Néstor Bravo Pérez

Fotografía y documento

La noción de fotografía documental se ha ido modificado en los años recientes debido a las alteraciones que ha tenido la manera de concebir y realizar documentales y la formación de quienes lo llevan a cabo.

La idea de poder acercarse a la realidad, mediante la imagen fotográfica, tratando de captar la inmediatez de los acontecimientos, haciéndolo de manera natural y espontánea; registrando lo que acontece en la realidad, sin mediaciones ni filtros, que caracterizaba a la fotografía documental, se ha ido desplazando a otros espacios y adquiriendo otras concepciones.

El arte actual ha utilizado a la fotografía como un recurso para representar los procesos de sus acciones, de sus performances, de sus intervenciones. No es la realidad tal cual, sin modificaciones ni alteraciones, la que interesa captar al artista contemporáneo o no sólo este tipo de realidad. Existe un interés sociológico, cierta cercanía con lo político, fundamentos de orden antropológico que está llevando a los fotógrafos a realizar registros y documentaciones, pero también son movilizados por el deseo de mostrar las características de su proceso de producción, de su proceso creativo.

La imagen fotográfica de carácter documental, que ha tenido como una especie de resurgimiento a partir de la pasada Documenta Kassel, ya no sólo se preocupa por registrar al mundo en su naturalidad, por mostrar acontecimientos de lo cotidiano, buscando el momento preciso. No, ahora de alguna manera el documento en la fotografía trata de darle otro valor a las cosas pero, sobre todo, otro valor a la fotografía.

Me parece que con el trabajo de Ana Mendieta o el de Gilliam Wering se puede ejemplificar este proceso de transformación del valor en la fotografía documental. Creo que lo mismo se puede ver en el registro de los procesos en el land art de Richard Long. En estos artistas lo relevante no es el resultado mostrado por medio de la fotografía, sino las acciones que realizaron y conocemos mediante la imagen fotográfica.

La fotografía adquiere ciertos rasgos de fotografismo, es decir, la imagen fotográfica no es el fin último, es un medio para mostrar procesos, la manera en como se llevó a cabo una intervención o las características de un performance.

Este tipo de documental mantiene la preocupación por ejercer un acercamiento hacia lo exterior, pero se trata de una apariencia. En muchas de la imágenes que se presentan como documentos, comprobaciones fehacientes de un hecho o de un acontecimiento, estamos observando el trabajo de un artista plástico que realiza una puesta en escena de carácter realista. El artista produce o se ''encuentra" fenómenos, y de alguna manera conforma un trabajo teatral, construyendo escenarios y dirigiendo la producción fotográfica.

El arte contemporáneo en México desarrolla gran parte de su trabajo recurriendo a la imagen del video y de la fotografía con fines documentales, ya sea en el registro de actividades que tienen valor efímero como el performance o cierto tipo de acciones; en la documentación del proceso de intervención en espacios predeterminados o en algo que tiene cierto carácter antropológico, en cuanto a preocupación por actos suscitados en una cultura, y que está muy cercano a la etnografía, en la medida que recopila tratando de acercarse a la realidad desde la subjetividad y con cierto método, con cierta postura epistemológica.

Hay varias propuestas artísticas que se acercan al fotografismo: el trabajo de Abraham Cruzvillegas, Gabriel Orozco, Luis Felipe Ortega, Yoshua Okon, Stefan Bruggeman, Francis Alÿs y un largo etcétera.

Ciertamente se trata de propuestas muy diferentes entre sí pero que están, en algún momento de su producción, recurriendo a la fotografía documental para mostrarse. Existe en ellos una tendencia a darle a la imagen un carácter evocador, un valor indéxico. Este tipo de fotografía ha logrado desplazar la noción que se tenía del documental y ha promovido una nueva comprensión de la relación entre imagen y realidad, entre la representación y lo representado. Con esta nueva forma de documental se nos permite, de alguna manera, acercarnos a comprender otras realidades, en un sentido amplio, es decir, ver universos privados.