Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 25 de abril de 2003
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Mundo

Como premio Moscú les daría la nacionalidad rusa

Reforma militar del Kremlin plantea aceptar extranjeros en el ejército

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Moscu, 24 de abril. A partir del año próximo, en caso de que el Legislativo apruebe la reforma militar cuya concepción adelantó este jueves el gobierno del presidente Vladimir Putin, el ejército de Rusia podría contratar a extranjeros como soldados y oficiales, los cuales al cabo de un periodo de tres años de servicio tendrían condiciones preferenciales para obtener la ciudadanía rusa.

Se sobrentiende que la oferta está restringida a nacionales de los países más pobres o con regímenes autoritarios del ex espacio soviético, sobre todo Tadjikistán y las otras repúblicas centroasiáticas, donde un alto porcentaje de jóvenes busca -y muchos lo hacen ilegalmente cada año- emigrar a Ru-sia, su vecino mayor, para huir de la miseria y la falta de libertades políticas.

Para estos asalariados foráneos con uniforme y Kalashnikov en ristre, el precio a pagar por ver cumplido el sueño ruso será defender -sin morir en el intento- los intereses de su futura patria adoptiva en la guerra de Chechenia.

Ahí, poco a poco, irán ocupando el lugar de los conscriptos rusos, que en su inmensa mayoría procuran eludir, mediante todo ti-po de subterfugios o -de plano- pagando, el servicio militar obligatorio.

Las ambiciones políticas que desembocaron en la segunda incursión bélica de Rusia en Chechenia acabaron con el significado que tenía aquí servir en el ejército: lo que antes era considerado por muchos no sólo un deber, sino también un honor, se volvió rechazo y temor.

Entre los jóvenes rusos es común la opinión de que se les manda a un conflicto armado que, además de peligroso, les resulta ajeno.

Según datos del diputado Boris Nemtsov, sólo 10 por ciento de los rusos hacen el servicio militar, que es obligatorio durante dos años al cumplirse los 18.

Los demás lo evitan de una u otra manera, pero "carecen de esa posibilidad, normalmente, quienes no tienen recursos (para fomentar la corrupción de la jerarquía castrense)", apuntó.

El propio ministro de Defensa, Serguei Ivanov, reconoció hace poco que los generales "están cansados de lidiar con los conscriptos de ahora, de los cuales no menos de 40 por ciento no estudia ni trabaja en ningún lado".

Al pedir que se abrogue la conscripción y el ejército se integre por completo con sólo asalariados, Nemtsov llama al servicio militar obligatorio "impuesto a la pobreza".

Por ahora, el gobierno considera imposible suprimir dicho servicio y propone in-corporar a soldados extranjeros como complemento a los oficiales del ejército y policías rusos, que voluntariamente piden ser enviados a la guerra.

Los hay, desde luego, pero la motivación de esos oficiales es mejorar las precarias condiciones de vida de sus familias, gracias al sobresueldo que reciben mensualmente cuando son comisionados a la región del Cáucaso del Norte.

El ministro Ivanov dijo que si los legisladores aceptan modificar la ley que protege la maternidad y la niñez no habría ningún impedimento para contratar también mujeres, con vistas a incorporarlas a las unidades de combate.

Ahora, dentro de las estructuras de las fuerzas armadas, las mujeres rusas pueden laborar sólo en las unidades logísticas y en otras áreas que no supongan el riesgo de exponer la vida.

Si la concepción de esta reforma militar consigue el respaldo del Parlamento, el Ministerio de Defensa ruso espera tener, hacia fines de 2007, cerca de 167 mil soldados por contrato, lo que equivale a una cuarta parte de su total de efectivos.

Sólo entonces, estima Ivanov, será posible hablar de reducir el servicio militar obligatorio de dos años a uno.

El tema es delicado, y mucho más en un año que se cerrará con elecciones para re-novar la Duma, la Cámara de Diputados de Rusia. La reforma militar será parte ineludible del discurso electoral, pero al final tendrá que ajustarse a las realidades económicas del país.

Por lo pronto, nadie puede asegurar que habrá dinero suficiente para financiar el plan presentado hoy por Ivanov.

Antes de enviar cualquier iniciativa de ley al Parlamento, tentativamente, el otoño ve-nidero, el gobierno volverá a reunirse va-rias veces para evaluar el comportamiento de su principal fuente de ingresos: los precios internacionales del petróleo. El primer corte de caja se hará en junio.

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