.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Migración
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones

M U N D O
..

México D.F. Jueves 22 de enero de 2004

Ponentes y conferencistas no ofrecieron los discursos que la ocasión requería

Rebasado ante las demandas, culmina el FSM; existe temor por su desgaste

Silencio de organizadores sobre versiones de que el foro es financiado por trasnacionales

LUIS JAVIER GARRIDO ENVIADO

Mumbai, India, 21 de enero. La explosión de euforia y alegría con la que se terminó hoy aquí el cuarto Foro Mundial Social (FSM) constituye un mensaje inequívoco a los centros de poder financiero internacional y al gobierno de George W. Bush de que la paciencia de los pueblos del mundo se está agotando.

La reunión se clausuró esta tarde calurosa de inicios del verano en Mumbai con una manifestación multicolor interminable, que parecía incansable luego de cinco días de danza y cantos en los que los miles de delegados provenientes de todos los pueblos y etnias de India y de Asia Central reclamaban ese "otro mundo posible" que ya se quisiera tener al alcance de la mano, pero edificado.

Nada podía ser más patético en este escenario que los organizadores repitiendo una y otra vez a los periodistas que el FSM no emite una "declaración final" ni redacta un plan de acción, y que su función es crear un vasto espacio para el diálogo y el encuentro. O que Bernard Cassen, de Attac (uno de los co-organizadores), al repetir que todas las previsiones se habrían desbordado y que el foro estaba amenazado de asfixia.

Los más de 120 mil asistentes, que el encargado de las inscripciones Gautam Mondy reconocía ayer que estaban presentes, desbordaron todas las previsiones de los organizadores, avasallaron con su vitalidad los eventos oficiales de mesas redondas y conferencias, y pusieron en entredicho la logística de los otros académicos que no pudieron brindarles la traducción requerida. Los asistentes pagaron sólo cinco rupias diarias (o sea, alrededor de un peso mexicano), pero enriquecieron con su presencia uno de los actos políticos colectivos más lleno de significados que se recuerde. Un indicador de lo acontecido es el que señaló Le Monde el 19 de enero: la previsión de darles traducción en hindi en la banda de FM fracasó por dos razones: a) porque la mayoría no podía comprar un transistor (que costaba 100 rupias) y b) porque la inmensa mayoría no habla hindi.

El foro de Mumbai 2004 será recordado por muchos motivos, pero sobre todo por la presencia avasalladora de los delegados de los pueblos asiáticos, que con sus manifestaciones interminables de bailes y cantos de una riqueza sin límites, que anunciaban con alegría estruendosa su presencia y no lograban encubrir su cólera, dieron al acto una riqueza y una vitalidad que, de acuerdo con quienes lo han seguido, no había tenido en sus tres ediciones anteriores de Porto Alegre.

El foro no constituyó el punto de encuentro que se creía de los delegados de América Latina y Oriente, pero sin lugar a dudas sí fue para los latinoamericanos aquí presentes un momento de toma de conciencia de la vitalidad de los movimientos sociales de los pueblos asiáticos y de la necesidad impostergable de buscar entenderlos.

El foro no podrá ser recordado, por otra parte, si no se piensa ante todo en el caso de los Dalits, o los intocables, como aquí se les llama a los excluidos de la sociedad india por las políticas económicas del Estado: los pobres de entre los pobres en India, quienes han perdido no sólo su empleo, su tierra y su modo de vida, sino su propia cultura, e incluso su identidad, y que son más de 250 millones de personas, cuyos delegados irrumpieron con gran vigor.

Los medios occidentales que trivializaron y mistificaron el foro quisieron reducirlo a la presencia de dos mujeres excepcionales: la novelista y luchadora social india Arundhati Roy y la defensora de los derechos humanos iraní Chirine Ebadi (premio Nobel de la Paz 2003), pero se olvidaron de que su presencia aquí responde a una realidad incuestionable, y es que los pueblos de Oriente tienen ya una voz potente que deja sentir su verdad. Una voz que no ha sido escuchada ni entendida en América Latina y que ahora emerge con potencia.

Mumbai 2004 se termina además con una lección para los organizadores de este encuentro, que deberán corregir muchos de sus esquemas si quieren proseguir con esta iniciativa. La gran riqueza del foro lo constituye la gente que participa en él y le da sustento y vitalidad -los delegados-, y que en esta ocasión estuvo muy por encima de los ponentes y conferencistas, que no trajeron las presentaciones suficientemente articuladas que la ocasión requería y que fueron, lo mismo en las mesas oficiales que en otros actos e incluso en los foros alternativos, tan convencionales en su forma y en su fondo que no parecía sino destinada a convalidar aquello que constituye el verdadero foro: el encuentro entre dirigentes sociales, representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG), líderes obreros y campesinos e intelectuales.

