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México D.F. Domingo 27 de junio de 2004

MAR DE HISTORIAS

En la ratonera

Cristina Pacheco

Pasa, no te quedes allí. La licenciada Márquez repite la invitación en un tono amigable y autoritario al mismo tiempo. La satisface recordar ese principio el primer día en que al fin logra ejercer su especialidad: orientadora de personal. Su meta es conseguir que el entrevistado -lo llamará siempre ''el objetivo''- se reconozca como individuo en el universo. Toma un expediente y lee el nombre de la recién llegada:

-ƑCatalina Morales? Siéntate, por favor-. La expresión de su ''objetivo'' la cohíbe y para ocultarlo vuelve a leer: -''El miércoles por la mañana presentó crisis nerviosa''. ƑEs cierto?

-Me sentí mal, eso es todo- corrige Catalina.

Cómo?

-ƑCómo qué?

La licenciada Márquez enfunda la mano temblorosa en el bolsillo de su bata:

-Para ayudarte necesito que pongas un poquito de tu parte.

-Estoy aquí...

-No es suficiente. Debes responder a lo que te pregunte.

-No aguanté las ganas de llorar-. Se mira las uñas y después observa a la licenciada: -A todo el mundo le sucede. ƑA usted no?- La licenciada Márquez rehúye el terreno de las confesiones y asume la actitud profesional que le recomendó su instructora.

-El problema no está en que, como tú dices, alguien tenga deseos de llorar, sino en el motivo-. Saca del cajón un machote con 99 preguntas y lee la primera: -ƑCasada?

-Madre soltera.

-Aquí me dicen que tienes tres hijos. ƑUn solo progenitor?

-Eso no tiene nada que ver con que el lunes haya sentido ganas de llorar. ƑO sí?

La licenciada Márquez ve la oportunidad de romper la estrategia rechazante de su ''objetivo''. Toma una hoja del expediente:

-Por lo que veo, te ha ocurrido otras veces. Aquí dice miércoles 23, viernes 25...

-Lloré en el baño y nunca en mis horas de trabajo. Si no me cree, pregúntele a la doctora Ochoa.

La expresión de la licenciada se dulcifica:

-Tienes que entender una cosa: hay reacciones físicas que nos dejan una huella-. Se inclina sobre el escritorio y clava la mirada en su ''objetivo'': -Después de una crisis como las que has tenido Ƒcómo piensas que hiciste tu trabajo?

-Normal.

-ƑEs suficiente para rendirle a la fábrica lo que necesita de ti?- La licenciada apresura su propia conclusión: -Claro que no.

-Allí tiene mi expediente. Léalo y verá que siempre he cumplido con la minuta de cortes.

-No lo dudo-. La licenciada entrecierra los ojos: -ƑCuáles son tus aspiraciones?

-Seguir adelante para que mis hijos puedan estudiar.

-Luego hablamos de ellos. Por el momento sólo quiero saber de ti. ƑDeseas superarte? Eres muy joven: Ƒno te gustaría convertirte en jefa del taller?

-šCómo no!

-ƑSabes lo que debes hacer para lograrlo?- La licenciada Márquez comprende que es el momento de convertirse en ''agente dinámico'' ante el ''objetivo deprimido'':- Orientando tus energías para que puedas trabajar mejor y más.

-Pero si ahorita estoy cubriendo el turno de Lulú y de Chabela.

-Con eso estás demostrándote a ti misma de lo que eres capaz-.

La licenciada Márquez aplica el cuarto principio: fortalecer la autoestima del ''objetivo'':

-ƑNo terminas tu día sintiéndote orgullosa?

-Y muy cansada. Me voy arrastrando los pies y con un dolorón en la espalda como si me clavaran agujas.

-Y cuando sales de aquí, Ƒadónde vas?

-Pues a mi casa. Llego con ansias de ver a mis hijos -Catalina suspira-. Cuando los encuentro, le doy gracias a Dios de que no les haya sucedido nada. Hay tanta cosa mala: secuestros, asaltos, drogas...

