Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 18 de enero de 2003
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Mundo
Anuncia Hugo Chávez "sendos procesos administrativos" contra dos canales de tv

Ocupa la Guardia Nacional las plantas de Coca-Cola y cerveza Polar en Carabobo

La intervención de los militares venezolanos, para evitar acaparamientos, dice general

ARTURO CANO ENVIADO

Caracas, 17 de enero. "No me ayudes, compadre", dijo el presidente Hugo Chávez, en cadena nacional y durante su mensaje anual ante la Asamblea Nacional. El mensaje no fue para consumo interno, sino para cualquiera de los "países amigos" que tenga la tentación de dar a sus opositores, "fascistas y terroristas", alguna "legitimidad".

En las calles se multiplicaron las tensiones. La Guardia Nacional, por orden del presidente, tomó las plantas de la Coca-Cola y la Polar, ésta última la cerveza más consumida aquí, con el argumento de que "acaparan" productos básicos.

Pero poco después la Cámara Venezolana Americana de Comercio condenó el allanamiento de empresas por tropas militares "en acciones de fuerza", y repudió que Chávez ordenara tomar los depósitos de alimentos "para darle comida al pueblo".

Incluso el embajador de Estados Unidos, Charles Shapiro, expresó está noche a la televisión su "preocupación y decepción" por la requisa de la planta de Coca-Cola.

Estos hechos se sumaron al discurso duro del mandatario venezolano, que incluyó el anuncio del comienzo de procesos judiciales contra dos televisoras.

En horas de la tarde el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, anunció su decisión de suspender la sesión de hoy de la Mesa de Negociación y Acuerdo. "No creí que una reunión en un ambiente tan caldeado, pu-diera ser útil", dijo.

Va y viene el presidente Chávez por los andamios de las reformas, los referéndums, las elecciones adelantadas y todos los vericuetos de la lejana "salida electoral". Va y viene por los paredones donde ametralla verbalmente a los sectores de la oposición que considera "serpientes venenosas".

Con ellos, con los "terroristas", dijo Chávez, "ni se dialoga ni se negocia. ¡Se les derrota!", y una vez más su gabinete y los diputados del "oficialismo" le aplaudieron de pie. Pero las cosas no son tan sencillas.

En el mismo discurso anuncia que esta misma tarde se marchaba a Brasilia, para sostener conversaciones con Luiz Inacio Lula da Silva, el flamante mandatario brasileño, el mismo de la "idea maravillosa" del grupo de países amigos, el mismo que lo convenció de aceptar la participación de Estados Unidos en el mecanismo.

El mismo Lula que conversó durante dos horas en Ecuador, apenas hace un par de días, con el colombiano Gaviria, "facilitador" de la negociación entre el gobierno y la oposición venezolanos.

Atmósfera política enrarecida

¿Qué molestó a Chávez de esa conversación? El caso es que justo al día siguiente, desde Nueva York, el gobernante venezolano minimizó el papel del secretario general de la OEA, al decir que sólo actúa "a título personal", a invitación de su gobierno, y no por un mandato del organismo interamericano (que sí existe).

Y hoy Chávez, según la oposición, "torpedea" al Grupo de Países Amigos, que coadyuvaría con Gaviria en la negociación, con el afán de que finalmente no se integre.

¿La respuesta? Por primera vez desde que se instaló la Mesa de Negociación y Acuerdo, el 8 de noviembre anterior, Gaviria canceló la reunión entre oposición y gobierno, con el argumento de que la atmósfera del país no es adecuada para negociar.

"Después de oír al presidente Chávez estoy más convencido que nunca de que hay que recorrer el camino de los acuerdos... Desde luego que su gobierno es legítimo y constitucional", dijo.

Las pláticas se reiniciarán el lunes próximo, con la presencia del ex presidente estadunidense Jimmy Carter, quien está en Venezuela desde hace unos días, de pesca con varios amigos en el río Orinoco.

El lunes, pues, se reiniciará el diálogo. A su regreso de Brasil, se verá si Chávez se ha movido de su discurso de hoy: "Para aceptar la conformación de un grupo de amigos hay una condición. Venezuela no es un país tutelado por nadie, sino libre y soberano, que se da sus propias leyes, y soluciona sus propios problemas. No hay dos fuerzas enfrentadas que tengan el mismo nivel de legitimidad, aquí hay un gobierno democrático, una república, enfrentándose a unos terroristas, a unos golpistas".

Estados Unidos, Brasil, España, Portugal, México y Chile integran el Grupo de Países Amigos, cuya creación es vista como un espaldarazo a las gestiones de Gaviria. Pero hoy Chávez enlista a otros "amigos" de Venezuela: naciones como Jamaica, Cuba, Trinidad y Tobago, Malasia.

"Cuando se habla de un grupo de amigos de Venezuela, Venezuela abre los brazos al mundo y no acepta restricción", enfatizó.

