Ha caído en crisis por confrontaciones ideológicas: Castillo

El Parlamento de Mujeres debe buscar ampliar el marco para mejorar las políticas públicas

* Ser mujer no garantiza tener perspectiva de género

A seis años de haberse instaurado el Parlamento de Mujeres de México (PMM), representantes de algunos organismos participantes consideran que este ejercicio de diálogo entre la sociedad civil y el Poder Legislativo vive una crisis, pues hasta la fecha las propuestas que han emanado de estos encuentros no han logrado incidir favorable y efectivamente en la vida cotidiana de las mujeres, que representan el 54 por ciento de la población mexicana.

En entrevistas por separado coincidieron en que uno de los retos de esta práctica parlamentaria es su profesionalización para convertirla en un auténtico espacio de deliberación y evitar que la tribuna sea utilizada sólo para exponer quejas y denuncias. Cuestionada sobre los frutos que ha tenido el PMM, Orfe Castillo, integrante de Consorcio para el Diálogo Parlamentario, admite que por sí mismo el parlamento no se ha traducido en cambios sustanciales y tangibles para el grueso de la población femenina, pero aclara que tampoco es el responsable de la concreción de las propuestas encaminadas a lograr la equidad de género.

De las seis sesiones del Parlamento realizadas de 1998 a la fecha han emanado innumerables propuestas orientadas a ese fin, sin embargo, no fue sino hasta septiembre de 2000 cuando la Comisión de Equidad y Género (CEG) de la Cámara de Diputados adquirió el carácter permanente y obtuvo la posibilidad de dictaminar leyes con perspectiva de género.

Antes de esto, la CEG de la LVII legislatura logró la aprobación de tres de las cuarenta y cuatro iniciativas que presentaron sus integrantes: las leyes respectivas en contra de la violencia intrafamiliar, contra la corrupción de menores y pornografía infantil, y sobre la protección de los derechos de las niñas y niños.

Para la LVIII legislatura se consiguió la creación del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), la Fiscalía Especial para el Feminicidio en Ciudad Juárez y la modificación al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Ley de Cuotas), la cual establece que en la conformación de la Cámara de Diputados, la de Senadores y los partidos políticos, ninguno de los géneros debe tener más del 70 por ciento de la representación.

Hay que añadir -ya en trabajos de la 59 legislatura- la publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF) de la Norma Oficial Mexicana (NOM) relativa a la inclusión de la anticoncepción de emergencia y el condón femenino como métodos de planificación familiar.

Pese a estos avances, la equidad de género requiere de acciones afirmativas para conseguir beneficios directos para las mujeres en materia de tenencia de la tierra, impartición de justicia y un programa integral de salud, por lo cual, el trabajo inmediato de las organizaciones civiles y el cuerpo legislativo debe centrarse -considera Castillo- "en lo ya ganado": perfeccionar la Ley de Cuotas para acceder a mayores espacios de toma de decisiones y ampliar el espectro de la agenda con enfoque de género.

Sin embargo, advierte en clara alusión a Patricia Espinosa, ratificada recientemente por el Ejecutivo como titular del Inmujeres, el asunto es ver quiénes ocupan esos puestos de decisión, porque el ser mujer no garantiza tener perspectiva de género.

Sobre el particular, Roxana Cuevas, secretaria técnica de la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados, reconoce la necesidad de revisar que en toda la administración pública federal se cuente con el diseño de políticas públicas con perspectiva de género.

"Mientras la Ley de Planeación no obligue a las dependencias públicas a incorporarla, por mayor voluntad que tengan los organismos como el Inmujeres nadie hará caso porque no existe la obligación. Como legislativo tenemos que empujar la Ley Nacional de Planeación para entonces hacer indicadores de género y sacar un presupuesto con perspectiva de género para institucionalizarlo", explicó.

En lo referente a la dinámica de trabajo del Parlamento de Mujeres, opinan que es indispensable modificar su reglamento y formato para cambiar cuantitativa y cualitativamente las propuestas que ahí se presentan.

No se trata de venir a hablar por hablar -señala Cuevas- sino de ampliar el marco legal que contribuya a mejorar las políticas públicas. Si no le damos la investidura a las mujeres como parlamentarias, entonces lo que tendremos es un mitin de mujeres manifestando quejas.

Las polémicas confrontaciones entre posturas ideológicas con respecto a temas como el derecho a la salud sexual y reproductiva, que se han presentado a lo largo de las seis reuniones parlamentarias no las podemos evitar, pero lo que sí debemos encausar, a través de una comisión técnica capaz de delimitar analíticamente los perfiles de las participaciones, que se presenten en tribuna propuestas fundamentadas, acotó.

Si profesionalizamos el PMM y logramos que las participaciones cubran un perfil crítico y sobre todo progresista, enfatizó Orfe Castillo, lograremos sacarlo de la crisis que vive actualmente.

Por su parte, Guadalupe Arellano, presidenta de la derechista Asociación Nacional Cívica Femenina (Ancifem), consideró que las propuestas que se recogen en el parlamento "no se capitalizan exitosamente". Agregó que su agrupación presentó una propuesta enfocada a la entrega de un informe al inicio de cada reunión anual por parte de las legisladoras para recapitular lo obtenido durante un año de trabajo. Se invierte mucho en capital humano como para que no se presenten cuentas en ese sentido, puntualizó. (Yssel Hernández)