-No piensas más que en esos muchachos.

-Claro, son mis hijos.

-Sus padres, Ƒlos visitan, te ayudan con sus gastos?

-No. Ni siquiera se acuerdan de que existen.

-ƑEso es lo que te provoca deseos de llorar?

-Un poco, pero hay otras cosas.

-šDímelas!

-El miedo a perder el trabajo, a equivocarme, aunque sea tantito, y que me descuenten la pieza de mi sueldo -Catalina levanta los hombros-. Para el jefe, rebajarme 20 pesos no significa nada. Para mí representa el infierno: que me falte para los pasajes, comprar menos tortillas, pedir prestado.

-A ver, vámonos con calma. En la mañana, cuando te detienes frente a tu cortadora, Ƒcon qué actitud llegas? -la licenciada orienta a su ''objetivo''-. ƑCon deseos de rebasar la cuota del día anterior? Seré más clara: Ƒpiensas en que puedes equivocarte y ''pues ni modo'', o te dices: ''voy a hacerlo todo perfecto''?

-Perdóneme: no creo que haya quien se presente en su trabajo con ganas de meter la pata.

-Pero te ha sucedido -la licenciada ve de reojo una línea del informe-. Aquí dice que en el departamento de ensambles han tenido problemas porque las piezas que tú cortas llevan rebaba.

-šMentira! Eso lo informó el ingeniero Arreola porque quiere poner a su sobrina, o lo que sea, en mi lugar.

-ƑEl te lo dijo?

-Directamente no. Pero siempre anda vigilándome -Catalina baja la voz-. Así le hizo con Lulú y Chabela, hasta que logró que el patrón las despidiera por ''malos elementos''.

-ƑY qué crees que se haya ganado el ingeniero con eso?

-Ahorrarle al patrón dos sueldos, para quedar bien con él. Desde que corrió a Lulú y a Chabela yo hago el trabajo de las dos, pero sin compensación ni pago de horas extras -Catalina sonríe-. Cuando veo al ingeniero Arreola me pregunto si dormirá bien. Yo, en su lugar, no podría.

-El sólo cumple con su trabajo.

-Ni hablar, pero de todos modos ha de sentir feo de saber que, por su culpa, Lulú quiso matarse -Catalina se persigna-. Chabela trabaja por La Merced. Me la encontré el domingo y se hizo la desconocida, porque le dio vergüenza. šTonta! Como si yo fuera a juzgarla. En este mundo, cada quien sale de la ratonera como puede, más si hay hijos que mantener.

-ƑAparte de Lulú y Chabela, Ƒtienes aquí otras amigas?

-Antes sí, casi todas nos llevábamos bien.

-ƑY por qué ya no es igual?

-Por el sistema que impuso el nuevo dueño de la fábrica. El día que llegó nos dijo que todos íbamos a tener un ascenso; desde ese momento seríamos inspectoras ''A''.

-ƑQué significa eso?

-Soplonas -Catalina habla muy despacio, sin apartar los ojos de la licenciada-. Tenemos que vigilarnos unas a otras. Si denunciamos el error de una compañera eso nos vale un punto. Con 10 nos pagan una hora extra.

Temblando, la licenciada Márquez se lleva la mano a la frente:

-No es posible que ustedes acepten esta situación. ƑPor qué no la denuncian? No entiendo.

-Es muy claro: me faltaba un punto para tener los 10 de mi hora extra. Me la anotarán si al salir de aquí voy y le informo al patrón que usted no logró ''rediseñar el objetivo''.

La licenciada se sorprende al oír en labios de su entrevistada términos tan profesionales.

Catalina se levanta y le sonríe:

-Lo siento. No pasó la prueba. Recoja sus cosas y váyase. En esta empresa necesitamos un ''factor dinamizante'' con otro perfil.

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