Una crisis gramsciana

Dijo Chávez que la crisis de su país se debe a que hay algo viejo que no acaba de morir, y algo nuevo que no acaba de nacer. "Esta es una crisis gramsciana".

Con su oratoria inflamada, tan rudo como bromista, Chávez fue interrumpido varias veces por los aplausos del respetable.

Le aplaudieron cuando mencionó a Cuba, cuando rechazó negociar con los "golpistas", cuando abrazó, al entrar al recinto parlamentario, al colombiano Antonio Navarro Wolff, líder histórico del M-19.

Aplaudieron los miembros de su gabinete, los jueces, los militares y los 86 diputados que lo apoyan. El cuerpo diplomático fue testigo de las grandes ausencias: los 79 di-putados opositores y el poder electoral ("eso que tenemos hoy ahí", le llama Chávez).

Durante dos horas el mandatario examina el año 2002, el de la "profundización de la revolución", dijo, y va del fracasado golpe de Estado de abril de ese año al paro general iniciado el 2 de diciembre.

Luego, naturalmente, la emprendió contra sus grandes enemigos, las televisoras y anunció que su gobierno ha iniciado "sendos procesos administrativos" contra dos canales. "No hay forma de tapar el sol con los medios", dijo, y recibió más aplausos.

Los canales de televisión privados responden todos los días, en horario continuo, a la metralla verbal del presidente Chávez.

El mensaje, destinado formalmente a informar sobre la gestión gubernamental durante el año pasado, se centró en las batallas que ha sostenido su administración contra la "oposición golpista".

Su "gobierno revolucionario", dijo, es atacado porque el presidente ha dejado de ser "un títere de la oligarquía".

Entre citas de poetas y pensadores, provocó a sus opositores: "No hay otro camino que la revolución". El dilema es cómo, si-guió. ¿La violencia? Chávez alzó su pequeña edición azul de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la mostró a los asistentes: "Nosotros preferimos nuestro camino".

Quizá el único signo conciliador de Chávez apareció cuando se refirió a la reunión que tuvo con algunos opositores el sábado anterior. La cita se prolongó durante varias horas, dijo, al cabo de las cuales terminó con "agradable sabor" por haber dialogado con la oposición no golpista.

Y lanza el anzuelo: "Necesitamos una oposición, una dirigencia seria de oposición, una dirigencia racional. Ojalá (los "no golpistas") tengan la fuerza, el coraje para reasumir la dirección de esa oposición".

¿Referéndum? ¿Elecciones adelantadas? Cerró Chávez ante la Asamblea Nacional: "No tenemos siquiera planes de derrota. Para nosotros es obligatorio vencer, porque se trata de la vida de un pueblo".

Guerra de imágenes

La respuesta de las televisoras fue inmediata. Tres de los cuatro canales transmitieron largamente, y repitieron sin editar, las escenas del "allanamiento" de las plantas de la empresa Panamco, distribuidora de la Coca-Cola, y de la cervecera Polar, ambas en Valencia, en el estado de Carabobo, a unos 150 kilómetros de la capital federal.

Ante las cámaras, el general Luis Felipe Acosta Carles, comandante de la guarnición de Carabobo, sacó una botella de malta de la bodega y se la bebió en dos tragos. Luego eructó sonoramente. "Esto es a-ca-pa-ra-mien-to", machacó. Y sus soldados se llevaron los camiones llenos de coca-colas.

El organismo encargado del control de la distribución de básicos había dado un plazo de 48 horas a la empresa para comenzar a distribuir sus productos. La empresa argumentaba que no tenía gasolina ni garantías de seguridad para realizar el reparto.

Vencido el plazo, la Guardia Nacional entró en acción: "Estamos procediendo a recoger, para posteriormente vender en los mercados. El derecho colectivo priva sobre el derecho particular", dijo el militar.

Luego el general informó que éste no será el único allanamiento. "Vamos a sacar la catira y luego el osito (marcas de cerveza). Ahí también hay acaparamiento". Y efectivamente, luego fue a sacar cervezas.

Fuera de la planta de Coca-Cola los em-pleados y vecinos se enfrentaron a los militares. Las cámaras mostraban a los soldados golpeando a algunas mujeres y las calles llenas de gases lacrimógenos.

En nombre de la Coordinadora Democrática, Rafael Alfonzo dijo que las acciones del día se deben a que Chávez "está perdido, se siente acorralado, por eso recurre al expediente de la violencia, pues pretende crear un ambiente para impedir el referéndum".

Las autoridades admitieron que aunque los refrescos y las cervezas no son productos de primera necesidad, se debe "regularizar" el mercado, debido a que se ha presentado especulación y se venden hasta en tres veces su precio normal.

A falta de tanques de gas y con las filas de horas de duración para obtener gasolina, la Guardia Nacional garantizará que, por lo menos, las esperas se puedan acompañar con una cervecita.

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