El desgaste del FSM es también un tema que empieza a preocupar a muchos de los responsables de su organización y funcionamiento. Vandana Shiva -ambientalista que ya estuvo en Porto Alegre 2003-, tras lamentarse en una entrevista concedida hoy al Bombay Times de que los sentimientos anti Bush hayan sido tan vivos en los participantes y que los medios les hayan concedido tanto espacio, lanza la idea de que el formato y la periodicidad del FMS deberían ser transformados. El foro, dice, no debería ser tan frecuente, pues al efectuarse cada año daña la propia agenda del movimiento alternativo, y por ello propone que se reúna cada 10 años.

La acusación de que el FSM es financiado con recursos provenientes de las trasnacionales, que estarían ya controlando parte de su agenda, permeó la reunión durante estos cinco días y jamás tuvo una respuesta clara de los organizadores, y aunque esto no logró minar de manera significativa su credibilidad, que aún es grande, sí dejó en algunos sectores múltiples dudas: si el dinero de las grandes corporaciones ha penetrado ya ampliamente en los partidos, las ONG y otras organizaciones intermedias, ¿cómo no estaría ya en estas nuevas instancias que son los foros regionales, continentales o incluso el mundial?, se dice. El hecho de que aquí en India se hubieran incluido en las discusiones temas que no están directamente vinculados a la globalización neoliberal y a los derechos sociales cancelados por la expansión del capital trasnacional -como el problema de las castas- no hizo más que aumentar las suspicacias originadas por la negativa de la cúpula organizadora a hacer una rendición de cuentas transparente.

Desde que antes del inicio del encuentro se lanzara la acusación de que la Fundación Ford habría aportado recursos al FSM hasta la clausura de hoy, no dejaron de surgir otras acusaciones de este tipo. La presencia en el foro de dos ministros del gobierno derechista francés de Jacques Chirac, que anunciaron la intención de las autoridades francesas de controlar el proceso de la globalización, no hizo más que incidir en el descrédito del foro en algunos sectores.

El FSM de 2004 constituye también una llamada de atención a sus organizadores por el hecho de que están siendo rebasados desde su izquierda. A diferencia de Porto Alegre, en Mumbai surgieron al menos otras tres expresiones sociales organizadas que se reunieron como foros autónomos en los mismos días con miles de participantes, uno de ellos al otro lado de la polvorienta carretera que lleva a Goreagon. Uno de éstos, el llamado Mumbai-Resistencia, que sostiene que no hay más vía que la armada para derrotar al imperialismo, tuvo la participación de algunos de los ponentes en el oficial, y los otros dos -Alianza Internacional de los Movimientos de los Pueblos y el Encuentro del Campo Antimperialista- no se quedaron atrás en participantes.

El cuarto FSM fue una manifestación más de la inconformidad de las mayorías del planeta con las políticas económicas y sociales, y con la organización política de los países que están imponiendo al mundo los organismos financieros internacionales, y constituyó además un "no" rotundo a las políticas de fuerza del gobierno de Estados Unidos para controlar los recursos estratégicos del planeta, entregándolos a unas cuantas empresas trasnacionales. Pero constituyó también un "sí" muy claro a la vida y a los derechos de los pueblos que creen que "otro mundo es posible", y que éste puede construirse entre todos respetando la pluralidad y la diversidad, como desde hace años han sostenido los campesinos indígenas de Chiapas. Algo que no quieren aceptar los 30 jefes de Estado y de gobierno que a partir de hoy, y en perfecto consenso entre ellos, se reúnen en Davos, Suiza. Sin el respeto a esa diversidad el mundo no podrá existir, dice una vez más Ashok Bajpai.

Esta noche, tras una jornada de marchas y discursos contra la invasión de Irak, Blanca Chancoso, de Ecuador, y Asma Jehangir, de Pakistán, hicieron un llamado por la paz; se escuchó un videomensaje de Nelson Mandela, y Gilberto Gil, ministro de Cultura de Brasil, cantó Imagine, de John Lennon.

En enero de 2005, el FSM volverá a Porto Alegre, Brasil, de donde sus fundadores se rehúsan a soltarlo, pero ya no podrá ser lo mismo. No volverá a ser lo mismo después de Bombay 2004, en donde miles de manifestantes de todos los pueblos asiáticos siguen desfilando con sus cantos y bailes.


