México D.F. Sábado 3 de abril de 2004
Tendrá una preparación de mil
500 kilómetros para avanzar 33
La nadadora Patricia Guerra ante su gran reto: cruzar
el Canal de la Mancha
Es entrenada por Nora Toledano, quien ya realizó
travesía dos veces entre Francia e Inglaterra
JORGE SEPULVEDA MARIN
La de Patricia Guerra es de esas historias poco comunes
que cada vez se escuchan con mayor frecuencia. Se trata de una deportista
mexicana -será la tercera nacida aquí- que se impuso como
reto personal cruzar a nado el Canal de la Mancha. La fecha: entre el 23
y el 30 de julio próximos.
Calcula
cubrir la ruta marítima de Inglaterra a Francia entre 12 y 15 horas,
porque si bien cruzar los 33 kilómetros de mar embravecido en línea
recta le llevaría mucho menos tiempo, las fuertes corrientes marinas
la obligarán a desviarse metros, quizá cientos, de ese trazo
imaginario, imposible de recorrer sin parábolas.
De 32 años, 22 invertidos en atletismo, natación
y ciclismo, por separado, o simultáneamente en el duatlón
y triatlón, la nadadora de aguas abiertas buscará "hacer
fluir la adrenalina del cuerpo, tener de nuevo esa sensación de
imponerte a un reto y saber que lo puedes lograr", apunta.
"Quiero otorgarle una Mancha más a México;
darle otro logro, pues, porque si de algo estoy convencida es de que en
el país tenemos mucho potencial deportivo que hasta ahora no se
ha explotado lo suficiente para que haya más competidores destacados",
opina.
Momentos antes de completar la segunda sesión de
entrenamiento en un deportivo privado de la colonia Florida, la copropietaria
de una inmobiliaria y egresada de la carrera de comunicación de
la Universidad Intercontinental, además de madre de Daniel, de cuatro
años, informa que llegará a la prueba fundamental con aproximadamente
mil 500 kilómetros de preparación.
Serán "suficientes para que logre hacer un buen
papel", completa Nora Toledano, su entrenadora, quien ya hizo la travesía
en dos ocasiones.
Especializada en la natación en aguas abiertas
desde 1997, Patricia llegará en julio al puerto de Dover, Inglaterra,
con 18 meses de entrenamiento prácticamente a diario y competencias
evaluatorias de su resistencia en sitios nacionales, como el lago Zirahuén,
donde acaba de nadar 6:15 horas continuas, con corriente en contra; la
laguna de Alchichica, el Nevado de Toluca, el mar de Baja California y
el río de Las Estacas.
-Obviamente ya leíste el libro de Nora Toledano
y Antonio Argüelles A cada brazada... el azul interminable...
-Es mi libro de cabecera. Es como una Biblia, porque allí
encuentro lo que busco: la fuerza cuando flaqueo.
El
siguiente paso para Patricia será nadar en el cráter del
Nevado de Toluca, este domingo.
No tratará de medir su trabajo con cronómetro
en mano ni cinta métrica, "sino fundamentalmente la aclimatación,
y no porque en el canal vayamos a encontrar una temperatura de nueve grados
(Celsius), pero sí será equiparable (11-16 grados) y con
la permanencia que tendremos allá".
-¿Dónde está puesta tu mente cuando
te preparas?
-En el canal.
-La soledad de la natación en aguas abiertas ¿la
disfrutas, la sufres o simplemente la asimilas?
-Este es un proyecto muy solitario, aunque siempre estás
acompañado. Para mí representa un aprendizaje enorme, aunque
sé que sin mi equipo no lo podría hacer.
-¿Por qué el canal, qué magia encierra
el mar?
-El mar es un misterio. Debes aprender a convivir con
él. Te entrega un sinfín de sorpresas, además del
espectacular escenario.
"El Canal de la Mancha es un mar impredecible; es agresivo,
es amigable, te sorprende a cada brazada. Es mágico", reflexiona
la nadadora de ultradistancias.
A su lado, quien se ha convertido en poco más de
un año en su gurú, Nora Toledano, resume de manera
necesariamente imprecisa sus recomendaciones en tres palabras: constancia,
paciencia y disfrute. No es una receta, sí un manual adecuado, termina
la conversación.
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