Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 7 de julio de 2002
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Espectáculos

Los jóvenes actores lo usan para ''durar más''

Arribo del Viagra, fuerte golpe para las viejas estrellas masculinas del porno

AFP

Chatsworth, EU, 6 de julio. "Nací para el porno", dice la estrella de cine Kyle Stone mientras se apresta a rodar su reciente película, en momentos en que arrecia la competencia en el sector.

"Así que si pudiera demandar a los fabricantes de Viagra, lo haría, porque tuve una gran carrera antes de ese invento. Casi me arruinan", protesta el jovial actor pelirrojo, que se describe a sí mismo como un hombre "de atractivo medio".

"Tras su salida al mercado hace unos años, vinieron todos estos lindos chicos Viagra y de golpe mi trabajo se redujo a la mitad. Mi teléfono dejó de sonar", lamenta.

Stone, de 38 años, que trabaja desde hace 10 años en la capital mundial de la pornografía -el suburbio de Chatsworth, en Los Angeles-, era uno de los 20 o 30 selectos actores que alguna vez dominaron esta lucrativa industria.

Los chicos Viagra

En un negocio multimillonario, en el cual las estrellas femeninas ganan tres o cuatro veces más que los actores masculinos, Stone era uno de los orgullosos referentes de esta industria que tenía trabajo en encontrar hombres en condiciones de "ejercer" en público.

Pero vino el Viagra, presentado en 1998 por la corporación estadunidense Pfizer como una cura milagrosa para la impotencia masculina, capaz de resucitar matrimonios plagados de malestares sexuales.

Aun cuando la droga estaba pensada para ser usada en la intimidad por personas comunes, se transformó en seguida en favorita de la decididamente pública industria pornográfica, cuyos conocedores dicen que 90 por ciento de los nuevos actores usa el medicamento para interpretar sus papeles.

El Viagra ha tenido un ascenso espectacular en la cantidad de hombres capaces de reaccionar adecuadamente en los a menudo atestados, ruidosos y sin duda no eróticos estudios de filmes en este centro suburbano de la pornografía mundial.

La droga ha causado una marcada división entre el núcleo de 20 o 30 actores "originales", que venían siendo las estrellas en ese rubro, y sus cientos de nuevos rivales, en general más atractivos.

"Soy de la vieja escuela. Soy un exhibicionista natural al que le encantan las mujeres y todo sobre ellas, por lo que la estimulación me resulta natural", dice Stone, ex empleado de un despacho jurídico de Los Angeles que entró a la industria porno de casualidad.

"Los chicos Viagra tienen mucho ego y se cuidan más de cómo lucen que de la chica con la que están. Pero los actores masculinos son sólo un relleno para el tipo que está en su casa, sólo una decoración. Las chicas son las estrellas, por eso se les paga más y así debe ser, más allá de lo que crean los chicos Viagra".

El medicamento hace trabajar más a las mujeres

El medicamento brinda un panorama tentador para quienes se desempeñan en los miles de filmes que contribuyen a generar más de 4 mil millones de dólares anuales, pues aseguran que un rodaje de cuatro días no se puede echar a perder por los desafueros del cuerpo humano.

Pero mientras muchos directores parecen dar la bienvenida a los chicos Viagra, capaces de actuar de inmediato, la droga resulta únicamente menos popular entre las estrellas femeninas, así como sus contrapartes de la vieja escuela.

"No me gusta trabajar con alquien que usa Viagra porque si tienen que tomarlo, una empieza a sentir que no es suficientemente atractiva", afirma la actriz de 22 años Renee, profesional del porno desde hace dos años.

"Una siempre sabe quién usa Viagra, porque se les pone la cara y el pecho rojos, lo cual es desagradable", dice la actriz, agregando que el uso de la droga también obliga a las mujeres a trabajar más tiempo porque demora el placer del hombre.

Para el veterano Kyle Stone, "el asunto de fondo es que si usted necesita tomar una píldora, entonces no es su trabajo".

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