Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 12 de agosto de 2002
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Economía

MEXICO, S.A.

Carlos Fernández-Vega

Reproducción de esquemas privatizadores en energía

Entre 1997 y 2001 se pagaron 18 mil 300 mdd por intereses generados por Pidiregas

DISTINTAS VOCES OFICIALES aseguran que la presentación del proyecto foxista de reforma del sector energético nacional es "inminente". La "inminencia" se ha estirado ya por más de un año, aunque ahora como antes parece ser que uno de los pilares de tal iniciativa serían los kilométricamente llamados Proyectos de Infraestructura Productiva de Impacto Diferido en el Programa de Gasto, que no son otra cosa que los Pidiregas.

MIENTRAS LA "INMINENTE" propuesta foxista aterriza, por fin, en San Lázaro -sin que ello implique aprobación por parte de los chiquillos y chiquillas legisladores-, vale la pena hacer un recuento del esquema Pidiregas, puesto en marcha en 1997 y punta de lanza del gobierno zedillista para "abrir" el sector energético mexicano al capital privado.

EL GOBIERNO DEL CAMBIO ha dado seguimiento al intento ("muy creativo", como lo ha definido el presidente Fox) zedillista de privatizar esa área estratégica, de tal suerte que en 2002 la inversión vía Pidiregas se aproximará a 20 mil millones de dólares -monto equivalente a casi una tercera parte del saldo acumulado desde 1997- y se destinará a la generación de energía eléctrica, así como a las industrias petrolera y petroquímica.

PARA EL INQUILINO DE Los Pinos, "ya hubiéramos tenido considerables apagones si no encuentra el presidente Zedillo la salida por esta vía de los Pidiregas, que en realidad es un financiamiento del proveedor. El proveedor construye y opera la planta generadora de energía y la Comisión Federal de Electricidad le paga esa inversión adquiriendo esa energía, y al paso de 10 o 15 años se resuelve el asunto y el privado recupera su inversión y la CFE se queda con la planta". Al Presidente le faltó mencionar la incidencia de este mecanismo en el sector de los hidrocarburos.

EN EL PERIODO 1997-2001 de las arcas públicas salieron alrededor de 18 mil 300 millones de dólares sólo para cubrir los intereses generados por los Pidiregas, independientemente del peso específico que para el erario nacional representa la deuda acumulada por este tipo de inversión. En ese lapso, de acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda, por cada 10 dólares que el capital privado invirtió en infraestructura petrolera el gobierno federal pagó 3.75 (o 37.5 por ciento) sólo por concepto de intereses. Para el sector eléctrico esa proporción creció a 71 por ciento, o si se prefiere 7.1 dólares por cada 10 invertidos.

EN 1998 LAS ESTIMACIONES de la Comisión Federal de Electricidad preveían que del año 2000 a 2003 la deuda acumulada de la paraestatal por el esquema Pidiregas se aproximaría a los 5 mil millones de dólares. Sin embargo, de 1997 a 2001 la paraestatal pagó prácticamente esa misma cifra sólo por intereses. A Petróleos Mexicanos le fue un poco "mejor" en el periodo de referencia: erogó casi 13 mil 500 millones de dólares por intereses y recibió una inversión acumulada cercana a los 36 mil millones de dólares.

COMO EN OTROS MUCHOS sectores en los que la presencia del Estado ha ido desapareciendo, la recurrente carencia de recursos públicos para invertir en infraestructura ha sido utilizada como pretexto por los últimos cuatro gobiernos (tres tristes tricolores y uno del cambio) para abrir -poco a poco en un principio, rápidamente después- la puerta del sector energético a la iniciativa privada nacional y extranjera.

POR MEDIO DE LOS Pidiregas, en el último quinquenio Pemex concretó varios proyectos entre los que destacan Cantarell y Burgos; la ampliación y modernización de la refinería de Cadereyta; las actividades de exploración y producción en el delta del Grijalva; la reconfiguración del sistema nacional de refinación (Madero, Salamanca y Tula, Minatitlán y Cadereyta); la construcción de la planta Criogénica II de ciudad Pemex; el Programa Estratégico de Gas y el Proyecto Salina Cruz, más lo que se acumule en 2002, con los cerca de 20 mil millones de dólares anunciados por el presidente Fox (15 mil 400 millones para Pemex y 4 mil 600 millones para la Comisión Federal de Electricidad).

POR LO QUE TOCA A LA CFE, a estas alturas alrededor de 40 empresas "administran" plantas generadoras de electricidad que, por medio del esquema Pidiregas, venden el fluido eléctrico a la paraestatal. Participan, entre otras, Mitsubishi, Enertec, Intergen, Electricidad de Francia, Unión Fenosa e Hiberdrol. Además el gobierno federal ha contratado con aportaciones del capital privado 76 obras de generación, incluidas -en el esquema de construcción, operación y transferencia- la edificación de la terminal de carbón de la central de Petacalco y el suministro de vapor para la central de Cerro Prieto. De acuerdo con información de la Secretaría de Energía, se estima que en el periodo 2000-2009 los proyectos eléctricos de inversión financiada por el sector privado representarán 58 por ciento del programa de obras de la Comisión Federal de Electricidad, mientras en generación alcanzará 97.7 por ciento.

EL CAMINO NO concluye ahí, toda vez que la autoridad ha expedido más de un centenar de permisos para proyectos de autoabasto, cogeneración, producción independiente, exportación e importación de electricidad, al tiempo que se estima que a lo largo de la administración del cambio se inaugurarán seis plantas generadoras en Sonora, Baja California, Baja California Sur, Coahuila y Veracruz y se construirán otras diez, todas ellas con solidaria y desinteresada participación de capital privado.

EL ANTERIOR ES UN veloz repaso de sólo uno de los mecanismos considerados para la apertura del sector energético nacional. Mientras el presidente Fox asegura que su iniciativa no conllevaría cambios constitucionales en la materia, lo cual es increíble, el gobierno del cambio se dedica a reproducir los privatizadores esquemas del "creativo" doctor Zedillo, con lo que la deuda contingente crece a pasos agigantados, y aunque oficialmente ésta no se reconoce como débito público, de todas maneras hay que pagarla, que para eso está el enclenque erario nacional.

Las rebanadas del pastel:

LLEGADO EL MOMENTO, si el gobierno no tiene dinero con qué pagar los Pidiregas -intereses y capital-, quiénes se quedarían con las plantas eléctricas y petroleras y con los productos por ellas generados?

[email protected] / fax. 5545 1253

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