Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 14 de marzo de 2003
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Mundo

Ningún candidato tiene grandes índices de adhesión, indican analistas

Complican el panorama argentino los comicios y el agudo conflicto social

Sondeos fantasmas intentan favorecer a Menem; tres movimientos dividen al justicialismo

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 13 de marzo. Un complicado panorama prelectoral anticipa momentos difíciles para Argentina en el poco más de mes y medio que falta para los comicios presidenciales del 27 de abril, agravado además por la posibilidad de la guerra de Estados Unidos contra Irak, que ya afecta económica y políticamente al país.

Pero también se ha renovado el conflicto social: ayer los trabajadores ferroviarios paralizaron el servicio y se amenaza con una nueva huelga por 36 horas, mientras el gobierno investiga si se trata de un lock out (paro) patronal ante las exigencias a los dueños privados de cumplir con sus compromisos.

Por su parte, los maestros de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) están en la antesala de una huelga general ante severos atrasos salariales e incumplimientos del Estado. Ayer se movilizaron después que la policía federal acordonara la Plaza del Congreso, donde iban a colocar una segunda carpa blanca, como aquella que durante dos años mantuvieron durante el gobierno de Carlos Menem y que llamó la atención mundial por la creatividad de la protesta. En Tucumán, miles de cañeros salieron a las calles ante la posibilidad del cierre de ingenios, lo que dispararía la desocupación a límites insostenibles en una provincia que está en el ojo del huracán por registrar decenas de muertes de niños por hambre en los meses recientes.

Estos son algunos de los conflictos visibles en el contexto de la protesta cotidiana, pero a estas horas se agudizan las marchas contra los brotes represivos, que en los últimos tiempos derivan en graves acciones contra dirigentes y militantes de los movimientos sociales y de desocupados, augurando un panorama sombrío cuando los servicios de inteligencia preparan operativos de caos. La Comisión Permanente del Episcopado sesiona a estas horas para tomar posición ante la "incertidumbre que vive el país", en momentos en que están en competencia 19 candidatos a la presidencia , entre los cuáles sólo cuatro o cinco tienen oportunidad de llegar a una casi inevitable segunda vuelta.

Néstor Kirchner, favorito

Por ahora se debate sobre la existencia de encuestas pagadas que deforman la realidad y tratan de ubicar fozadamente a algunos candidatos y algunos medios externos toman sondeos "fantasmas" que intentan favorecer a Menem, uno de los candidatos del Partido Justicialista (PJ) -que va dividido en tres movimientos enfrentados entre sí-, cuando la mayoría de los sondeos muestran al gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner como el favorito, con poco más de 19.5 por ciento de las preferencias. Las últimas encuestas colocan en segundo lugar al ex gobernador de San Luis, y ex presidente (por siete días) Adolfo Rodríguez Saa, y en tercer lugar Menem quien tiene una diferencia de sólo tres puntos (15.6 a 15.3) con la diputada Elisa Carrió, de Alternativa para una República de Iguales (ARI). En un quinto lugar con 10 por ciento está el ex ministro Ricardo López Murphy, de centroderecha.

La reciente decisión de la Corte Suprema -con una mayoría proclive a Menem- de redolarizar los depósitos en un caso testigo en el país, en un cuasi golpe de Estado jurídico, que causó mayor incertidumbre, y los graves sucesos producidos recientemente durante las suspendidas elecciones en Catamarca, donde los seguidores del candidato del PJ, el senador Luis Barrionuevo causaron disturbios, agravaron el panorama.

El sociólogo Artemio López, de la consultora Equis, advirtió sobre algunas "operaciones" en boga como la "campaña" de Menem asentada en un hecho insólito que muestran las encuestas: una proporción importante de la gente dice que no lo vota (entre 75 y 85 por ciento), pero cree que va a ganar.

"Sin embargo Menem tiene un gran poder económico y acceso a todos los medios de comunicación, y si tuviera una encuesta que lo mostrara adelante hace rato la hubiera exhibido. ƑAdónde está esa encuesta fantasma? Nadie lo sabe, nadie la ha visto. Para la campaña de Menem es clave mantener esa operación de que va ganando", sostiene López.

Las elecciones y su casi segura segunda vuelta serían el principal hecho político de este primer semestre de 2003, y expresan las visibles contradicicones de una sociedad, con una serie de cambios que no se están mostrando en esa nueva realidad. Después de la rebelión popular de finales de 2001 y el surgimiento de nuevos y activos actores sociales, en estas elecciones, "el viejo poder corrupto" y los manejos de Washington que tratan de diseñar el futuro del país "tienen cuatro o cinco cartas en juego, pero aún no se sabe qué es lo que saldrá finalmente cuando los cuatro primeros candidatos no logren superar el 20 por ciento y eso es un peligro para todos", señala el Grupo Sociología.

Los que se inclinaban por no votar o "que se vayan todos", asisten a un cambio: el voto "bronca" del pasado proceso electoral o el voto "duda" no se expresa hasta ahora, ya que contando los porcentajes de todos los candidatos, más de 70 por ciento de la población parece dispuesta a sufragar. Además de la urticante presencia de Menem y sus equipos de guerra sucia hay otros elementos a los que alude Garciela Römer, de Römer y Asociados, y es de un panorama distinto por la posibilidad de que el nuevo presidente surja de una segunda vuelta y por la "dispersión" del PJ y la UCR (Unión Cívica Radical), los partidos tradicionales que se han dividido en estos tiempos.

Además menciona "la crisis política y de autoridad y el hecho de que ningún político tenga grandes índices de adhesión". Los candidatos están dos puntos arriba o dos puntos abajo, y "eso entra dentro del nivel de error que tiene la encuesta como herramienta". También Artemio López recuerda que en la capital y la provincia de Buenos Aires se concentra casi 50 por ciento de los ciudadanos que en 1999 emitieron un voto positivo y por lo tanto se trata de una elección "pareja, con el peronismo fragmentado y el voto dividido". Entre ambos distritos, añadidos Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y región pampeana concentran 70 por ciento del electorado del país. Menem sabe que capital y provincia de Buenos Aires aparecen como lejanas para su proyecto. Su decisión de volver a disputar por un tercer periodo tiene visos de inconstitucional, ya que sólo podría competir al cumplirse el mandato presidencial de quien lo sucedió en 1999, que termina en diciembre del 2003.

Ni aun con todo el poder mediático y económico -es el único que puede gastar dinero (el que subsistió de la corrupción sin castigo hasta hoy)- del manejo de una justicia que dejó ligada a su entorno y los guiños del poder estadunidense, el menemismo no logra repuntar.

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