México D.F. Lunes 27 de octubre de 2003
Se crearían unos 20 mil empleos, documenta
consultora con sede en Washington
EU captará al año más de mil millones
de dólares si legaliza los viajes a Cuba
Económico, uno de los resortes que impulsan el
movimiento contra el bloqueo a la isla
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 26 de octubre. Si Washington elimina
las restricciones de viaje a Cuba, la economía estadunidense recibirá
una inyección global anual de más de mil millones de dólares
y habrá unos 20 mil nuevos empleos, según la más amplia
y reciente investigación sobre el caso.
El cálculo, basado en el impacto en el tráfico
aéreo y la movilización de cruceros, reveló uno de
los resortes económicos que impulsan en Estados Unidos el movimiento
contra el bloqueo a Cuba.
Un libre flujo de viajeros particulares a la isla representaría
una expansión de entre mil 180 y mil 610 millones de dólares
en la economía estadunidense y la creación de entre 16 mil
888 y 23 mil 20 nuevas plazas de trabajo, indicó el reporte.
Este horizonte, que durante los últimos años
no ha pasado de ser un ejercicio académico, se convirtió
el jueves anterior en una seria hipótesis, luego de que el Senado
aprobó una iniciativa que incluye indirectamente la eliminación
de las trabas legales para que los estadunidenses viajen libremente a Cuba,
impuestas hace cuatro décadas.
Los
investigadores Dorothy Robyn, James D. Reitzes y Bryan Church, de la firma
consultora Brattle Group, con sede en Washington, concluyeron a mediados
de 2002 un vasto estudio sobre las implicaciones de largo plazo de una
eventual liberación de los viajes de estadunidenses a la isla.
Las aerolíneas y las compañías de
cruceros de Estados Unidos serían el sector más directamente
beneficiado con ese giro, reveló la investigación, patrocinada
por el Centro de Política Internacional (CIP, por sus siglas en
inglés), organización estadunidense no gubernamental que
encabeza una campaña a favor de la libertad de viaje a Cuba.
El resultado de la investigación y otras fuentes
fueron consultados por La Jornada en Cancún y La Habana,
donde hace una semana se reunieron funcionarios cubanos y empresarios estadunidenses
del sector para examinar la viabilidad de una operación comercial,
que días después cobró una fuerza sin precedente,
con el voto del Senado.
Las líneas aéreas y los cruceros "están
locos por empezar su tráfico hacia la isla", aseguró Robert
Whitley, presidente de la poderosa Asociación de Turoperadores de
Estados Unidos.
En contraste, "estamos empleando recursos del contribuyente
para ver qué hace una abuela en bicicleta", criticó Anya
Landau, una de las promotoras de la campaña del CIP. "Es una política
absurda."
Landau aludió así al caso de Joan Slote,
anciana californiana de 74 años, quien enfrenta una multa de 8 mil
300 dólares por haber viajado a Cuba en 2001, donde practicó
el ciclismo durante una semana. La mujer vino a la isla sin el permiso
de su país y sin conocer con precisión la ley aplicable.
Se ha convertido en un caso emblemático de la campaña.
La votación del Senado, el jueves, se unió
a una similar de la Cámara de Representantes, de septiembre pasado,
sobre la iniciativa, cuyo texto relativo a los viajes a Cuba es idéntico
en ambos casos.
Bush vetará propuesta
A su vez, el subsecretario de Estado para el Hemisferio
Occidental, Roger Noriega, anunció el viernes que el presidente
George W. Bush vetará la propuesta, en la primera ocasión
en su mandato que recurrirá a ese privilegio, confrontado en este
tema con la mayoría del Congreso.
Matt Grayson, director de Relaciones Empresariales y Gubernamentales
de la Asociación Nacional de Viajes, expresó que el destino
cubano "representa lo nuevo, lo fresco" y tiene el aliciente adicional
para el viajero estadunidense de que "está todo organizado".
Agregó: "Debemos ver a nuestras compañías
presionando a nuestros congresistas; debemos transmitir un mensaje coherente,
usar el poder político de los votos".
El reporte de Brattle Group calculó que 3 millones
10 mil viajeros irían a Cuba anualmente desde Estados Unidos, en
aerolíneas de su país, si quedan eliminadas las restricciones.
De ese flujo, 2 millones 720 mil serían estadunidenses
y otros 289 mil serían cubanos de origen, en visitas familiares.
El negocio potencial no tiene punto de comparación
con la situación actual. El año pasado fueron a Cuba desde
Estados Unidos 107 mil 800 personas de origen cubano y 78 mil 813 estadunidenses,
para un total de 186 mil 613, según un informe del Ministerio de
Relaciones Exteriores.
Un funcionario de la cancillería cubana, que precisó
el registro a este diario, aseveró que el mundo de La Habana no
computa el flujo de visitantes estadunidenses que viajan violando la ley
de su país. "Para nosotros las restricciones no tienen validez,
y por lo tanto no las tomamos en cuenta; todos son bienvenidos", manifestó
Gustavo Machín, subdirector de América del Norte.
Pero expertos consideran que cerca de la mitad de esos
78 mil estadunidenses pudieron llegar a Cuba mediante un puente
por Bahamas, Jamaica o Cancún.
A diferencia de otros estudios recientes, la investigación
de Brattle Group no enfocó el impacto de los viajes en el primer
año o en un periodo inmediato, sino a largo plazo.
Sus conclusiones se basan en el supuesto de que Cuba mantendrá
su ritmo de construcción de hoteles y las aerolíneas estadunidenses
podrán transportar a esos turistas, incluso si se mantiene el resto
del bloqueo económico a la isla.
El gobierno del país caribeño, que espera
terminar este año con 1.9 millones de turistas y 41 mil 500 habitaciones
disponibles, considera que su industria está lista para recibir
una inminente oleada de paseantes estadunidenses.
"Nos mantenemos construyendo hoteles, aunque a un ritmo
más lento", informó Miguel Figueras, principal asesor del
Ministerio de Turismo.
Figueras descartó la aglomeración de visitantes
de Estados Unidos a partir de este cálculo: 64 por ciento de los
turistas de ese país viajan al Caribe entre mayo y agosto; mayo
y junio es temporada baja en Cuba, y julio y agosto es de demanda intermedia.
"No tenemos ningún problema", subrayó.
El ministro de Turismo, Ibrahim Ferradaz, fue consultado
sobre la eventualidad de que lleguen de Estados Unidos no sólo las
tradicionales parejas de jubilados, sino ríos de springbreakers,
jóvenes que salen de su país a protagonizar un reventón
continuo en lugares como Cancún.
"No los habrá", aseguró Ferradaz. "Va a
ser un turismo sano, sin juego, sin drogas, sin excesos; las personas tienen
una inteligencia especial para saber adónde van, cómo se
comportan."
Este lunes se inaugura en el célebre bar Floridita,
del casco antiguo de La Habana, una estatua en bronce del escritor Ernest
Hemingway, habitual del lugar, quien lanzó a la fama mundial el
sitio y su trago insignia, el daiquirí.
Desde su impasible serenidad, Hemingway empieza a sonreír
en la barra, a la espera de una invasión estadunidense... de turistas.
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