Con fuerte sentimiento antiestadunidense finalizó el cuarto Foro Social Mundial

Bush no sólo es asunto interno de EU, sino un problema global, afirman en Mumbai

Profundo, el descontento contra el nuevo imperio, la globalización y el neoliberalismo

LUIS HERNANDEZ NAVARRO ENVIADO

Mumbai, 21 de enero. El Foro Social Mundial (FSM) que culminó hoy en Mumbai transcurrió en medio de un fuerte sentimiento mundial antiestadunidense y efervescencia social de los parias de muchas regiones del planeta que reclaman una vida digna. Al malestar contra la globalización y el neoliberalismo habrá que sumarle ahora el profundo descontento contra el nuevo imperio. A la irrupción de los pueblos indígenas en América Latina habrá que añadirle la transformación profunda del sistema de castas.

No se trata tan sólo de un prejuicio o una reflexión elaborada por fuerzas de izquierda ortodoxa sino de una indignación viva en sectores que hasta hace dos años veían a Estados Unidos de otra manera. El debate sobre el nuevo imperialismo está atravesado por el temor y la inseguridad.

La Alianza Asiática por la Paz señala, por ejemplo, que "los pueblos de Asia hemos experimentado un significativo incremento en los niveles de inseguridad que de por si existían desde antes. Desde Corea, en el este, hasta Palestina, en el oeste, desde Asia Central en el norte, hasta Indonesia, en el sur, las guerras, los conflictos y el incremento en las tensiones han ensombrecido nuestra realidad. La fuente común de nuestra inseguridad es similar: los vientos de guerra desatados por Estados Unidos. Están basados en el militarismo que se asocia con la coerción física y el patriarcado como divisa del poder".

En el foro fueron constantes las protestas contra el jefe de la Casa Blanca. "Bush: el texano tóxico", decía la camiseta de un activista de Greenpeace. "Con George W. Bush en Washington, Texas perdió un idiota", rezaba otra. El mandatario estadunidense tuvo presencia constante como representante del mal en la enorme cantidad de performances que se escenificaron estos días, y un clon suyo paseó por las calles del foro recibiendo todo tipo de insultos.

E inclusive uno de los talleres realizados el 17 de enero concluyó, no como guasa, que no es sólo asunto interno de sus paisanos sino un problema global, y llamó a construir la Red para Derrotar a Bush, con la consigna "Otro Estados Unidos es posible".

Sin embargo, ese malestar parece dirigirse mucho más allá del gobierno de Estados Unidos. Aunque activistas de Indonesia re-conocieron que en los movimientos socied355-083412-pihales de ese país y Europa estaba el arma más poderosa de los del sur, la opinión de uno de los más significativos teóricos del FSM, que se dice internacionalista en el sentido de que la sociedad estadunidense es "parásita", alerta sobre la naturaleza de ese odio.

"El sueño americano produce monstruos", señalaba un cartel en uno de los principales escenarios del encuentro.

Ciertamente, Michael Hardt, coautor jun-to con Toni Negri del polémico libro Imperio, alertó, durante el segundo foro de Porto Alegre, sobre los riesgos de esa posición. Pero hoy, a pesar de las alertas de ese tipo, el rencor crece. George W. Bush y su grupo de reaganitas pueden sentirse satisfechos por el cumplimiento de su profecía.

Ciertamente, en Washington no parecen pocos quienes no quieren que a su país se le quiera, sino que se le tema. Pero si algo muestra Mumbai es que no parece haber mucho miedo en estas fuerzas.

Pero, más allá del crecimiento de este sentimiento, el Foro Social Mundial ha de-sempeñado un papel importante en las movilizaciones contra la guerra en Irak y el expansionismo militar estadunidense, más como un espacio de encuentro y reflexión del movimiento por la paz que acordando una posición unificada sobre el asunto.

Desde su interior se ha construido una visión -cada vez más compartida- de la guerra no como accidente histórico sino como instrumento de la globalización económica.

El FSM es uno de los más grandes actos de la sociedad civil en décadas. Sin exagerar, puede decirse que hay allí una experiencia tan importante como la del Movimiento de los No Alineados.

Surgido en 1955, en plena guerra fría, los líderes de Africa y Asia que habían obtenido su independencia o luchado contra el colonialismo, se encontraron en Bandung, Indonesia, para formular un proyecto de un mundo más justo. Nació de allí el movimiento que marcó una época. Probablemente el foro también la esté marcado.

