Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 2 de abril de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Mundo

Luis Martínez

Diplomacia y guerra preventiva

Deseo mirar la política, por así decirlo, con los ojos despejados de
cualquier dogmatismo.

Hannah Arendt

El antecedente de la "guerra preventiva" lo encontramos en las palabras de Theodore Roosevelt cuando definió su interpretación de la doctrina Monroe y advertía: las intervenciones futuras de Estados Unidos serán como una carga, una responsabilidad y una obligación para procurar la equidad internacional, la democracia y la libertad. Fieles a esa doctrina, los estadunidenses fueron en 1950 a Corea del Sur para defenderla de la agresión alentada por los rusos en Corea del Norte. En esa acción murieron 35 mil soldados estadunidenses. Posteriormente se comprometieron en otra guerra para defender su concepto de libertad en Vietnam del Sur. De lo que se trataba era evitar que se produjera una guerra de liberación nacional y que los vietnamitas del sur pudieran decidir en libertad su futuro. En esta acción bélica miles de vidas de jóvenes de Estados Unidos fueron sacrificadas. Fue un conflicto que finalmente perdieron los estadunidenses y que hoy conocemos, mediante papeles del Pentágono recientemente desclasificados, fueron a esta intervención bajo argumentos mentirosos y absurdos.

Sostiene el historiador estadunidense Arthur M. Schlesinger que la invasión a Irak tiene similitud con el ataque japonés a Pearl Harbor: "Hoy día los americanos somos quienes vivimos en plena infamia. En esta invasión se han violado la legalidad, la justicia y la legitimidad internacional". A la actual invasión el general Franks la llama, eufemísticamente, "guerra de liberación del pueblo iraquí". Con esta intervención se ha dilapidado el capital que todo mundo le entregó a Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre. Se ha impuesto una política unilateral de prioridad a la seguridad nacional de Estados Unidos. Al mismo tiempo, todas las naciones ven alterado su destino en la dialéctica de guerra y paz. Los daños al sistema de convivencia internacional, basados en el estado de derecho liberal democrático, son incalculables. La legitimidad jurídica de las naciones ha quedado maltrecha, pues resulta inadmisible que en el ámbito internacional impere un poder supranacional que detente el monopolio de la fuerza legítima. Resulta alarmante la imposición del derecho del más fuerte. A partir del 20 de marzo, Estados Unidos echó por la borda el primado del derecho internacional. ƑCómo entender hoy la paradoja de invocar la juridicidad internacional de la Convención de Ginebra para el trato humanitario de los prisioneros, cuando esta guerra se ha dado violando el derecho público internacional?

El jefe de la diplomacia estadunidense, Colin Powell, admitió que Estados Unidos, Gran Bretaña y España necesitan a la Organización de Naciones Unidas (ONU) para dar legalidad a la ocupación de Irak. Powell quiere que la ONU sirva de sombrilla y apoyo para las operaciones militares de sus tropas, para que una vez derrotado el gobierno iraquí lo sustituya otro pero a modo de Washington. Sólo entonces podría intervenir la ONU en la reconstrucción y tener un papel en el área de muchas maneras. Sería prematuro afirmar que vamos a una tercera guerra mundial, pero este conflicto plantea nuevos elementos. Hay una crisis controversial entre el derecho a la guerra y el derecho para la guerra como instrumento jurídico y la realidad del enfrentamiento que se da en Irak. Fue Estados Unidos quien se brincó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y al hacerlo ha puesto en riesgo la paz en el mundo. La única instancia internacional que puede legitimar un ataque militar es el Consejo de Seguridad de la ONU, de ahí que México podría aprovechar este momento crucial para proponer modificaciones de fondo a la organización que le permitan contar con elementos coercitivos. La Asamblea General podría estar en condiciones de condenar la decisión unilateral de atacar Irak y exigir la viabilidad de los mecanismos y de los instrumentos multilaterales. Toda decisión unilateral retrotrae a la humanidad al mundo de Calicles y Trasimaco, que sostenían que en el ámbito de las controversias debía imperar el derecho del más fuerte.

La resolución 1441 no le autorizaba a Estados Unidos llevar a cabo esta invasión o "guerra preventiva de liberación". Una vez más se violenta la legalidad. No es la primer vez que esto sucede. Hasta resoluciones mandatarias se han dejado de acatar.

Desde sus orígenes el Consejo de Seguridad ha tenido una composición antidemocrática, como resultado de que fueron las naciones aliadas que ganaron la Segunda Guerra Mundial quienes se quedaron con un asiento permanente en esa instancia y tienen la posibilidad de contar con veto, lo cual permitiría teóricamente que pudieran, por lo mismo, garantizar la paz y la seguridad internacionales.

Siguiendo con la tradición en el ámbito internacional que en su momento encabezaron Luis Padilla Nervo, Alfonso García Robles y Antonio Carrillo Flores, entre otros, México debe reiterar su posición frente a la "guerra preventiva" y apoyar al consejo, a la asamblea y a la Secretaría General de la ONU.

Aceptar que es posible practicar represalias directas y unilaterales equivale a dejar fuera la política y la diplomacia. La teoría de la "guerra preventiva" no puede consolidar una hegemonía política duradera y a largo plazo no puede ser eficaz. Tal parece que estamos entrando a una dinámica contra el círculo del "eje del mal", según definición de Bush, pero la actual guerra puede generar que se pierda el precario equilibrio en Medio Oriente.

Formulemos votos en favor de la declaración de los intelectuales del mundo manifestando nuestra oposición al terrorismo y al dictador Saddam Hussein, pero también nuestro rechazo a la nueva doctrina de la "guerra preventiva", y apoyemos la construcción de un mundo en el que el derecho internacional sea regla de observancia universal.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año