Presidente por la "cobertura" que dieron los medios y por las "sugerencias" que Durazo hizo para que las actividades de Sahagún en la capital regiomontana no se convirtieran en motivo de distracción para los informadores acreditados al cónclave internacional.

Eso fue lo que se dijo en la casa presidencial en aquellos últimos días de enero. Y ayer, finalmente, ocurrió lo que anunciaba Sahagún en el viaje a tierras yucatecas.

Luego de lo que se publicó entonces, a Durazo y sus colaboradores no les preocupó desmentir la versión. Les intrigó, eso sí, saber el origen de la fuente... aunque no la desconocían del todo.

Ayer, con el anuncio de su separación de Los Pinos, explicó el ex priísta: la renuncia "la he retrasado tanto como he podido, con el propósito de sustraerla de un ánimo de coyuntura..."

Y dirigiendo sus mayores críticas sobre la figura y protagonismo de Sahagún, hizo públicas las disputas y animadversión que privan en el grupo más cercano al mandatario, de las que no es ajeno el responsable de la Oficina de Innovación Gubernamental, Ramón Muñoz, el otro factor de poder e influencia en el ánimo presidencial.

El desencanto

Al pasar de vocera a esposa del Presidente, conocidas sus tentaciones políticas, Marta Sahagún se ha convertido -como ella misma presume entre sus cercanos- en "operadora" del Ejecutivo federal y no ha renunciado a lo que considera fundamental para su esposo: el trabajo y acercamiento con los medios de comunicación. Y nunca estuvo conforme con el desempeño de sus sucesores: ni la dupla compuesta por Francisco Ortiz y Juan Ignacio Zavala, ni posteriormente Rodolfo Elizondo ni en el último año Durazo llenaron el ojo de la primera dama.

Sólo "las ansias de poder" de Durazo lo llevaron a aceptar, el 29 de julio del año pasado, el doble cargo de secretario particular y vocero, comentaron en el Partido Acción Nacional.

Mal querido en las filas del blanquiazul -"oportunista", "arribista", representante de la "cultura priísta de la intriga palaciega", lo acusaban- y confrontado con Sahagún desde el inicio mismo del sexenio, a Durazo le anticiparon el fracaso. Su pecado -comentaban- sería creer que tiene poder... y el poder en Los Pinos "sólo lo tiene la señora Marta".

Un ex colaborador de Fox, ferviente activista de la campaña de 2000, lanzó el pronóstico: "no dura más que los otros (Ortiz, Zavala y Elizondo)". Y la apuesta: "va a terminar mal con la señora Sahagún".

Conocido entre los foxistas era el encono que existía entre Durazo y la esposa del mandatario, desde los tiempos en que ésta era la vocera y aquél el secretario particular.

Sahagún acusaba a Durazo de "boicotearla" en su trabajo; de impedir a sus colaboradores en comunicación social el acceso a la agenda del Presidente; de ocuparse más de sus aspiraciones políticas de entonces -quería ser postulado por el PAN al gobierno de Sonora- que de las necesidades del mandatario, y de carecer de "la mística" del gobierno del cambio.

Algunas filtraciones que entonces la molestaron llegó a achacárselas al secretario particular, quien "siempre trabaja en las sombras". Una colaboradora de la entonces vocera ironizó sobre el papel de Durazo: "es una mala copia de Liébano Sáenz", el secretario particular de Ernesto Zedillo.

Felipe Zavala, quien venía trabajando con Fox desde 1991 y tuvo que dejar Los Pinos harto de las disputas entre los influyentes asesores del mandatario, agregaba a los comentarios: "ya no se puede hablar con el jefe (Fox); entre Alfonso y Ramón (Muñoz) lo tienen cercado".

Luego de la boda del 2 de julio de 2001, obvio, la señora Marta dejó de ser enfrentada. Sahagún ya no fue una más en el grupo de asesores...

Pero Durazo abrió otro frente en las batallas intestinas de Los Pinos. De acuerdo con lo que se reportó entonces en diversos medios (en el periodo julio de 2001 a enero de 2002) la dupla de Ortiz y Zavala padeció la misma historia que Sahagún en su trato con el secretario particular del Presidente.

Los escándalos en Los Pinos estallaron (las anécdotas del ramo en el avión, las botas de charol y el discurso alusivo a Borgues, entre otras, fueron ampliamente documentadas por la prensa) y la mano de Sahagún se dejó sentir: Ortiz regresó a la coordinación de imagen que había descuidado y Zavala fue enviado al consulado en Filadelfia.

El 20 de enero de 2002 Rodolfo Elizondo asumió la responsabilidad de la comunicación foxista... la historia se repitió. Sahagún, por un lado, y Durazo, por el otro, poco margen de acción dejaron al duranguense, sin experiencia en las tareas propias de un vocero, pero de intachable trayectoria partidista y leal, desde hacía años, al proyecto de Fox.

Con esos argumentos, todavía antes de su remoción de la Secretaría de Turismo (el 29 de julio del año pasado), Elizondo se creyó con méritos suficientes para asumir la secretaría particular. Venían los enroques en Los Pinos y sus aspiraciones eran válidas, pero lo contuvo el mandatario: "tú no me resuelves lo que este cuate (Durazo)".

Hace casi un año fue presentado Durazo en su nuevo encargo: secretario particular y vocero. Se difundieron diversas lecturas: que si había limado asperezas con Sahagún, que si se convertiría en el "superasesor" presidencial, que si llegaba a llenar la operación política que, sobre todo con el PRI, había fallado...

Sólo Fox sabe qué es realmente lo que le "resolvía este cuate". Pero el caso es que, desde un principio, Sahagún apretó e impuso en el nuevo equipo de comunicación a Ernesto Vidal, el hombre que en los primeros seis meses del gobierno le manejó las "relaciones interinstitucionales".

En los meses que siguieron, Sahagún no se cansó de decirlo: no estaba conforme con Durazo ni con los colaboradores que había llevado, a los que no concedía mayores méritos ni conocimiento del proyecto de su marido.

Además, según cuentan, en este lapso Durazo terminó por enemistarse con el ex canciller Jorge Castañeda, de reconocida amistad con Elba Esther Gordillo, principal aliada de la pareja presidencial en sus proyectos de reformas.

No quedó, pues, más espacio para Durazo. La esposa del Presidente ha dicho de todos los que la han sucedido en el cargo: no entienden el proyecto presidencial.

La carta de Durazo, difundida ayer, dejó claro cuál es ese proyecto.