Tanto es así que, por ejemplo, James Wolfenson, presidente del Banco Mundial y propagandista entusiasta de la presidencia del brasileño Luiz Inacio Lula de Silva, se-ñaló en un artículo publicado durante el Foro Social Mundial que "el diálogo de Mumbai puede ayudar a restaurar una agenda global centrada en el desarrollo." La misma presencia de Joseph Stiglitz habla de la capacidad de convocatoria de la reunión escenificada en el ex puerto de Bombay.

Investigadores, como el sociólogo Boaventura de Sousa, afirman que el "FSM simboliza una utopía crítica y democrática, y se expresa como un desequilibrio entre expectativas negativas (lo que se rechaza) y positivas (lo que se propone como alternativa)".

Jai Sen, heterodoxo investigador social in-dio, cree que el significado primario del foro radica en la cultura política que representa, y que esa es su mayor contribución en términos de estrategia política. Esa utopía y esa nueva cultura política se resumen, en parte, en el protagonismo de los dalits.

Los intocables

Sin recursos económicos, distantes de los partidos, segregados sociales, Ƒcómo hicieron para llegar hasta Mumbai los miles de dalits que han hecho acto de presencia en el FSM? En su mayoría, tomando trenes de manera organizada, esto es, subiéndose a ellos y negándose a pagar. Algunos más arribaron en una caravana.

Cristina Almazán es una mexicana integrante de la Alianza Internacional de Habitantes. Fue parte de un grupo de franceses, japoneses y una inglesa que acompañó solidariamente la caravana de intocables que partió de cuatro puntos distintos de India el pasado 6 de diciembre.

Ellos encontraron la marcha en la ciudad de Jalgaon, estado de Maharsta. La masiva presencia de los parias fue uno de los he-chos centrales del foro de Mumbai. Este es un resumen de su testimonio de esos días:

"El objetivo de la marcha, a decir de Vi-cent Mnagharan, presidente de la Campaña Nacional por los Derechos Humanos de los Dalits, era mostrar al mundo y al resto de los dalits la existencia de un movimiento surgido desde las entrañas mismas del sistema de castas. Los intocables, 'los impuros', quedaron fueran de todo. No son me-recedores de tener los mismos privilegios que disfrutan los brahamanes, los ksatrias, los vanias o los sudras. No merecen beber agua en el mismo sitio que el resto de sus compatriotas, ni compartir las tazas para beber té, ni tener acceso a los mismos materiales educativos, ni respeto social, ni igualdad de oportunidades económicas ni políticas. Son, eso sí, responsables de las tareas más infames en la sociedad.

"Al llegar a Jalaon nos recibió Urmila, religiosa cristiana de origen budista que cambió su fe para poder tener uso de la palabra. La cita fue en un templo budista de un barrio dalit. šVaya sorpresa! El movimiento tiene una enorme complejidad ideológica y desde el punto de vista religioso es sincrético. En el templo nos encontramos con unas 70 personas animadas con canciones y el sonido de tambores y panderos. Al terminar las canciones le seguía un mensaje en el que se describía la situación de los dalits y la necesidad de organizarse; se hablaba de la naturaleza y objetivos del movimiento y se anunciaba el sentido de la marcha.

"El rito se repitió durante los cuatro días que acompañamos la marcha. Se hacían hasta cuatro mítines por día. Entrábamos a las ciudades y desde el altavoz instalado en lo alto de un autobús se anunciaba el acto. Nunca faltó la presencia de la policía que segregaba el acto. Los jóvenes dalits se organizaban en equipos para repartir volantes, hablar con la gente y registrar sus datos. Otros se encargaban del canto y la danza. Sólo los hombres bailaban. Las mujeres acompañaban con las palmas. En ocasiones hubo ceremonias de recepción, en las que se les entregó rosas rojas y se les dio a beber té.

"Algunos componían canciones y las so-metían a la consideración de sus dirigentes. En la noche se tiraban al suelo colchonetas para dormir, hombres y mujeres por separado. Las mujeres cuidaban su pelo, su cuerpo, su aseo, su ropa. Estaban siempre limpias. Al llegar a Mumbai se despertó a un barrio entero. Hubo una gran ceremonia. Al despedirnos nos nombraron hermanos dalits."

En India se realizó otra Marcha del Color de la Tierra. En Porto Alegre comienza ya la cuenta regresiva para celebrar el quinto capítulo del FSM.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email