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México D.F. Lunes 28 de julio de 2003

La región se revela en la obra como veta temática y literaria

Raúl Manríquez publica novela sobre la vida de los tarahumaras

El autor chihuahuense critica que se conciba a sus habitantes como objeto de curiosidad turística

ARTURO JIMENEZ

El narrador Raúl Manríquez ha escrito su primera novela con una fórmula osada: la mezcla de una narración ágil con temas diversos y en apariencia disímbolos entre sí, como los problemas de los indígenas rarámuris, un movimiento espiritual mexicano, el narcotráfico, la violencia y los sueños, pero sobre todo, la soledad y la vida interior de varios de los protagonistas. Todo con el escenario imponente de la sierra Tarahumara, que por su fuerza funciona casi como otro personaje.

Manríquez (Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua, 1962), que ha publicado los libros de relatos Romance de otoño y Cuentos para una tarde de ocio, ofrece ahora la novela La vida a tientas (editada por Plaza y Janés), la cual presentarán los escritores norteños Daniel Sada y Eduardo Antonio Parra el 31 de julio a las 8 de la noche en la Casa Lamm.

Esta edición, por cierto, luce en la portada un pegote publicitario en el que se lee: ''Los tarahumaras ingresan al narcotráfico'', lo cual no tiene nada que ver con la historia de la novela y, como dice el autor, sólo es un recurso comercial.

Manríquez es, de hecho, uno de los primeros escritores chihuahuenses que abordan la compleja vida en la sierra Tarahumara, que se revela para este autor como una veta temática y literaria, es decir, para abordar la naturaleza humana y los problemas universales.

''La vida a tientas es una novela cuyo título se relaciona con el destino de los personajes. En el pensamiento occidental nos gusta creer que tenemos un cierto control y autodeterminación, pero eso es muy relativo", dice Manríquez vía telefónica desde Ciudad Cuauhtémoc.

"Es imposible que las acciones de una persona hoy determinen los alcances que tengan después. De algún modo todos vamos a tientas por la vida, sin tener mucha certeza de qué ocurrirá con nosotros mismos. Además, de manera inconsciente vamos involucrándonos en cosas y tomando decisiones que actúan en contra del propio proyecto de vida."

La riqueza espiritual

Manríquez comenta acerca de su interés literario por la sierra y lo que ahí pasa: "Vivo en este entorno. Cuauhtémoc es la entrada a la Sierra Madre. Además, mi abuelo materno era indígena guarojío, como el abuelo del profesor José Moreno en la novela. De hecho, mi abuelo le aporta algunos rasgos al abuelo ficticio''.

Para Manríquez, la forma de ver el mundo de los indígenas de esa región tiene algunos aspectos que podrían ser enriquecedores. "Por ejemplo, la espiritualidad del personaje tarahumara Erasto Palma puede resultar, si no aleccionadora, sí entrañable".

Y critica: "Acá en el norte a los tarahumaras se les ve en general como objetos de curiosidad turística, aunque la verdad es que enfrentan muchos problemas, como un proceso de aculturación dado de manera violenta a causa de la llegada del narcotráfico.

"Más que decir que los tarahumaras han ingresado al narcotráfico, es éste el que ha modificado su forma de vivir. La vida que se da en la sierra no es tan idílica como consideran algunos, que aún creen que la cultura tarahumara sigue manteniéndose pura en el sentido espiritual". Y aclara: "Se trata de una novela, no de un libro de antropología".

-Aparte del asunto de tu abuelo, se perciben otros elementos autobiográficos. ¿El profesor José Moreno no es un poco tu alter ego?

-Quizá algunos rasgos de mi vida personal estén sembrados en la personalidad del profesor, incluso en la del dirigente chiapaneco Ignacio Caamal. Pero en todo caso es un alter ego no sólo de lo que yo haya sido, sino de lo que podría haber sido, de posibilidades no dadas en la vida.

Los sueños son la vida

Raúl Manríquez comenta sobre el movimiento espiritual indígena que en la novela se nombra como El Proyecto:

"El mundo indígena, como es evidente, se ha disgregado. Y aunque es casi impensable una unificación entre los indígenas de México, por razones culturales, geográficas o políticas, en las diferentes tradiciones autóctonas existen elementos comunes.

''En la novela esto representa la posibilidad de lograr un peso político. Es una especie de revolución pacífica, por lo menos como la plantea Ignacio Caamal. La idea se origina un tanto en los movimientos que ha habido en otros lugares del país, aunque no aquí en la sierra."

-Un recurso narrativo interesante son los sueños de los personajes.

-El sueño aparece como un factor que también ayuda a ir definiendo la trama. Por ejemplo, el profesor Moreno sueña con frecuencia y esos sueños lo llevan a ir entendiendo su vida y a tomar decisiones. En la cultura tarahumara los sueños son muy importantes.

''Los owirúames, una especie de hechiceros, sueñan cuando tratan de curar enfermedades o determinar la causa de la muerte de alguien. Con los sueños hacen una exploración de la vida de la persona para conocer los demonios o problemas espirituales que tiene."

El mismo Manríquez no experimenta los sueños como una posibilidad de interpretar la vida en un sentido sicoanalítico, sino como parte de la vida misma. "Sueño con frecuencia y creo que es algo que complementa de manera interesante la vida de vigilia. A través de los sueños tenemos la oportunidad de otras vidas".

Habla sobre el personaje que es la sierra Tarahumara, la cual determina el estado emocional de los personajes:

"Una cosa es ver tarjetas postales, videos o ir a las cascadas o las barrancas, a lo turístico, pero en realidad ese paisaje tan vertiginoso de repente da miedo. Y más cuando se anda desorientado. Cuando estoy en la sierra siento una energía especial. Hay un poder en el paisaje sobre nosotros que no alcanzo a explicar".

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