Condena el presidente Bush el atentado, al igual
que Pakistán, Irán y Alemania
Asesinan a Haji Abdul Qadir, uno de los tres vicepresidentes
afganos
Califica Kabul de "terrorista" el ataque y como un intento
para debilitar al gobierno de Karzai
Fue muerto con 36 ráfagas de disparos por dos
desconocidos que huyeron; falleció su chofer
REUTERS, AFP, DPA Y PL
Kabul, 6 de julio. Desconocidos mataron hoy en
esta capital a uno de los tres vicepresidentes de Afganistán, Haji
Abdul Qadir, en un atentado que el régimen afgano de transición
calificó como "terrorista", y en lo que se cree constituye un intento
por debilitar los esfuerzos del presidente Hamid Karzai por imponer el
orden.
El atentado fue condenado de inmediato por el presidente
de Estados Unidos, George W. Bush, quien afirmó que hechos como
éste reafirman el deseo de su gobierno de "llevar la paz" al castigado
país centroasiático.
En
el mismo tenor expresaron su enérgica condena los gobiernos de Pakistán
e Irán, los principales vecinos, y Alemania.
La policía de Kabul informó que Qadir fue
objeto de unas 36 ráfagas de disparos, al ser sorprendido por dos
hombres cuando el que fuera además ministro de Obras Públicas
se disponía a abordar su automóvil, que resultó con
los pa-rabrisas destrozados, en un hecho ocurrido en pleno mediodía.
En el lugar del ataque también quedó muerto
su chofer, en tanto que otras dos personas que lo acompañaban resultaron
heridas.
"El gobierno islámico afgano ha sabido con tristeza
que Haji Abdul Qadir fue víctima de un atentado terrorista a las
12:40 horas cuando salía del ministerio, convirtiéndose en
un mártir", se indicó en un comunicado gubernamental.
Poco después, el presidente Karzai convocó
a su gabinete para una sesión especial ante la crisis desatada por
el crimen político.
Las autoridades informaron que fueron detenidos de inmediato
los 10 guardias que estaban asignados al Ministerio de Obras Públicas,
al afirmarse que ninguno de ellos hizo nada al producirse el ataque comando
de los dos sujetos, que vestían de blanco y lograron huir en un
taxi del lugar de los hechos.
Jefe de guerra pashtún
Qadir era un jefe de guerra pashtún de la gobernante
Alianza del Norte, y era hermano de Abdul Haq, el héroe y mártir
mujaidín muerto a manos del antiguo régimen talibán
en octubre pasado, cuando Estados Unidos bombardeaba Afganistán
y él trataba de convencer a los jefes tribales de desertar y combatir
al gobierno fundamentalista.
En el pasado Qadir fue gobernador de la provincia de Nangarhar,
en el este del país, de donde los talibanes lo expulsaron.
Pero en el actual periodo era un hombre importante por
su cercanía con Karzai, a quien daba su apoyo desde Jalalabad. Además,
había sido un entusiasta participante en la pasada conferencia de
Afganistán en Bonn como representante del grupo de Roma, de los
afganos exiliados.
Este es el segundo atentado más importante que
se produce contra el régimen de Karzai, apoyado por Estados Unidos
y sus aliados.
Recién en febrero fue asesinado el ministro de
Aviación, Abdul Rahman, en el aeropuerto de Ka-bul, y en abril se
produjo en Jalalabad un atentado fallido contra el ministro de Defensa,
Mohammad Qasim Fahim, entre otras acciones criminales que han tenido lugar
últimamente.
Aunque la policía afgana dijo no descartar que
jefes del derrocado régimen talibán pudieran estar implicados,
un vocero de la Fuerza Internacional de Asistencia y Seguridad (ISAF) estimó
que se trataría de un hecho "aislado" porque "desgraciadamente esto
todavía forma parte del paisaje afgano". Además, rechazó
que esto desestabilice al país.
Desde el estado de Maine, don-de se encuentra en gira
de trabajo, el presidente Bush declaró que "mi gobierno y mi país
lamentan la muerte de un hombre que buscó la paz para su nación".
A la pregunta de si se trataría de un ataque terrorista,
respondió no saber, al considerar que también pudiera tener
relación con el narcotráfico o tratarse de un asunto entre
etnias rivales.
Al tiempo que Bush se comunicaba con Karzai para expresarle
sus condolencias y proponerse participar en las investigaciones, el Departamento
de Estado estadunidense también condenó el asesinato del
vicepresidente afgano y dijo confiar en que este suceso no comprometa los
esfuerzos de reconstrucción de Afganistán.
Preocupación en Washington
El
asesinato de Qadir, un "patriota afgano", fue calificado por el vo-cero
estadunidense Richard Boucher como un "acto de violencia brutal que no
debe provocar la separación del pueblo y el gobierno afganos del
camino de la re-construcción y de los progresos alcanzados".
Bush sostuvo que "cada vez que se pierde una vida inocente,
estamos tristes", y que su país valoraba todas las vidas y que por
eso quería esclarecer las circunstancias del bombardeo estadunidense
del domingo sobre el poblado de Kakrakai, cuando aviones confundieron a
los invitados de una boda con combatientes enemigos.
El comandante de las fuerzas estadunidenses en Afganistán,
ge-neral Dan McNeill, afirmó que la coalición antiterrorista
no acostumbra atacar a inocentes ni a sus aliados, al reconocer que en
el bombardeo del domingo al menos 48 personas murieron y otras 117 resultaron
heridas.
Reiteró el alto jefe militar que lo ocurrido se
debió seguramente a un accidente, que se investiga.
Por su parte, el presidente pa-quistaní, Pervez
Musharraf, dijo que su gobierno está "impresionado y afligido" por
el crimen del ministro afgano, y que condena "este acto terrorista".
A su vez, la cancillería iraní se-ñaló
que el asesinato de Qadir fue "un crimen horrendo" que sólo beneficia
a los enemigos de Afganistán, que nunca favorecen el establecimiento
de la paz y la estabilidad del vecino país.
El gobierno de Alemania expresó su consternación
por el asesinato del funcionario, en una declaración emitida por
el ministro de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, quien abogó
por el esclarecimiento del trasfondo y los pormenores del ataque "terrorista".