Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 24 de septiembre de 2002
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Política
ASTILLERO

Julio Hernández López

El cansancio del Presidente

A todo aquel que el domingo en el rancho San Cristóbal se acercó al mandatario para pedir ayuda, Fox lo mandó con cajas destempladas

EL PRESIDENTE ha andado de malas (en cuanto a su ánimo, no sólo en cuanto a sus resultados políticos y económicos). El domingo pasado, por ejemplo, en el rancho San Cristóbal (que normalmente parece ayudarle a recargar batería) se mostró notablemente cansado de seguir representando el papel de arcángel salvador de la patria y de sus minucias individualizadas: a todo aquel que se le acercó para pedir ayuda, gestión, recomendación, entrevista o declaración, lo mandó de regreso con cajas destempladas. Es cierto que ese día apareció con un raspón en la frente, cuyo origen quiso tratar cual si fuera problema de gobierno, es decir, minimizándolo y convirtiéndolo en un típico "nada, no pasa nada". También debe anotarse que coincidió la agria explosión de carácter con el anuncio de que su hijo, Vicente Fox de la Concha, de 21 años de edad, habrá de casarse en fecha próxima. Y, desde luego, podría estar en el fondo del enojo el enredo petrolero que ha llevado a la economía a su peor nivel del periodo sexenal (ayer, 10.38 pesos por dólar, caída de acciones de compañías mexicanas importantes y un sugerente "corto" antinflacionario más del Banco de México, cuyo gobernador, Guillermo Ortiz, suda frío al ver en su bola de cristal crecimiento de la inflación y mayor depreciación del peso, al grado de haber obligado al Presidente y a su equipo económico, el jueves pasado, a ir a conferenciar a la sede de ese banco central y no a Los Pinos).

PERO NUNCA se había visto al presidente Fox rozando las fronteras del maltrato y el menosprecio hacia ciudadanos que se le acercasen a pedirle al dios sexenal las soluciones que nunca han existido, pero que él prometía y alentaba una y otra vez mientras buscaba el voto que le llevara a Los Pinos. Xóchitl Alvarez, en El Universal, narró, por ejemplo, que a Alfredo N., quien viajó desde San Francisco Chimalpa, estado de México, para pedirle una beca para el sexto año de primaria en la escuela Plan de Ayala, Fox lo confrontó: "¿Para qué quieres la beca, si la primaria no te cuesta nada? No te cobran por ir a la escuela", contestó el madatario, quien precisó al escolapio de 11 años que "cuando necesites una beca para bachillerato o universidad, sí te la doy". A una mujer que le pidió empleo le contestó que "la ciudad de León está a pleno empleo", y que incluso "hay un letrero grande donde se solicita urgentemente personal en las tiendas del libramiento que sale de la glorieta al curtidor". Margarita Vega, de Reforma, reportó que "tras escuchar las demandas, una por una", de "unas 30 personas", la respuesta de Fox era prácticamente la misma: "en eso no te puedo ayudar, eso no le toca al Presidente". Incluso a una mujer que se quejó de los malos tratos que de parte de agentes aduaneros recibían los migrantes mexicanos al regresar a su país, Fox sentenció: "Tu queja no es cierta, las cosas ya cambiaron". María Victoria Rada, que pedía a Fox inteceder por su hijo Oscar, a quien, decía, le habían sembrado droga en Houston, Texas, el jefe del Ejecutivo respondería: "Háblele al consulado; ellos pueden ayudarle para poner un buen abogado a su hijo". Dado que la madre insistía en que ya había hablado y no le hacían caso, Fox, el hombre que canceló una gira a Texas porque conforme a su régimen de derecho ordenaron ejecutar a un homicida mexicano confeso, asentó: "Yo no puedo intervenir en la justicia estadunidense". Al que le pidió ayuda para conseguir unas placas de taxi en León respondió: "Yo no doy placas, ese no es asunto del Presidente de la República, sino de la presidencia municipal". Una señora llamada María se quejó de que un mes atrás había ido a San Cristóbal a pedir ayuda para su hijo que había tenido una embolia, y que la ayuda prometida por la señora Marta, por medio del DIF, no le había llegado. Ya que no estaba la aludida, doña María pidió ayuda cuando menos para el pasaje de regreso de ella y su hijo: "Como Presidente, no tengo para ayudar, y ya la vez pasada te ayudaron. Pero le voy a decir a la señora Marta a ver qué pasó".

AL FINAL, a los reporteros que le preguntaban de distintos temas señaló: "Jóvenes, con la novedad de que ya no doy entrevistas". Un presidente cansado, hastiado, molesto, que al siguiente día, el lunes, en un acto organizado por la cuasi fantasmal coordinación para discapacitados que él creó, volvió contra los medios: "Vale la pena señalar, porque luego se pierde de vista en la confusión de la parafernalia de comunicación, donde se dice que no hay proyecto, cuando es la primera vez que un gobierno no sólo hace un Plan Nacional de Desarrollo, sino lo hace a tiempo y lo hace para cada una de sus dependencias y secretarías" (hasta con eso: Fox, el descubridor del hilo negro llamado planes nacionales de desarrollo).

DE BUENAS, increíblemente de buenas (o al menos con esa apariencia), en cambio, apareció Andrés Manuel Fox, es decir, López Obrador, luego del fracaso terrible del tal plebiscito. Para el optimista tropical irredento resultó todo un éxito lo que a los ojos de otros fue enorme abstencionismo, ínfima votación en favor de los segundos pisos viales, misterio de los votos en blanco que habrían sido producto de mal conteo, argüende de los policías de Marcelo Camacho-Ebrard que andaban indagando resultados en las solitarias casillas, y enojo de los restauranteros obligados a una injustificada ley seca de dos días.

DIAS ALREVESADOS, con secuestros como el de las hermanas Laura y Ernestina Sodi, que dio provocadora y desestabilizadora vuelta al mundo por ser además hermanas de Thalía, la esposa de Toni Mottola, o con el presidente Fox guiñando el ojo al diálogo con los zapatistas al decir que las reformas constitucionales impugnadas son "perfectibles", o con el huracán Isidore que se degrada, al tiempo que lo mismo pasa con un Ricardo Pascoe que ya nada más cobrará la quincena del día 30, o con el crudo que sube y los mareos económicos que emborrachan, o con Javier Alarcón preguntando en Televisa: "Y a ti, ¿no te interesa la política, Ana?" y, veloz, la campeona Guevara: "Por lo pronto no".

Fax: 55 45 04 73 [email protected]

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