Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 26 de febrero de 2003
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Mundo

El gobierno de Hugo Chávez condena los ataques

Atentados con bomba en Venezuela provocan al menos cinco heridos

DPA, AFP Y REUTERS

Caracas, 25 de febrero. Dos bombazos en la madrugada del martes contra la embajada de España y el consulado de Colombia en esta capital provocaron al menos cinco heridos, en una acción repudiada por el gobierno de Venezuela, que atribuyó a "radicales criminales" que buscan responsabilizar a la administración del presidente Hugo Chávez.

Al condenar los atentados, el Departamento de Estado estadunidense subrayó que los ataques ocurrieron tras "los punzantes ataques verbales del presidente Chávez contra la comunidad internacional así como contra los venezolanos", en alusión a las declaraciones del gobernante el domingo pasado, en las que fustigó a Estados Unidos, España y Colombia en relación al conflicto político interno.

El gobierno de Colombia calificó de "inaceptables" los atentados terroristas en Caracas y expresó su temor de que Venezuela pueda convertirse en una "sucursal" de estos actos que suelen ocurrir en su territorio. Además, sugirió que grupos armados colombianos pudieran estar involucrados directa o indirectamente.

El presidente del gobierno español, José María Aznar, se declaró "preocupado" por los recientes acontecimientos en Venezuela. Abogó porque las cosas se resuelvan de manera normal, con estabilidad y desarrollo democrático. Sin embargo, se abstuvo de formular hipótesis sobre los atentados y se negó a comentar las últimas críticas de Chávez hacia su gobierno.

La primera detonación ocurrió a las 2 de la mañana y la segunda unos 15 minutos después; los artefactos se presume eran de 10 kilos de explosivo plástico C-4 en ambos casos, que causaron sobre todo mayores daños en la legación colombiana que quedó parcialmente destruida.

El vicecanciller venezolano Arévalo Méndez visitó las sedes afectadas, atribuyendo los atentados a "radicales criminales". Los embajadores de España, Manuel Viturro, y de Colombia, María Angela Holguín, recibieron garantías de que los hechos "criminales" serán investigados y sus autores perseguidos y castigados.

Méndez descartó que los atentados hayan sido estimulados por los recientes reclamos del presidente Chávez a los gobiernos de España, Colombia y Estados Unidos, cuando pidió respeto a la soberanía venezolana tras el arresto del empresario Carlos Fernández, uno los líderes de la huelga general que buscaba la caída del presidente.

En el lugar de los hechos aparecieron panfletos firmados por un Movimiento Bolivariano, hasta ahora desconocido, con supuestos apoyos a la revolución pacífica de Chávez. Rezaban: "Gaviria, la OEA, Carter, CIA. La revolución no necesita de su interesada intervención. El pueblo armado resolverá esta crisis. Nuestros muertos fortalecerán la revolución. La lucha continuará. šFuera!"

El texto también parecía sugerir que grupos colombianos tendrían algo que ver, al hablar de "la hermandad que nos une" y que están en juego los altos intereses de Colombia y Venezuela, para calificar luego al presidente colombiano Alvaro Uribe de "oligarca fascista", y concluir con la frase "Bolívar vive, la lucha continúa".

El vicepresidente José Vicente Rangel rechazó señalamientos de la oposición que, con base en los panfletos, quiso atribuir la culpa al gobierno de Chávez. Dijo que era "una ridiculez" pretender buscar responsabilidades con base en tales pasquines. "Lo que faltó fue que dejaran una foto de Chávez", señaló, e indicó que esto más bien sirve a la oposición y sus intereses y no al gobierno.

La Coordinadora Simón Bolívar, grupo de organizaciones populares ligadas al chavismo, negó toda responsabilidad en estos sucesos y los calificó de guerra sucia.

El gobernante Movimiento V República expresó que "sectores golpistas de la oposición" tienen que ver con los atentados a las dependencias diplomáticas de España y Colombia.

Mientras Venezuela refrendó su apego a la mesa de negociaciones que auspicia la OEA con la oposición y levantaba la claúsula de fuerza mayor para reanudar los embarques de hidrocarburos, también hubo muestras de preocupación por los atentados desde Uruguay y del Centro Carter, que deploraron la escalada de violencia.

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